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De arponeros, peceras, chanquetes y homosexuales colgados de grúas

En la tertulia política de la noche de los sábados de Telecinco (Mediaset) una señora del Partido Popular asegura que Podemos está financiado por un régimen político que cuelga a los homosexuales de grúas. En la tertulia política de la noche de los sábados de La Sexta (Atresmedia) un periodista de El Mundo afirma que Podemos está financiado por un régimen político que cuelga a los homosexuales de grúas. Cuando la política y el periodismo recorren vidas paralelas es que algo está fallando. Y pasa lo que pasa: que Podemos asusta. Y que Pedro J se alborota. Y como arponero ingenuo que es, muerde sin querer la mano del nuevo cuidador de esa piscifactoria de truchas en que se ha convertido El Mundo: “¡Ah! y en relación a eso que dices de que no te gustaría que dentro de diez años la gente identificara a EL MUNDO como «el periódico de Casimiro», chico, nunca se sabe qué puede caernos del cielo, pero yo que tú tampoco me preocuparía demasiado. Francamente, ese peligro no lo veo”.

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Dicen que honra a El Mundo publicar el ataque de Pedro J a su sucesor, Casimiro García-Abadillo. No es para tanto. Si una vez recibida no hubiesen publicado esa carta empapada en bilis, en diez minutos hubiese estado circulando por medios y redes con un pósit pegado: “¡Extra, extra! El Mundo censura a Pedro J”. Podría parecer esta una historia de peces y hombres, de arponeros y chanquetes. Pero como sucede en demasiadas ocasiones solo es cuestión de pasta. La editora de El Mundo reclama a Pedro J 100.000 euros “como penalización por haber refutado un editorial”.

En el diario progresista El País también tienen telarañas, en la caja y en la dirección. “Podemos supera a PP y PSOE impulsado por la ira ciudadana”, titularon en principio, para más tarde suavizar el concepto convirtiendo el violento enfado en simple incomodidad o molestia: “Podemos supera a PP y PSOE impulsado por el malestar ciudadano”. Lo que no han moderado es el tono del editorial: “Todo esto no justifica dejar a la sociedad en manos de Pablo Iglesias y de Podemos, es decir, de un grupo de diagnóstico catastrofista y voluntad descalificadora, que niega ser de izquierdas ni de derechas para ocultar lo que en realidad es: simple y vulgar populismo como el que, con otras apariencias ideológicas, aparece en diversas partes de Europa”.

La irrupción de Podemos como alternativa de Gobierno, puesto que según un sondeo de Metroscopia supera tanto a PP como a PSOE en intención de voto, desnuda tanto a la clase política como a la clase periodística. El País piensa, tal y como titula su editorial, que se trata de “un seísmo”, pero lo cierto es que solo es un soplo de aire fresco. Un viento despejado y limpio que arrastra el hedor que han dejado en este país políticos corruptos y periodistas mercenarios.

¿Gobernará Podemos? A la hora de votar, olvide usted Gürtel, los sobres, la sede de Génova remozada con dinero negro, los programas incumplidos, los ERE andaluces, el paro y el deterioro de lo público, las tarjetas black, el hambre infantil y la Operación Púnica. Pero no se le ocurra olvidar que los del coletas están financiados por un régimen político que cuelga a los homosexuales de grúas.

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Un motivo para NO ver la televisión

Una curiosidad insaciable.

Autor: Richard Dawkins.

Editorial: Tusquets.

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Richard Dawkins es mucho más que el autor de “El gen egoísta”, uno de esos libros legendarios en el mundo de la divulgación científica. Dawkins es un etólogo, zoólogo, teórico evolutivo y divulgador científico británico, fundamental por su manera de contar las cosas: su misión, como el mismo ha reconocido, es “apoyar la educación científica, el pensamiento crítico y el entendimiento del mundo natural basado en la evidencia con el fin de superar a la superstición, la intolerancia, el fanatismo religioso y el sufrimiento humano”. Dawkins es un genio, de la ciencia y de la comunicación, y estas son las memorias de sus años de formación en África y Oxford, y de trabajo en Berkeley.

Dawkins se remonta a sus días de estudiante y los analiza desde la perspectiva de la contradicción, aparente, que nos hace creer que el niño y el adulto son la misma persona. “El niño es el padre del hombre”, dice. Y recuerda con sorprendente detalle sus años de estudiante, los centros en que se formó, sus compañeros y profesores. A estos últimos dedica algunos párrafos realmente emocionantes: les considera la base de su formación, de su vida profesional.

“Una curiosidad insaciable” se puede leer como lo que es, la primera parte de la biografía de un gran científico (anuncia la segunda parte para dentro de dos años). Pero también como manual de educación para padres preocupados por sus hijos: “Una vez más, esa penosa ausencia de pensamiento crítico. ¿No se debería instruir a los niños en el pensamiento crítico y la actitud escéptica desde una edad temprana? ¿No se debería enseñarles a dudar, a sopesar la plausibilidad de una afirmación, a demandar evidencias?”.

El autor demuestra poseer una memoria prodigiosa: el libro está repleto de nombres, de lugares y de anécdotas, alguna tan divertida como la protagonizada por Daniel S Lehrman y Konrad Lorenz. Dawkins recuerda, y cuenta con detalle, incluso el momento en que perdió la virginidad “a la edad bastante avanzada de veintidós años, con una dulce violonchelista…”. Pero lo importante es su aprendizaje en África, sus estudios en Oxford, unos maestros notables a los que adora, como demuestra en el mensaje póstumo que dedicó al zoólogo Mike Culle, “probablemente el mentor más importante en mi vida”.

Un momento especialmente interesante es en el que decide “continuar con su plan”, esa retórica de genes “egoístas” habitando una sucesión de cuerpos mortales desechables en la incesante marcha de los genes hacia el futuro, “que podría decirse fue el momento de la concepción de El gen egoista”.

Una biografía ágil y apasionada, un libro de aventuras a fin de cuentas, con las correrías de un hombre inteligente, generoso y modesto (“no soy buen observador”; “Me falta paciencia”; “No tengo conocimiento de ningún grupo animal o vegetal”) que ha estudiado el planeta y sus habitantes. Y lo ha contado de maravilla.

Un Mundo sin Pedro J

“Pedro J. deja El Mundo para dedicarse al periodismo”. El Mundo Today.

El Mundo es un periódico de autor. Un diario hecho a la imagen y semejanza de Pedro J Ramírez, su director, su ideólogo, su corazón, su médula espinal, su vesícula biliar, su dios todo poderoso y ¿eterno? Una vez anunciada su destitución al frente de la dirección del diario, la primera pregunta solo puede ser una: ¿Sobrevivirá El Mundo?

Con El Mundo Pedro J no solo creó un periódico, sino una forma de hacer periodismo, de entender la profesión, de vender un producto, de ganar dinero y obtener poder. Ahí tienen el 11-M: una descomunal sinvergonzonería que a cualquier otro periodista le hubiera supuesto, una vez embreado y emplumado, el descrédito y la ruina profesional. A Pedro J le ayudó a vender miles de ejemplares.

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Pedro J es un periodista-artista. Ni de derechas ni de izquierdas, dice, sino todo lo contrario. Capaz de jugar con todos, de negociar con todos, de admitir filtraciones de todos, de aprovecharse de todos… y de traicionar a todos. Pedro J es una máquina de hacer periodismo, su periodismo. Tiene olfato, cintura, chispa, es un trabajador incansable, es brillante, ágil, bebe gin tonics premium, es más peligroso que un mono con una escopeta. No es una víctima. Es un peligro público.

Para el currículo de Pedro J lo ideal es que se lo hubiese cargado el Gobierno de Mariano Rajoy. Una nueva muesca en un revolver, el del periodista irreductible, en el que ya figuraba la salida de Diario 16 propiciada por Felipe González. Pero me temo que la verdad es mucho más mundana: Pedro J no es el problema. El verdadero problema de El Mundo es económico. Si el periódico ganase dinero como en los buenos tiempos, a espuertas, las tensiones de su director con el Gobierno de Mariano Rajoy serían una anécdota. Nadie cuestionaría a Pedro J en unas circunstancias ganadoras. Pero Unidad Editorial ha acumulado pérdidas de 234 millones de euros en 2011 y de 526 millones en 2012. Y en 2013, en plena debacle publicitaria, multiplicó por cinco sus pérdidas.

Tensiones con el Gobierno, de acuerdo, pero insuficientes para forzar un cambio al frente del periódico. Pedro J se marcha porque la estructura del diario es demasiado grande, demasiado costosa, para los ejemplares que vende, para la publicidad que ingresa. No ha sido suficiente ni con el descomunal éxito de Orbyt.

¿Sobrevivirá El Mundo? Quedan grandes profesionales en su redacción, eso es cierto. Y no me dirá usted que García-Abadillo o Eduardo Inda no tienen prestancia como nuevos líderes espirituales. Se encuentran a la altura de columnistas como Jiménez Losantos o Salvador Sostres. El futuro de SU periodismo, del periódico de Pedro J, parece en buenas manos. Si sobreviven bazofias como ABC o La Razón, ¿por qué no puede hacerlo un Mundo sin cabeza?

BB

Un genio: Manel Fontdevila.

 

Un motivo para NO ver la televisión

Amy Ray

Cd: Goodnight Tender.

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Amy Ray es miembro de Indigo Girls, uno de los grupos femeninos más populares de la música norteamericana. Y este “Goodnight Tender”, su sexto disco en solitario, es una verdadera maravilla. Grabado con enorme sencillez, y con gran contundencia, coquetea con el bluegrass , el folk, el country  e incluso el góspel. Y cuenta historias de amores tristes, de paisajes desolados, de seres destruidos. Un trabajo emocionante con guitarras de pedal y violines. Y con colaboraciones importantes: Duane Allman, Susan Tedeschi, Kelly Hogan, Justin Vernon… Una delicia total.

En nombre de la libertad

Intelectualmente, la convocatoria resulta tan desazonadora como peligrosa. Televisivamente, la imagen es simplemente espeluznante: a la derecha de la pantalla, Jiménez Losantos y Casimiro García-Abadillo. A la izquierda de la pantalla, Pedro J Ramírez y Luis Herrero. En el centro, a modo de coordinador del evento, Carlos Cuesta, el mamporrero perfecto. Estamos ante un nuevo producto ¿informativo?, un “híbrido entre el periódico y la televisión”, tal y como dijo Cuesta en la presentación del engendro. Y tenía razón: lo peor del periódico y lo peor de la televisión. ¿Su nombre? El mundo en libertad.

Hace unos días nos alegrábamos del anunciado cierre de varias cadenas de televisión, por innecesarias y casposas. Hoy debemos entristecernos por el nacimiento de este programa, una de esas tertulias ultras que se amparan en la libertad de expresión para hacer política y soltar doctrina camuflada como información. “No sobra nadie”, dijo el presentador, el tipo que apareció un día disfrazado de boxeador español, cuando le preguntaron por los protagonistas de la tertulia. Y sentenció: “Entre todos los grupos de comunicación, los nuestros son los más comprometidos con la unidad de España y la defensa de la Constitución”. Se refiere a Libertad Digital y El Mundo, no se lo pierda, en palabras textuales del presentador “dos grupos de información que destacan por su independencia a la hora de informar y opinar”.

Afortunadamente, la tertulia en cuestión se emite en medios de comunicación de escasa relevancia audiovisual: Libertad Digital y la web del diario El Mundo. Es el enésimo intento de estos personajes por obtener relevancia televisiva, y será su enésimo fracaso. La doctrina ultra conservadora tiene un público minoritario. Los programas de televisión de la señorita Pepis, basados en el bajo presupuesto y la elevada intransigencia, están condenados a la ruina. ¿Por qué estos individuos montan un programa de televisión marginal? Porque les fascina la idea de utilizar la todopoderosa pantalla para lanzar sus mensajes, para presionar a gobiernos y patrocinadores, para maquinar, influir, presionar.

La televisión actual, pese a ser de muy baja calidad, exige algo más que cinco radicales hablando de sus intereses personales, profesionales y económicos. La televisión actual exige un mínimo de talento. Por tanto, “El Mundo en libertad” no tiene ningún futuro. Afortunadamente.

Información de calidad

La noticia más vista durante todo el fin de semana en la prestigiosa web elmundo.es, perteneciente al no menos considerado diario El Mundo, ha sido ésta: “Belén Esteban abandona Sálvame tras una gran bronca con Lydia Lozano”. El éxito de semejante pieza informativa dice mucho sobre la calidad del medio de comunicación en cuestión, no cabe duda, pero me temo que también de su público. Pedro J ha conseguido, una vez más, la perfección, aunando dos modelos de lector compatibles con su intrépida manera de “informar”: el ciudadano comprometido, que confía en encontrar algún día la huella euskalduna en los atentados del 11-M, y el marujón frívolo que vibra con las vicisitudes de la Pantoja, Falete, Jiménez Losantos y compañía. Complejo mundo éste del periodismo de calidad…

Pedro J quizá reserve las informaciones de calidad, el verdadero periodismo, para sus proyectos de pago. Suena razonable: el buen periodismo es caro, repiten los más prestigiosos gurús. “La información de calidad no puede ser gratis”, aseguraba este domingo Natalie Nougayrède, primera directora de Le Monde, en entrevista en El País Semanal. De hecho, mientras los lectores de elmundo.es en su versión gratuita debían conformarse con la noticia de la bronca de Belén Esteban, la carroña, los clientes de pago de Orbyt podían leer en exclusiva una gran entrevista, de lujo, en la que Sánchez Dragó afirmaba que para él, el desahucio “sería una liberación”.

El desahucio parece un hecho meramente físico, pero también puede ser un acontecimiento intelectual. Sánchez Dragó es un buen ejemplo de inquilino privado de la posesión de su inmueble cerebral, circunstancia que le ha obligado a refugiarse en la chabola televisiva. El mismo lugar en el que Miguel Ángel Revilla, el ex presidente de Cantabria, autodenominado “ciudadano del mundo”, tiene una sección que se llama “La opinión de Revilla” (“La Sexta noche”, La Sexta). Licenciado en Ciencias Económicas, Revilla raja en la tele con la misma contundencia con que lo haría un vendedor de crecepelo en una carreta del Far West. Habla de los paraísos fiscales en “la isla Gran Caimán”, y asegura que el mundo lo manejan “piratas” vestidos con corbata. Él lleva una rosa.

“Nadie interesante tiene un minuto al día en la televisión”, escribió Manuel Hidalgo precisamente en El Mundo ayer domingo. Un sabio este Hidalgo.

 

Un motivo para NO ver la televisión

The Rolling Stones.

Cd:  2120 South Michigan Ave.

Hoy no recomiendo una novedad, sino un clásico oscuro. Un disco pirata de los Stones que recopila las canciones que Jagger y los suyos grabaron en los legendario estudios Chess de Chicago, situados en el 2122 South Michigan Avenue, allá por los años sesenta.

Puro blues, sencillas bases rítmicas, armónicas sonando por los micros de voz, guitarras distorsionadas… y canciones memorables revisitadas con respeto y pasión. El resultado de estas tres jam-sesions de blues-rock, grabadas entre junio del 64 y mayo del 65, se repartió por diferentes discos en todos los formatos (singles, eps, lps…), pero en este bootleg están todas reunidas. Son 27 canciones que forman un disco memorable.