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La redacción de la vergüenza

Tenemos por delante unos meses repletos de citas electorales: Además de los comicios andaluces del 22 de marzo, en mayo habrá elecciones autónomicas y municipales. En otoño nueva cita en Cataluña y, a partir de noviembre, se abrirá el nuevo período para convocar elecciones a las Cortes Generales. En RTVE, una empresa con más de mil periodistas en plantilla, están pensando en reforzar su redacción de informativos. ¿Acaso no le parece suficiente personal? Bueno, querrán hacer un trabajo formidable, en el que destaque su información independiente y libre. Ya, pues en ese caso ahí tienen a 4.000 profesionales en el banco de datos. Sí, pero RTVE busca unos perfiles diferentes, que les ofrezcan mayores garantías. La crème. Por ejemplo los periodistas de Intereconomía, cantera perfecta para elegir profesionales de refuerzo para una televisión pública, ¿verdad?

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Los trabajadores de TVE no lo ven así, y hablan de la creación de una “redacción paralela”. Como sucedió en Telemadrid. ¿Una redacción incorruptible que garantice la independencia y la pluralidad de TVE en este año electoral? No exactamente. ¿Una redacción a la medida de los tiempos, del periodismo y de las necesidades de los ciudadanos? Frío, frío… Una redacción al servicio del Gobierno, pero pagada por todos los españoles. Lo cuentan los propios trabajadores de TVE en notas internas: “Ya no es que traigan directivos, muchos de ellos ignorantes de las técnicas de televisión; es que ahora fichan redactores de la competencia, al margen del banco de datos, donde hay miles de periodistas, que ya han trabajado aquí, y a los que se margina”.

El tsunami electoral que se avecina exige quitarse las caretas. No es tiempo de tibiezas, no hay lugar para la prudencia, el disimulo o las medias tintas. O echamos el resto, dicen los directivos populares de RTVE, o nos quitan el puesto. Quememos pues las naves y hagamos de la televisión pública española la mayor arma de desinformación masiva de la historia. Ya lo adelantó Carlos Floriano: “TVE está al servicio del gobierno y del partido que lo sustenta”.

¿Un escándalo? Sí, pero nada que no pueda soportar una sociedad anestesiada, como la nuestra. Nada que ruborice al Gobierno, y a unos grandes medios de comunicación entregados. Nada que ponga en pie de guerra a las asociaciones de prensa, o a esa Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión preocupada en dar premios a Ana Rosa Quintana “por su trayectoria profesional”.

El-Roto

Un motivo para NO ver la televisión

Subsuelo

Autor: Marcelo Luján.

Editorial: Salto de Página.

subsuelo

Argentino de nacimiento y madrileño de adopción, Marcelo Luján es un escritor de largo y tortuoso recorrido. “Subsuelo” es una novela compleja, intensa, difícil, que habla de la culpa y la redención, de la familia y las amistades peligrosas, de las emociones viscerales y las consecuencias del desamor. Luján ha escrito un libro que se mueve en el tiempo, que viaja de verano en verano, de chapuzón en chapuzón, a través de las vidas de unos seres acogotados por las hormigas y los secretos.

“Subsuelo” es una historia de personas complejas y atormentadas que viven situaciones límite. “Siente que la boca se le seca de pronto y que la sangre se le junta toda en medio del pecho y que si cerrara los ojos no vería todo negro sino todo blanco y ciego y desquiciante”. Una novela de contactos constantes, de cruces de acusaciones, de diálogos cargados de intención y veneno. No es un libro fácil, es un libro tremendo que zigzaguea por el interior de las entrañas. “No se trata exactamente de una bifurcación y el sendero es, de pronto, más estrecho, más escabroso aún. Algunos tallos tienen pinchos, otros, cogollos con pinchos”. Doloroso, intenso y en ocasiones aterrador.

Intereconomía, el sexo y la red

En Intereconomía, la cadena de televisión ultra conservadora, se hacen una pregunta: “Forzar a las mujeres a tener sexo ¿Es violación o no?”. Y se quedan tan, tan anchos, que trasladan la cuestión a sus seguidores colgando la interrogante en su cuenta de Twitter. Ese mismo día, solo unas horas después, se escandalizan en su tertulia nocturna con los comentarios que se pueden leer en las redes sociales sobre el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco. “Hay que acabar con esta locura”, dice el presentador. Se refiere a los comentarios ajenos sobre el asesinato, no a los propios sobre las violaciones.

Intereconomia

Pero rectificar es de sabios. El grupo Intereconomía se disculpó poco después con este otro tuit: “Se refería a la India. Esperamos que las ‘feministas’ apoyen a estas mujeres y no se callen como hacen con Boko Haram”. ¡Ah, bueno, que se referían a la India! Entonces nada, seguimos con la encuesta: Forzar a las mujeres a tener sexo, en la India, ¿Es violación o no?

En el programa de Intereconomía “El gato al agua” despellejan a quienes han utilizado las redes sociales para criticar a la política asesinada en León. Les llaman locos y fanáticos, y les acusan de ser peligrosos radicales de izquierdas. Caza de brujas. Piden mayor control, mano dura, con los foros en la red. “Nosotros tenemos sentido común, algo que no puede decirse de todo el mundo”, dice Carmen Tomás, tertuliana de la cadena del torito bravo. Y uno no sabe si se refiere a lo de León o a lo de la India.

La hipocresía de la ultra derecha televisiva es tan descarada, tan brutal, tan miserable, que sonroja, que parece no tener límites. “Hay que parar a toda esta tropa repugnante que utiliza las redes sociales para insultar”, dijo en el debate matinal de ayer en Intereconomía su presentadora, la misma Isabel San Sebastián que solo dos días antes había colgado el siguiente tuit: “El asesinato de Isabel Carrasco NO ES una venganza personal, sino vinculada al cargo. Quienes defienden los escraches personales tomen nota!!”.

Afortunadamente alguien imparcial vela por la seguridad de los españoles. “Hay que limpiar las redes de indeseables”, insistió el pasado martes Jorge Fernández Díaz, ministro de Interior que ha ordenado a la policía investigar los mensajes injuriosos que se lanzan desde internet. ¿Y los que se lanzan desde la radios y televisiones? No recuerdo que el ministro dijese una sola palabra cuando, por poner un ejemplo, el periodista Federico Jiménez Losantos hundió la vida del comisario Juan Jesús Sánchez Manzano, jefe de los TEDAX, los agentes encargados de desactivar explosivos durante el 11-M, mediante una campaña de calumnias desde la cadena COPE. O cuando hace solo unos días la Audiencia absolvió al locutor, pese a que su discurso contra Sánchez Manzano “estaba repleto de calificativos abiertamente insultantes y despectivos”.

 

Madrid

Madrid, mi ciudad, es un lugar de mierda. Y lo es porque en sus calles la sórdida cutrez sobrevive y las alternativas interesantes desaparecen. El próximo día 22 Altaïr, la mejor librería de viajes de España, cierra su local en la calle Gaztambide porque “la difícil situación económica nos ha forzado a efectuar este repliegue”. Sin embargo, ese mismo día los madrileños serán de los pocos españoles que aún puedan ver Intereconomía, la cadena conservadora de Vocento que, arruinada, apaga la señal a nivel nacional pero mantiene abierta la emisión en las comunidades madrileña y valenciana, concesiones propias concedidas por Esperanza Aguirre y Francisco Camps.

Los madrileños tendrán más difícil encontrar “Las montañas de la Luna”, de Richard Burton, un buen mapa de Estambúl o una guía de aves de Costa Rica, qué se jodan, pero podrán encabronarse hasta que les reviente la bilis con las sandeces de los tertulianos de “El gato al agua”. Es el signo de los tiempos. Menos cultura, más doctrina, menos libros, más televisión, menos reflexión y criterio, más intransigentes y fachas.

Son las dos caras de este Madrid sucio, corrupto, aburrido, acabado. El de la gran librería cerrada y el de la putrefacta televisión abierta. El del relaxing cap of café con leche, el de las ciudades deportivas y los estadios Calderón recalificados, el del sobrecoste en las circunvalaciones enterradas y las rebajas en los áticos marbellíes, el de la especulación urbanística y la decadencia cultural. El Madrid de los farsantes y los ignorantes. El Madrid en el que es tan fácil encontrar a sus líderes en el palco de un estadio de fútbol, como difícil verles en una librería.

ana botella

El cierre a nivel nacional de Intereconomía es una gran noticia: el fracaso de lo rancio, de lo ultra, de la crispación y la mentira, del periodismo chusco, de la propaganda. Pero la felicidad nunca puede ser completa. Ese gran momento, el ocaso de un antro, coincide con el cierre de una gran librería, referencia durante casi 17 años para los viajeros de salón y de camino.

P.D.

La librería Altaïr permanece abierta en Barcelona. Y puedo asegurar que es uno de los monumentos de la ciudad. ¿Por cosas como ésta se sentirán diferentes?

 

Un motivo para NO ver la televisión

Robben Ford.

Cd: A Day In Nashville.

Robben

Generalmente prefiero el blues más sencillo y descarnado, más acústico y rural, más rasposo y primitivo. Pero cuando quiero escuchar un blues perfecto, y una guitarra que lo borda, busco un disco de Robben Ford. El músico californiano lleva más de medio siglo tocando, grabando discos espléndidos y dando conciertos con enorme pulcritud y no poca energía. Ford es uno de los grandes de la guitarra, y su nuevo disco, editado tras un cd con versiones (Bringing It Back Home) nos ofrece nueve temas propios.

Grabado en un solo día en los legendarios estudios Sound Kitchen de Nashville, este “A Day In Nashville” cuenta con la colaboración del guitarrista Audley Freed , el teclista Ricky Peterson , el bajista Brian Allen , el batería Wes Little y el trombonista Barry Green. Un sonido pulido, como no podía ser de otra manera, pero por momentos asilvestrado, con dos guitarras corriendo en paralelo, guiños al jazz y al R&B, el trombón picoteando aquí y allá… Un disco de blues con mucha clase, grabado por músicos que van sobrados.

 

El Follofacha

Culo veo, culo quiero. En Intereconomía, la cadena ultra de Julio Ariza, no tendrán ni para pagar alquileres ni nóminas, pero sí se rascan los bolsillos para darse algunos caprichitos. Como por ejemplo crear un clónico, bien es cierto que de saldo, de aquel Follonero que hizo grande Jordi Évole en los programas de Buenafuente. Le dicen el “Follonero de la derecha” y es un tal Cake Minuesa que, de momento, tiene un currículo tan breve como triste: interrumpir la rueda de prensa (sin preguntas, modelo Rajoy) celebrada en Durango por ex presos de ETA. “No tenéis la hombría, la dignidad y la vergüenza de pedir perdón”, gritaba el tal Minuesa ante las miradas sorprendidas de los asistentes. Estaba buscando su minuto de gloria…

El Follofacha, también conocido como Fachanero, ha conseguido su propósito: ese minutillo de gloria que hacen que estemos hablando en estos momentos de él y de su cadena de televisión. Poco más. Bueno, también debemos reconocer el valor de meterse en ese avispero etarra y ponerse a dar voces. Algo así como entrar en un bar de moteros Harley con una camiseta de Honda y acercarse a la barra y pedir un Cola Cao. Con dos cojones.

El Follofacha es una imitación, y ese tipo de deformidades no suele funcionar. Recuerdo que una vez Tom Waits me dijo, durante una entrevista en París, que los imitadores nunca son interesantes porque no tienen tiempo para hacer bien las cosas. Siempre a rebufo, siempre con prisas, siempre excesivos e histriónicos. Es el caso del Follofacha, un esperpento que no todos los días se encontrará con ruedas de prensa de ex etarras.

El gran error sería confundir provocación con información. Se supone que el Follonero auténtico pretende informar, poniendo el dedo en la llaga, sobre determinados temas y personajes de actualidad. ¿Usted es un corrupto que lleva meses evitando a la prensa? Pues tendrá que sentir el aliento de el Follonero en la oreja. Otra cosa es la provocación. ¿Ustedes son unos etarras que han organizado una rueda de prensa? Pues yo se la voy a reventar convirtiéndome en protagonista, recordándoles a voces los muertos y dándoles doctrina sobre el perdón. Poco periodismo, mucho escándalo.

P.D.

Y hablando de alternativas, me da la sensación de que el individuo de las imágenes siguientes está pidiendo a gritos un relevo. Sería un momento estupendo para replantearse ir más allá de una alternativa continuista…