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La picadora de Cospedal

Ignacio Villa, tertuliano ultra reconvertido por María Dolores de Cospedal en su mamporrero de cabecera (director de la televisión autonómica de Castilla La Mancha), está cabreado como una mona. Y con razón: se le acusa de macabro, sádico y amarillista por, en el informativo de la noche (20:00), ilustrar con imágenes de una picadora de carne en plena faena una noticia sobre el asesinato de una mujer a manos de su pareja en Cifuentes (Guadalajara). “Mándenme si quieren un sicario a mi casa esta noche a que me de una paliza, pero no me acusen de lo que no he hecho: la información sobre el crimen machista de Cifuentes fue impecable”, dijo Villa, me temo que un tanto obsesionado con la carne triturada, cuando el PSOE castellano manchego pidió su dimisión.

La picadora es el electrodoméstico favorito del poder, muy por delante de la postmoderna Thermomix e incluso de la tradicional embuchadora. De chorizos. En el despacho de todo político depredador tiene que haber una picadora, y el de Cospedal, una de esas mujeres que procura no dejar rastros, no iba a ser una excepción. Picadoras de recibís comprometedores, de dobles contabilidades, de sobres, de facturas falsas, de indemnizaciones en diferido, de concesiones irregulares, de donaciones chungas, de apropiaciones indebidas y falsedades documentales, de asesorías inexistentes, de documentaciones comprometedoras, de finiquitos fraccionados… La nueva versión charcutera de la vieja trituradora de papel supone, tengo que reconocerlo, toda una sorpresa.

Violencia de genero y casquería. Más allá del periodismo sucio, el periodismo artístico. Ilustrar con imágenes de una picadora de carne, de cuchillos y de otros instrumentos usados en carnicería, una información sobre una caso de violencia doméstica solo se puede entender como la última boutade de una provocadora estrella de Arco. Una performance de mal gusto repleta de metáforas gorrinas, en la que el morcillo picado quizá represente un intento por acceder a un nivel primordial de conciencia, la búsqueda del ser. ¿Por qué hay ser y no más bien nada, cuando lo cierto es que el planeta tiene forma de albondiguilla? Se pregunta el artista revisitando a Heidegger.

La bella y la bestia. Cospedal y Villa han formado uno de esos matrimonios de conveniencia que marcan una época en la historia de los medios de comunicación. La política sin escrúpulos que paga con un hueso revenido los servicios prestados. Y el periodista sumiso que, tras años defendiendo de manera vehemente a su ama, recibe el premio de consolación, la caricia en el lomo. Así funciona la política, así funciona el periodismo.

 P.D.

No se pierda usted al palmero…

 

Un motivo para NO ver la televisión

Pasaje de las sombras.

Autor: Arnaldur Indridason.

Editorial: RBA.

El pasado y el presente se cruzan, de manera ordenada y cabal, en la última novela del escritor islandés Arnaldur Indridason, ganadora del VII Premio RBA de Novela Negra. El pasado y el presente con sus respectivos crímenes, íntimamente relacionados entre sí en una trama perfecta, que encandilará incluso al lector no demasiado aficionado a los saltos en el tiempo, a los policías pusilánimes o al misterio que llega del frío.

“Pasaje de las sombras” es el último ejemplo de novela negra nórdica, trabajo impecable de un Indridason meticuloso capaz de enredar al lector sin proponerle grandes emociones. En estas páginas no encontrará usted pistolas humeantes, matones violentos, detectives fascinantes o hermosas mujeres de dos caras. Ni siquiera los cadáveres presentan marcas sospechosas. La normalidad sería la seña de identidad de este libro si no fuera por algunos  pequeños detalles… Una pareja de policías encuentra el cuerpo sin vida de un anciano sobre su cama. La autopsia confirma que fue asfixiado. Durante el registro de la vivienda encuentran recortes de prensa sobre otro crimen, cometido en 1944, en el que el cuerpo de una joven estrangulada apareció en la parte trasera del teatro Nacional de Reikiavik. Dos parejas de detectives se ponen en marcha, unos ahora y otros entonces.

Con estos mimbres, y con esos endiablados nombres islandeses, se podía construir una trama realmente compleja. Nada más lejos de la realidad. Indridason apuesta por la sencillez, por una buena historia bien contada, y consigue que leer “Pasaje de sombras” sea todo un placer.

Desnudos robados

La noticia más leída en el ABC de ayer, día en que supimos que el presidente Mariano Rajoy cobró sobresueldos ilegales del Partido Popular siendo ministro, fue aquella que analizaba las fotos en top less de la presentadora de televisión Paz Padilla. “Hace un calor que ´tetorras`”, se podía leer en la portada de la revista “¡Qué me dices!”, imagen que reproducía a todo trapo el diario ultraconservador de Vocento. Un derroche de ingenio, periodismo y rigor.

En verano, ya se sabe, el personal no quiere informaciones sesudas, tormentosas y complejas. ¿Los papeles de Bárcenas? ¿La financiación ilegal del partido en el Gobierno? ¿Sobres y sobresueldos? ¿Corrupción, despilfarro y mafia en el PP? Mejor lo dejamos para septiembre… En verano el ciudadano no quiere informarse de verdad, quiere tomarse una cerveza fresquita, echarse la siesta a la sombra y, como mucho, ver cuatro tetas.

“Nunca un partido ha hecho un striptease como el que ha hecho el PP”, dijo hace solo unos días María Dolores de Cospedal. El lector guarrete ya se está imaginando a la mano derecha de Rajoy vestida únicamente con la peineta negra de Semana Santa. Me temo que su sucio sueño tendrá que esperar. Porque cuando Cospedal dijo lo del striptease del PP lo decía de manera metafórica: hablaba de transparencia en las cuentas de su partido. Bueno, de manera metafórica y también de manera falsa, puesto que para ver la contabilidad del PP ha hecho falta que se filtrasen en la web de Anonymous.

Por cierto, hoy miércoles se reúne la ponencia que debía preparar la Ley de Transparencia. Sí, un pacto entre PP y PSOE. Por la transparencia. Para descojonarse de risa. Me temo que les pilla, a los dos, en bolas. Ya sabe, los clásicos desnudos veraniegos. Los cutres, los robados, esos con las tetas borrosas y las lorzas gloriosas.

 

Un motivo para NO ver la televisión

Tom Russell & The Norwegian Wind Esemble

Cd: Aztec Jazz.

La madre tierra en toda su belleza, la influencia perfecta para escribir buenas canciones. Más o menos en estos términos escribe el cantante y compositor californiano Tom Russell, uno de los secretos mejor guardados de la música norteamericana de raíces, de este disco extraño, original, único. El fronterizo Russell actuó el 10 de mayo de 2012 en Halden, Noruega, acompañado por una banda formada por 31 metales. Canciones sobre la vida en las granjas, sobre el ganado y la sequía, en tierra reseca y pobre de indios Chumash.

Russell acompaña la música, los sonidos de la frontera, con sus propias pinturas, y con las brillantes fotografías del noruego Raymond Mosken. Una grabación en ocasiones crepuscular, en otras festiva, siempre con aires de México, que se suma a los 20 discos magníficos grabados por este hombre de sesenta años, voz grave y profundas raíces folk, country y tex mex. Un experimento brillante.

Culo veo

Antena 3 estrenó anoche la segunda temporada de “Con el culo al aire”, una comedia de situación de esas que gustan mucho a mucha gente (una media de 3.200.000 espectadores vieron su primera temporada, con un 17,3% de share), pero que a otra mucha gente nos produce una terrible vergüenza ajena. “Gamberra, atrevida y canalla”, dicen en la cadena. “Macarra, esperpéntica y casposa”, digo yo. Y es que lo que venden como “una comedia en tiempos de crisis” solo me parece la versión actualizada del humor rancio de Esteso y Pajares. Guiones zafios, actores nefastos, decorados de saldo…

http://www.youtube.com/watch?v=Ta4rKd0Bzvk

“Enséñanos ese cuerpo de zorra de video clip”, le dice una chica a su hermana (o lo que sea) en la piscina nada más comenzar el capítulo. Responde algo la hermana, pero no lo entiendo. Cuesta comprender los diálogos cuando se trata de actores histriónicos con ademanes macarrónicos, la verdad. La chica, sentada poco despues en la oficina del camping, gime mientras habla con su novio. Su masajista, que se esconde bajo la mesa, es el reponsable de los gemidos. Todo muy imaginativo, muy divertido, muy familiar, ¿verdad? Luego aparecen la borracha, el que quiere perder la virginidad, la asistente social, el suegro de la novia…

Pasan los años y las series españolas siguen pareciendo patéticas. No importa que se trate de comedias o de dramas, que hablen de los vecinos de un edificio de pisos, de los inquilinos de un camping mugriento o de los terratenientes de una gran bodega. No importa que estén basadas en la nostalgia más descarada o que pretendan aprovechar la más chunga de las actualidades. Salvo contadas y honrosísimas excepciones, la ficción española es una basura. Una inmensa y apestosa basura.

Este post podría parecer despiadado. La razón es una: poco antes de padecer el retorno de “Con el culo al aire”, y escribir estas líneas, he disfrutado, en una TDT, de un viejo capítulo de “Me llamo Earl”. Tienes que ser de piedra para que no se te avinagre el carácter si estableces la más mínima comparación entre ambas series. Reconozco las diferencias de presupuesto, y la mayor tradición yankee para la ficción y comedia, pero creo que una cosa sobre todas marca la sideral distancia entre ambas: el talento. “Me llamo Earl” rezuma creatividad, ironía, desparpajo y humor perro en cada plano. En “Con el culo al aire” solo veo culo.

P.D.

Perdone pero tengo que volverle a hablar de Cospedal. Ya lo siento, ya. Seré breve… La numero 2 del Partido Popular NO ha dicho: “Nuestros votantes dejan de comer antes de no pagar la hipoteca”. La periodista de La Vanguardia ha rectificado. Y yo con ella. Poco me queda que añadir…

Excepto que los políticos mentirosos deberían dimitir: la Seguridad Social certifica que el PP no despidió a Bárcenas hasta que se publicaron sus “papeles”. Un Bárcenas que, por cierto, asegura haber realizado “un acuerdo de compensación con Cospedal por tener que dejar el partido”.

 

Un motivo para NO ver la televisión

Depedro

Cd: La increíble historia de un hombre bueno.

Jairo Zavala, el guitarrista que destacaba en Vacazul y acompañaba a Calexico y Amparanoia, lanza su trabajo más ambicioso, complejo, luminoso y creativo. Un disco con 13 canciones sin fronteras que suenan a América (cuidado, no solo a Norte América) y a medio mundo, a un planeta sin fronteras sonoras que ofrece mil motivos de inspiración.

El tercer álbum de Depedro se ha grabado en tres lugares: Wave Lab Studio (Tucson-Arizona), CBE Studio (París-Francia) y el propio estudio del músico en Madrid. En el disco, que ha sido mezclado por Craig Schumacher y masterizado por JJ Golden en Ventura (California), colaboran Tony Allen (Fela Kuti), Joey Burns y John Convertino (Calexico), Nick Urata (Devotchka) y Bernard Fanning (Powderfinger). El disco que seguramente le hubiese gustado grabar a Santiago Auserón…

 

Totalitarismos

A María Dolores de Cospedal se le llena la boca de espuma cada vez que pronuncia la palabra “nazismo”. Y cuando habla de “fascismo” se le revuelven los intestinos, y su hígado segrega litros y litros de una sustancia verde que le inflama la vesícula biliar hasta alcanzar el tamaño de una sandía de Velada (Toledo, Castilla La Mancha). ¡Ella es la democracia en estado puro! Y si no ha desenterrado ya a los miles de españoles que permanecen en las cunetas es porque no está demostrado que sean víctimas del franquismo.

Cospedal odia cualquier tipo de totalitarismo. “En RTVE no manda Cospedal”, ha confirmado Julio  Somoano, director de los servicios informativos de RTVE, para descojone de todos los ciudadanos con tan poco criterio como para ver un informativo de la televisión pública española. Y nada más terminar de nombrar a la número dos del Partido Popular, el bueno de Somoano se ha visto obligado a cesar a Cecilia Gómez, miembro de su equipo de dirección, después de que ésta enviara por error al Consejo de Informativos un documento en el que realiza un retrato ideológico y político de varios periodistas a los que ha espiado.

Lea usted la carta de Cecilia Gómez, y admire sus análisis de los profesionales que forman lo que denomina Comando Rubalcaba. Terminará de convencerse de que en RTVE no manda Cospedal. Ni de coña. Ni Saénz de Santamaría, ni Mariano Rajoy, ni nadie del Gobierno. En RTVE manda la democracia. Resulta evidente.

Para luchar, aún más, contra ese fascismo que tanto repelús le da, lo único que puede hacer Cospedal es lo que ha hecho Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, con Telemadrid: renunciar a producir otros programas que no sean informativos o debates. Es decir, emitir solo propaganda. Y refritos.

Telemadrid se ha quitado definitivamente la careta: les importa tres cojones la televisión como forma de entretenimiento, cultura u ocio. A partir de ahora, y después de poner en la calle a  861 trabajadores (de una plantilla formada por 1.161), solo van a ofrecer ideología. ¿Para qué gastarse el dinero en producir entretenimiento cuando lo que quieren es adoctrinar?

Señora Cospedal, adalid de la democracia, enemiga de nazismos, fascismos y toda clase de totalitarismos y choricismos… en cuanto acabe con la terrible terrorista Ada Colau métale mano a TVE, refugio del no menos peligroso Comando Rubalcaba, e inyecte en la televisión pública el  carácter tolerante y plural de que hace gala como política. Es decir, elimine toda la programación menos los informativos. Y rellénelos con vídeos como éste…

 

Un motivo para NO ver la televisión

Lydie

Autor: Jordi Lafebre y Zidrou.

Editorial: Norma.

“Lydie” es la enternecedora historia de una niña que, pese a que muere al nacer, vive para siempre. Su madre dice que está allí, junto a ellos, comiendo y jugando, estudiando en el cole y examinándose en la universidad. Y nadie en el callejón del bebe con bigote se atreve a llevarle la contraria.

El guión de Zidrou es simplemente brillante, por la manera sutil de contar una historia basada en la magia. No es fácil explicar un milagro. Los dibujos de Jordi Lafebre son simplemente inmejorables. Siempre eficaz, tanto en la ambientación como en la creación de los personajes, de sus rostros y expresiones, en algunos momentos crea ilustraciones memorables. Como las viñetas de un bar visto desde ángulos contrarios. O las ausencias de Lydie: no es fácil dibujar un fantasma.

Una inolvidable historia de amor colectiva, de solidaridad infinita, de bondad callejera. Buena gente la que vivía a comienzos de los años 30 en el callejón del niño bigotudo.