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Lo primero es la salud

Anoche se cayó WhatsApp. Estremecedor, ¿verdad? Durante dos horas, los españoles no pudieron utilizar ese fascinante sistema de comunicación. Cundió el pánico, lógicamente. Muchos creyeron volverse locos al no poder contactar DE INMEDIATO con sus colegas, con sus familiares, con sus compañeros de curro. Solo les quedaba el teléfono, o el mail, por poner un par de ejemplos, para entrar en contacto. ¿Se imagina? ¡Qué agobio, qué desasosiego, qué sensación de indefensión! Afortunadamente, WhatsApp volvió, y se restableció el equilibrio social.

La noticia, no podía ser de otra manera, ocupó un lugar privilegiado en las portadas de los grandes medios de comunicación. Había estado en peligro la estabilidad emocional de millones de personas.

En los mismos medios, pero ya en lugares de menor importancia, se podía encontrar otra noticia más pequeña, peor valorada, que también afectaba a la salud de los españoles. O al menos de buena parte de ellos: ha dimitido Ángel Carrillo, jefe de la UCI pediátrica del Hospital Infantil Gregorio Marañón, por falta de medios. Es decir, por no poder atender a los pacientes «como se merecen» debido a la carencia de una unidad donde trasladar a los niños tras las operaciones quirúrgicas más graves. Carrillo ha dejado su puesto después de varios meses en los que “no ha podido desarrollar su trabajo en condiciones y ante la desesperación que viven cirujanos y anestesistas por los recortes del centro médico”.

Ya, es tremendo, dira algún lector sin hijos, pero lo de WhatsApp… eso es la hostia…

Yo voy más lejos: ¿Cuántas camas de UCI infantil se hubiesen podido instalar con lo que han robado en la Comunidad de Madrid?. “La corrupción es cosa del pasado”, respondería Cristina Cifuentes, ajena a que son los suyos quienes han saqueado, están saqueando, las arcas públicas.

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Un motivo para NO ver la televisión

La Familia Carter.

Autores: Frank M. Young y David Lasky.

Editorial: Impedimenta.

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Hoy les voy a hablar de la Familia Carter. Ya sabe, de los Carter de toda la vida. Las raices de la música country, una leyenda popular norteamericana, responsables de cientos de canciones, muchas de ellas memorables: “En 1927, la Familia Carter se convirtió en la protagonista de un acontecimiento que los historiadores denominan ´el big bang de la música country`: una serie de sesiones de grabación que se celebraron en el curso de una semana en la localidad de Briston, en la frontera entre Tennesse y Virginia, por la discográfica Victor Records, bajo la dirección del sagaz Ralph Peer, encargado de descubrir nuevos talentos”.

Busco en la letra C de la sección “Country viejuno”. Ahí estan los nuevos discos, editados en 1993 por Rounder Records en formato CD, de esas grabaciones históricas. Suenan a campiña en otoño, a pastel de carne y mesa de madera recien encerada, a bosta fresca de choto y a grasa de eje de carreta, a cristianos rurales y a sentimientos frescos. Son las bases del country moderno, lo que es decir tanto como las bases del rock and roll. Elvis, Woody Guthrie y Bob Dylan así lo entendieron, y así nos lo enseñaron.

Este maravilloso libro habla de esta familia, los Carter, y surge de las entrañas profundas de Virginia con destino a la gloria. Maybelle, Sara y A.P. Carter recopilaron toda la sabiduría sonora del sur de Estados Unidos, canciones de vagabundos y melodías circenses, acordes imposibles de presidiarios. Y las adaptaron a sus necesidades, amenizar bodas y fiestas, sembrar la semilla sonora de un país.

El escritor y músico Frank M. Young y el dibujante David Lasky cuentan la historia de los Carter con gran lujo de detalles, e Impedimenta nos la ofrece en un volumen primorosamente editado. Un gran guión, serio y bien documentado, que encaja a la perfección con unos dibujos de tono vintage que recuerdan en algunos momentos a las barajas (country y blues) que realizó Robert Crumb. Imprescindible para todos los interesados en la música popular del último siglo: nos ayuda a entender cómo empezó todo.

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Hasta nunca, Rojo

Telemadrid ha despedido a Alfonso Rojo. O si usted lo prefiere, no le ha renovado el contrato. La noticia es que después de todo un año presentando el programa “Más Madrid”, un periodista tendencioso aficionado al insulto y la maledicencia dejará de aparecer en la televisión pública de los madrileños. ¿Una buena noticia? A medias…

Telemadrid se libra de un personaje nefasto. Esta es la buena noticia. La mala, que todos los directivos de Telemadrid que, lejos de prohibir el paso de individuos como Rojo a las instalaciones de la cadena, le abrieron las puertas de la misma, le pusieron al frente de un programa y le pagaron (dinero público) por ello, siguen en sus despachos, aferrados a sus cargos y sus nóminas.

La tan cacareada transición en Telemadrid sugerida por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, de momento solo es una broma de mal gusto. Los problemas de la cadena pública madrileña van mucho más allá de Rojo, un simple grano en el culo de una cadena consumida por las hemorroides ideológicas: Telemadrid no es una televisión, es un instrumento de propaganda del PP madrileño. Echar a Rojo es una anécdota dermatológica, cuando lo que Telemadrid necesita es despiadada cirugía.

Mientras no se desmonte de raíz la infraestructura propagandística montada por Esperanza Aguirre y sus secuaces, Telemadrid seguirá siendo una vergüenza para todos: madrileños, periodistas y hasta los miembros honrados y cabales del PP, que imagino existen.

Un motivo para NO ver la televisión

Un buen hijo.

Autor: Pascal Bruckner.

Editorial: Impedimenta.

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Demoledora autobiografía del filósofo y novelista francés Pascal Bruckner, en la que presta especial atención a la influencia de su padre, un tipo instruido pero despiadado, un fascista de tomo y lomo, que marcará su vida. “En casa, la muerte reinaba como dueña y señora, todos éramos cadáveres diferidos, obligados a vivir protegidos como un burlete”.

Bruckner escribe de maravilla, cruzando en este libro fascinante anécdotas personales con reflexiones vitales y filosóficas. Es una cruda novela de formación, como bien reza la contra portada, pero también la espeluznante descripción de un individuo brutal, de un padre violento, despiadado, malvado. El hijo sobrevive a duras penas a la crueldad de un tipo que parece indestructible, y que resulta destructivo y perverso hasta el final de sus días. “Crecer es inventar la propia vida: envejecer es reducirla a algunos elementos anteriores. Si las decisiones han sido erróneas, la vejez será la imagen de esos errores”.

Destaca, por encima de las miserias familiares, el amor de Bruckner por la reflexión, por la cultura, por la literatura: “Los libros me han salvado. De la desesperación, de la estupidez, de la cobardía, del tedio. Los grandes textos nos izan por encima de nosotros mismos, nos ensanchan el alma hasta que alcanzamos las dimensiones de una república del espíritu”. Este es uno de esos grandes textos.

 

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El orgullo de Telemadrid

Una de las condiciones que impuso Ciudadanos para apoyar el nombramiento de Cristina Cifuentes presidenta de la Comunidad de Madrid fue cambiar la ley televisiva actual. Es decir, “despolitizar y profesionalizar” Telemadrid, y que la elección del consejo y del director general los realizasen mayorías cualificadas. Mutarse hasta parecer la BBC, exigieron los chicos de Rivera: servicio público y pluralidad.

Podría parecer que los directivos de Telemadrid lo han entendido a la primera: retransmitieron la marcha del Orgullo Gay en directo, con cuatro reporteros incrustados e integrados entre el personal. Sin el Follonero de derechas haciéndose el facha. Una cobertura mejor o peor de la fiesta, cuestión de gustos y falta de experiencia, pero cobertura a fin de cuentas, con momentos en los que incluso hablaban del número de asistentes en términos elogiosos. Un millón y medio de personas en la calle. Una fiesta.

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Salir del armario le ha sentado bien a la televisión pública madrileña: 9.5% de share, el doble de la media de la cadena y triple de lo registrado habitualmente por el programa “Aquí Madrid”, donde se emitió la marcha.

Parece lógico. Madrid es una comunidad amplia, abierta, acogedora… Una Telemadrid como la actual, nido de fachas y descarado órgano de propaganda de lo más rancio y lumpen del PP, no podía funcionar. Pero el telespectador estaba ahí. Agazapado en el sofá, frente al electrodoméstico, con el mando a distancia on fire. En cuanto las plumas sustituyeron a las corridas de toros, las carreras de tacones a los spaguetti western, y las dragqueen, los osos amorosos y los palomos cojos a los tertulianos casposos, la cadena ha revivido. Es una fantasía, apenas minutos de color y libertad, porque no se le pueden quitar las manchas a un leopardo: los despachos de Telemadrid siguen llenos de esbirros del PP. Pero ha sido un soplo de aire fresco, y un aviso de lo que está a punto de suceder.

Cifuentes y los suyos tienen que ceder el control de Telemadrid. Así se lo exigió Ciudadanos, y así se lo deben pedir el resto de partidos. Y los ciudadanos. Es una ocasión única para devolver a la televisión pública de los madrileños la dignidad. Y el orgullo, por supuesto.

Festival del humor liberal

La prensa especializada en televisión asegura que “Ciudadanos y Cifuentes pactan una Telemadrid ‘a semejanza de la BBC’”. Han tenido que pasar horas desde que leí el titular hasta que he conseguido ponerme a escribir este post: la risa, en forma de demoledor ataque, me impedía dejar de retorcerme por el suelo y escribir una sola palabra. ¡Telemadrid y BBC en una misma frase! ¡Y con el término “semejanza” entre ambas! Ni el más inspirado José Mota… qué digo José Mota… ni el más inspirado Eugenio hubiese sido capaz de concebir un humor más loco, surrealista, irónico y por supuesto tronchante que el que hemos tenido ocasión de disfrutar con esa reflexión.

Pero el festival del humor liberal que está teniendo lugar en la Comunidad madrileña no acaba en esa frase para la historia. Va mucho más allá de un titular inolvidable, por absurdo e imposible, por demencial. Dicen los protagonistas del acuerdo entre Ignacio Aguado y Cristina Cifuentes que los líderes de Ciudadanos y PP prometen una nueva televisión autonómica construida “estableciendo criterios de despolitización, profesionalización y elección del Consejo y Director General por mayorías cualificadas”. Estos tipos están condenados a terminar sus días, recuerde lo que le digo, escribiendo chistes para Arévalo y Bertín Osborne, la pareja de moda en la comedia: ¡Son los putos amos del humor ibérico!

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Cifuentes y Aguado, PP y Ciudadanos, se dan cuenta ahora, vaya por dios, de que la cadena autonómica madrileña necesita despolitización y profesionalización. Y de que no le vendría mal que el Consejo y el Director General fuesen elegidos por mayorías cualificadas. Por lo que parece Cifuentes y Aguado, PP y Ciudadanos, se acaban de enterar de que sus antecesores, Esperanza Aguirre e Ignacio González, otra pareja con indudable gracejo, habían convertido Telemadrid en una máquina de propaganda a su servicio. No se habían enterado, Cifuentes y Aguado, PP y Ciudadanos, de que los madrileños llevan 20 años financiando una cadena sin audiencia y sin prestigio, la vergüenza de la Comunidad, solo para tapar los tejemanejes de Aguirre y González. Y de paso, del resto de miembros corruptos del PP: la Gürtel, la Púnica, las cuentas en Suiza, Bárcenas, Rato y compañía, la financiación ilegal, el ático, las mamandurrias… En el PP han ignorado durante dos décadas los problemas de una autonómica que, según la Federación de Asociaciones de Prensa, se ha saltado reiteradamente el código de la profesión periodística. Ahora quieren convertirla en la BBC.

Con estas tronchantes declaraciones, “una Telemadrid ‘a semejanza de la BBC’”, Cifuentes y Aguado pasan a formar parte por derecho propio de la insigne historia de parejas humorísticas de este país. Tip y Coll, Cruz y Raya, Martes y 13, los Morancos, Pajares y Esteso, el Dúo Sacapuntas, Faemino y Cansado..Solo que, al tratarse de una pareja mixta, Cifuentes y Aguado compartirán sección con Avelino y Pepa o, si preferimos a los clásicos, con Gracita Morales y López Vázquez. Humor rancio para la regeneración de una política tronchante.

Un motivo para NO ver la televisión

The Dream Syndicate.

CD: The Days Of Wine and Roses.

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Se acaba de reeditar esta joya, con nuevo sonido y canciones extras. Liderados por un crítico musical llamado Steve Wynn, este cuarteto de Los Angeles encabezó un movimiento de comienzos de los años 80 llamado Nuevo Rock Americano. Junto a bandas como Green On Red, Gun Club, The Rain Parade, The Long Ryders o Del Fuegos, The Dream Syndicate devolvieron la frescura a unos aficionados cansada del rock para adultos.

Este es su primer y mejor disco, editado con nueve canciones en 1982. Sonidos psicodélicos que recordaban a los momentos más inspirados de la Velvet Underground o el Dylan más ácido, con guitarras desbocadas y distorsionadas, y por supuesto una base rockera… y todo gestado en las entrañas de un garaje. Un disco memorable, insisto, que áhora se publica remasterizado, y con seis canciones más de aquellas primeras sesiones de grabación, en una edición primorosa.

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