Admiro profundamente a los tipos ingobernables. Absolutamente ingobernables solo he conocido a dos, y ya están muertos: el Reverendo y Moncho Alpuente. El primero, que tenía un talento descomunal para la música, solo entraba en vereda con el Gran Wyoming. Y no siempre. El segundo era brillante escribiendo, pensando, razonando, hablando, a su manera incluso cantando. La sencillez con que manejaba todas sus virtudes, y su escasa ambición, le resultaban profundamente incómodas a quienes mandaban, a los poderosos. Porque Moncho siempre estaba con los de abajo, era un tipo afable, humilde y discreto, y despreciaba a los mediocres que se creían por encima.
Cuando comencé a trabajar en Radio El País yo era profundamente ignorante y enormemente mediocre. Aunque pueda parecer increíble, aún más que ahora. Llegaba a la emisora muy temprano y ahí estaba Moncho, con su resaca, su cigarro, su cerveza y sus colegas, escribiendo con una facilidad que me resultaba estremecedora. Aparecía alguien con una noticia absurda, o política, o económica, o las tres cosas al tiempo, no importaba en absoluto el tema, y Moncho se paraba unos segundos a pensar, daba un trago a la birra, y en dos minutos tenía un texto tronchante sobre ese asunto cualquiera. Unos párrafos tan inteligentes, irónicos y mordaces como para deprimir a todo aquel que pretendiese hacer del periodismo su profesión. Nunca he visto a nadie escribir tan rápido, tan bien, de manera tan lúcida, radiante y libre.
Nos encontramos cerca de Gran Vía hace no mucho tiempo. Tenía un saludable aspecto de abandono, estaba contento y risueño, hablamos de los viejos buenos tiempos y de los inciertos nuevos tiempos, y cuando se despidió me pareció un hombre eterno, uno de esos genios atemporales que pasan a tu lado como un suspiro, purificando el aire que respiras, engrandeciendo tu vida.
Ante la mediocridad política que nos acogota, ante la vanidad literaria y la soberbia artística, me gustaría reivindicar el talento. Por eso he querido hablar un poco, no mucho, de Moncho Alpuente, el talento en estado puro.
Buenas tardes
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Otra vez buenas tardes
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Buenas tardes tenga usted.
https://fbcdn-sphotos-f-a.akamaihd.net/hphotos-ak-xpf1/t31.0-8/10982580_10152739879563253_3683429176173693354_o.jpg
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Jefe, usted se las está llevando por todas partes.
Siento lo de su amigo.
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https://youtu.be/A7qEHudyaKo
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Tenía toda la pinta de ser un gran tío Moncho Alpuente… No sé si será consuelo, pero al menos has tenido la suerte de haberlo conocido personalmente… Un abrazo
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Como buen amante de la música, le dedico una de uno de los mejores grupos de rock de todos los tiempos. Va por él.
httpv://youtu.be/FeJkDewhTEw
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DEP … otra gran pérdida y demasiado temprana.
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Ha dicho el Papa que la corrupción apesta, menudo zascandil está hecho
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Interesante ¿análisis? ¿no-análisis?
http://www.eldiario.es/zonacritica/Progeria-Albert-Rivera-Pablo-Iglesias_6_368573172.html
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El diario Publico me produce urticaria y muchas de sus firmas me producen vergüenza ajena, aunque ideológicamente no debería ser así. La columna de Moncho era de las pocas que salvaba de la quema y que leía de manera asidua. También lo recuerdo pinchando a Jesús Gil cuando este iba a los platós a que le rindieran pleitesia, allí dónde otros se ponían de rodillas, Moncho ya metía el dedo en el ojo del crápula. Una perdida, además joven.
Y hablando de pérdidas lamentables, se animará el Boss con el desastre de Moreno en la primera o el programa fue tan calamitoso (y su programación tan escandalosamente bochornosa) que no merece ni una línea?, el PP dinamitando la televisión que pagamos todos, que panda de hijos de la gran puta.
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La verdad es que era el único con cojones para plantarle cara a Gil cuando los demás le reían las gracias y moncho le decía sinvergüenza. La pena es que la gente entonces se reía incluso de él cuando Gil le insultaba. Dep.
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Buenos ratos escuchandoles
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Este es más divertido
http://www.guerraeterna.com/las-claves-locas-de-andalucia/
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Mis recuerdos de Moncho Alpuente me llevan a la tele, lo recuerdo sobre todo en el programa de Miguel Ríos.
No era una de mis referencias, pero era como esa mesilla del pasillo a la cual no prestas atención hasta que alguien la quita. La echas de menos. Yo lo echare de menos.
Ha muerto con solo 65 años, tuvo creo hace tiempo problemas pulmonares, y ahora ha muerto de un ataque al corazón.
Recuerdo cuando con sus “amigotes” defendía el derecho a fumar -uno de ellos Wyoming, a la postre médico- a mi más bien me pareció una soflama pro cigarrillo. La libertad era su excusa. Recuerdo que pensé que aquella campaña era una temeridad, dar alas a las enfermedades por nada, exportar y oficializar vicios propios, una adicción que se trasviste en derecho para seguir con ella. Restar importancia a un problema que te puede matar. Abonar un sufrimiento innecesario y cargar una pistola que ya tiene demasiadas balas. Algo impropio de alguien inteligente como eran la mayoría de los “firmantes”. También pensé que alguien que estaba en contra de todas las multinacionales y del capitalismo parecía no reparar que aquella campaña enriqueciera de forma indirecta a las tabaqueras, darles alas a traficar con pulmones podridos y poner precio de oro al humo. Diré en este punto que no se si Alpuente ha muerto finalmente por el tabaco o si ha sido por la bebida o por su mala vida o por todo junto. Uno es libre de vivir o malvivir como quiera, el además negó en un principio que sus problemas físicos los causara el tabaco, lo cual también es típico. Desconozco si realmente ha sido así, pero eso no restaría un ápice de razón a lo que digo. Y es que, hay cosas que aunque nos jodan no debemos defender en público y menos aun valiéndonos de nuestra popularidad. Vicios siempre hubo pero en privado…
Perdón, pero no es un ajuste de cuentas, no estaba esperando a que pasase el cadáver para hacer mofa. Solo es un recuerdo que tenía que decir. Siento mucho la muerte de este hombre como la de cualquier hombre o mujer con talento y cosas que decir. Odio que una tontería, que es una tontería y muy gorda, como es el fumar me sustraiga, pongamos en el caso de Alpuente unos veinte años de ocurrencias y buenos ratos. A muerto en canarias seguro que tenía ganas de seguir viviendo.
Jefe un abrazo… y entiende lo que digo.
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La libertad de fumar, ¿Por qué no?
Harta ya de todos los que dicen lo que hay que hacer para no morir.
Vamos a morir igual.
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Pues sí, ¿por qué no?
https://twitter.com/openculture/status/576566919051935745/photo/1
..otra causa perdida ( a día de hoy no se puede fumar en los espacios públicos, y muchos fumadores lo llevamos bien y nos parece bien). Son los usos y costumbres y hábitos que se promueven, mejor que las prohibiciones. Yo veo ahora más gente corriendo que fumando por las calles. Eso sí no estoy muy seguro de qué será peor
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