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La sonrisa de Cifuentes

En el caso del master de Cifuentes estamos muy confundidos: lo importante no es que dimita, o que renuncie a un master que nunca tuvo. Lo verdaderamente importante es arrancarle la sonrisa. Esa sonrisa que exhibe en todas y cada una de sus apariciones públicas. Una sonrisa repugnante, mezcla de hipocresía y cinismo, de rabia contenida, soberbia en ebullición y vulgar sinvergonzonería. El recurso desesperado de un político altivo incluso en la agonía: “No dejes de sonreír, que es lo que más les molesta”, confesó la todavía presidenta de los madrileños a un compañero.

Cada vez que la Cifuentes acusada de aprovecharse de su cargo, de desacreditar la universidad pública, de mentir y falsificar, sonríe en público está escupiendo en la cara a todos los madrileños. A esos estudiantes que acuden cada día a clase y realizan exámenes, a los padres que se sacrifican para poder pagar matrículas, a los ciudadanos que financian el sistema con sus impuestos. Se está burlando de todos nosotros.

Es la sonrisa del que no sabe lo que es perder, del que cree que ha nacido para ganar. Del que considera que merece lo mejor, del que cree en la importancia de los títulos sobre el sentido común o la honradez, del que piensa que su hijo, el de usted, no tiene por qué estudiar: ya lo hacen los suyos.

Un cursi dijo una vez que la sonrisa es el espejo del alma. Puede que tenga razón. En el caso de Cifuentes, su sonrisa miserable, esa que luce para molestar a quienes se sorprenden con sus fechorías, es fiel reflejo de unas entrañas negras, de una ambición sin límites, de una desvergüenza infinita. De una política sucia y acabada.

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Un motivo para NO ver la televisión

Sarah Shook & the Disarmers.

Cd: Years.

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Tiene cara de pícara ratilla, de gastar mala hostia, de no andarse por las ramas, de no hacer concesiones, de creer firmemente en lo que hace. La cantante de Carolina del Norte parece un niña cabreada, pero canta como una veterana muy segura de si misma, desde la madurez que ha conseguido tras solo dos grandes discos y cientos de actuaciones en garitos. Sarah Shook puede resultar profundamente incómoda, enormemente auténtica, absolutamente genial. ¿Una nueva promesa destinada a revolucionar el country una vez más, a coger el testigo de Lucinda Williams, a llamar a las cosas de Nashville por su nombre? Juraría que así es.

Sarah Shook y su banda sorprendieron hace tres años con un primer disco fantástico, titulado “Sidelong”. Este “Years”, diez canciones editadas tras fichar por Bloodshot, confirma todo el potencial de un debut redondo. Country trotón, Americana, rock de garito cervecero y alguna buena balada. Poco más se le puede pedir a un álbum que resulta tan profundamente vaquero como intensamente punk. Una colección de canciones que hablan de la mala suerte y la buena bebida, de las benditas compañías indeseables y las maldiciones, que han sido interpretadas por una banda que se deja guiar por sus entrañas. Un disco que confirma a Sarah como la gran esperanza del cow-punk. Cuestión de actitud, y sobre todo de buena música.

El fracaso de la democracia

El Grupo Popular dedicó un aplauso cerrado a Cristina Cifuentes a su llegada al Pleno extraordinario de su máster. Cifuentes enseñó la documentación ya conocida y se definió como la víctima de “una operación de descrédito”. No enseñó su trabajo fin de máster, ni aclaró cómo consiguió cinco sobresalientes sin pisar las aulas, ni cómo se matriculó tres meses después del comienzo de las clases presenciales, ni el porqué de las falsificaciones del acta, ni… “El título que conseguí lo conseguí de forma totalmente legal, y como prueba aquí aporto el título“, sentenció la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Ciudadanos no pidió la cabeza de Cifuentes (nada de moción de censura): se conformó con mantener vivo el caso con una Comisión de Investigación. En El País, Alandete aseguró que Cifuentes “había sido contundente”. “Cifuentes cuenta la verdad, ha sido contundente, convincente y sólida en su intervención”, insistieron en el Partido Popular. El portavoz de este partido exigió: “Espero que desde el tripartito pidan disculpas a las universidades españolas y madrileñas”. Él y Cifuentes rieron con ganas. Acabó el pleno extraordinario. Bronca. Nuevo aplauso cerrado del Grupo Popular, puesto en pie.

¿El prestigio de las instituciones públicas? A quién le importa. ¿La verdad y la decencia? No sé a qué se refiere. ¿La democracia? Un nuevo fracaso.

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Un motivo para NO ver la televisión

Cowboy song. La biografía autorizada de Philip Lynott.

Autor: Graeme Thompson.

Editorial: Es pop.

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En primer lugar, consiga el disco “Live and dangerous” de Thin Lizzy y hágalo sonar a todo volumen. Ya tiene todo lo que necesita para disfrutar al máximo de “Cowboy song”, una biografía densa, jugosa y fascinante de Philip Lynott, hijo ilegítimo de un guayanés y una irlandesa, bajista y cantante, compositor y poeta, líder de la banda de rock más excitante surgida del país de la Guinness. “Esta es la historia de la vida de Lynott en Thin Lizzy, pero también la historia de todas las demás cosas que fue y que podría haber sido, dentro y fuera de la música”, asegura el autor de un libro con final infeliz. Las adicciones y las inseguridades acabaron con la leyenda.

“Como bajista era bueno. Como líder de grupo era fenomenal. Fue un perfeccionista recalcitrante capaz de afectar el pasotismo de Johnny Cool. Alternaba con poetas y jugadores de billar, con pescadores y delincuentes, con Johnny Thunders y Georgie Best. Leía tebeos y a Camus y tenía una vida interior engañosamente amplia”.

Thin Lizzy ha sido la mejor banda de rock and roll irlandesa. Muy por encima de tuestes del calibre de U2, por ejemplo. Esta es la historia del grupo, contada a través de su cerebro y su alma, un negro que irrumpe en la escena musical irlandesa como un elefante en una cacharrería, que forma sus primeras bandas, se codea con buenos músicos, aprende a tocar el bajo y mejora día a día como cantante y como compositor. Sus canciones tienen el pulso de las calles, como si Springsteen hubiese deambulado por Dublín en lugar de por New Jersey. Y su vida permanece ligada a las mujeres, su madre y abuela primero, el resto más tarde: “¡Por el amor de Dios!”, exclama Paul Scully, “si mojar el churro hubiera sido deporte, Phil habría sido Ronaldo. Cielo santo, desde el primer día fue un imán para las mujeres… Las mujeres lo adoraban. Los ojos oscuros, alto, piernas largas y aquella expresión como de medio perdido. Hacía brotar su instinto maternal”.

Lynott grabó con Thin Lizzy cuatro discos memorables (Live and dangerous, Jailbreaker, Johnny the Fox y Bad reputation) y se convirtió en una estrella. Entre las páginas más interesantes de este libro, aquellas dedicadas a lo que pudo haber sido y no fue en su carrera. Por ejemplo la superbanda que estuvo a punto de formar junto a Ritchie Blackmore e Ian Paice, de Deep Purple, y Paul Rodgers, de Free. Tenían hasta nombre para la banda, Baby Face, pero solo ensayaron una vez antes de que el proyecto fracasara: “se quedó en agua de borrajas”.

Casi cuatrocientas páginas en las que el rock and roll se convierte en una forma de vida, en poesía urbana, en energía desbocada sobre el escenario. La vida de Lynott es la vida de una rock star con cerebro, con matices, con un talento grandioso. Todo terminó el 4 de enero de 1986, exactamente quince años después de que entrase en los estudios de Decca para grabar su primer disco con Thin Lizzy. Contundente como una línea de bajo, lírico como un solo de guitarra, documentado como un gran reportaje. Así es esta gran biografía de Lynott, el rocker irlandés más brillante de todos los tiempos.

“The boys are back in town es el ejemplo por antonomasia de la habilidad de Phil Lynott para transformar una borrosa noche de viernes en una colección de instantáneas idealizadas y dotadas de una claridad perdurable. Es un arte engañoso”.

Pedir disculpas

El pasado lunes la presidenta del Partido Popular en Madrid Cristina Cifuentes dijo, toda digna y enfadada, que su formación estaba pensando abandonar la Comisión de Investigación sobre Corrupción Política en la Asamblea de Madrid. No le gustaba la actitud de María Espinosa, diputada de Podemos Madrid, cuyo nivel de “descalificaciones e insultos” le pareció “totalmente intolerable”. Cifuentes sentenció: “Va a tener que pedir disculpas a tantos miles y miles de madrileños que han confiado en el PP”.

Solo un día después sabemos, gracias a la Cadena SER, que un empresario admite la financiación ilegal del PP en Madrid. Se llama Daniel Mercado, fue gerente de Over Marketing, y asegura que cobró en negro y también de adjudicatarias de la Comunidad de Madrid, las campañas electorales de Esperanza Aguirre en 2003 y 2007. Habla de Aguirre, Ignacio González y Francisco Granados como los “estrategas” de las campañas, que le enviaban al gerente del PP, Beltrán Gutiérrez, para acordar las fórmulas de pago.

Señora Cifuentes, ¿quién debe pedir disculpas a los miles y miles de madrileños que han confiado en el PP?

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Un motivo para NO ver la televisión

Todo es posible.

Autora: Elizabeth Strout.

Editorial: Duomo.

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En el medio oeste norteamericano está todo, a juzgar por el número de escritores que surgen de esas tierras rurales olvidadas. Narradores que pueden resultar brutales a la hora de describir las vidas de los habitantes del corazón de Estados Unidos, como podría parecer que pide el terreno y sus asperezas, pero también de una sutileza y una comprensión apabullantes. Elizabeth Strout pertenece a estas últimas. Tras ganar el Pulitzer con “Olive Kitteridge”, la absolutamente imprescindible vida de una maestra retirada en un pequeño lugar de Maine, Strout presenta con este “Todo es posible” una colección de historias conmovedoras protagonizadas por personajes de una humanidad cautivadora. Y sin una sola estridencia: estamos ante la reina de la sugerencia, del apunte, de la sutileza. El lector tiene que poner de su parte, algo que lejos de incomodar aumenta el placer de la lectura. Nos vemos reflejados en esas páginas.

“Para Charlie, eso parecía demostrar la futilidad de los sueños expuestos en los escaparates de los grandes almacenes por los que había pasado antes, en ese pueblo que habían encontrado juntos, a media hora de Peoria: podías comprar una máquina quitanieves o un bonito vestido de lana para tu mujer, pero bajo la superficie todas las personas eran ratas que corrían buscando basura que comer u otra rata que follarse, que construían sus ratoneras en ladrillos rotos y las ensuciaban tanto que su única contribución al mundo eran sus excrementos”.

Elizabeth Strout pertenece a ese privilegiado grupo de escritores capaces de convertir la pérdida de un botón de la camisa en un par de párrafos fascinantes. “Las sandalias de Yvonne, con altas plataformas de corcho, la hacían más alta aún. Para Linda eran un claro indicio de que Yvonne era probablemente de familia modesta. Los zapatos siempre delatan a la gente”. En el terreno en que mejor se desenvuelve esta escritora, que nació en Nueva Inglaterra pero vive en Nueva York, es el de lo cotidiano. Los detalles. Pueblos pequeños en los que suceden grandes cosas. O al menos cosas que nos interesan, que esconden desengaños y frustraciones, que soportan miedos y soledades. Pueblos que hace tiempo dejaron de cumplir sus promesas. Strout se mueve con soltura por esas malas calles, mirando de reojo a Lucy Barton, protagonista de su anterior novela, y al resto de habitantes, a sus vidas sencillas y al tiempo complejas. Grandes aventuras mínimas. De todo esto, que se dice pronto, hablan las historias reunidas en “Todo es posible”, un libro realista, doloroso y admirable que se sitúa en ese improbable cruce de caminos en que coinciden Flanery O´Connor, Richard Ford y Carson McCullers.

 

La justicia en España. Una cronología breve.

1.- Pablo Casado, vicesecretario general de comunicación del Partido Popular: “Lo bueno es que en el PP estamos teniendo máxima contundencia con la corrupción”.

2.- La Guardia Civil implica a Cristina Cifuentes, actual presidenta de la Comunidad de Madriden la financiación irregular del Partido Popular. Prevaricación y cohecho por adjudicaciones a Arturo Fernández.

3.- El juez Velasco descarta imputar a Cifuentes pese al informe de la Guardia Civil.

4.- El 51% de los españoles cree que el Partido Popular obstruye la acción de la justicia.

Estado fallido: se caracteriza por sufrir un fracaso social, político y económico. Y por tener un gobierno débil e ineficaz que presenta altos niveles de corrupción y negligencia judicial.

Un motivo para NO ver la televisión

Regreso a Twin Peaks

Autores: Varios.

Editorial: Errata Naturae.

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En Errata Naturae, una de la grandes pequeñas editoriales de este país, están últimamente muy centrados en lo que podíamos llamar literatura campestre. Esos títulos salvajes que nos ayudan a comprender la naturaleza, a vivir de otra manera. Pero lo hacen sin descuidar ni la literatura que podríamos denominar clásica, grandes historias atemporales, ni los deliciosos ensayos cinematográficos y televisivos. Hoy nos ocupa un nuevo título, “Regreso a Twin Peaks”, que ya debemos añadir a la lista de maravillas como aquellos dedicados a “Mad Men”, “The Wire”, “Breaking Bad”, “True Detective” o “The Soprano forever”.

Libros que son el complemento ideal para los adictos a las series, para aquellos aficionados a la buena televisión, a la ficción de calidad, a una forma inteligente y creativa de entender el entretenimiento audiovisual. “Twin Peaks”, la obra maestra de David Lynch, ya forma parte de nuestra historia cultural: se trata de una obra compleja, una serie de intriga ambientada en la Norteamérica profunda que confía en la imaginación del espectador y presta gran atención al guión, a los detalles, al ambiente, a la música. ¿Quién no recuerda a Laura Palmer en su bolsa de plástico? La obra de un visionario que, más de veinticinco años después de su estreno, sigue siendo capaz de hipnotizar a millones de telespectadores.

Para escribir sobre el trabajo de Lynch, sobre un Twin Peaks al que no solo se puede, sino que se debe regresar, en Errata Naturae han tirado de agenda. Y han conseguido reunir un coro de voces francamente interesante: David Chace, Michael Chion, Enric Ros, Raquel Crisóstomo… Encabezados, por supuesto, por un Lynch que cuenta en una entrevista cómo surgió la serie: “En principio se llamaba Northwest Passage, y la historia transcurría en un pueblecito de Dakota del Norte… Me gustaba la idea de un relato en episodios que durara mucho tiempo”.

“Twin Peaks” se ha convertido en leyenda. “Por muy surrealista que pudiera ser, por muy extraña que fuera, se parecía más a la vida real que las típicas series de televisón de una hora”, reconoce David Chace, creador de “Los Soprano”. Y precisamente de eso trata este libro, de la vida real y Twin Peaks, de las relaciones de la serie con la mente humana, con los sentimientos, con la violencia innata, con nuestro lado salvaje y nuestra conciencia. Con el hombre y su manera de pensar. Otra pequeña obra maestra.