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Viene el lobo

Todo lo que lea en el post de hoy va sobre lobos. ¿Cual es la razón? Muy sencilla. Presentarles al final del texto el libro “La guerra del lobo” (Capitan Swing). No se me ha ocurrido un modo más discreto, perdóneme, de invitarle a leer este recorrido por la vida del gran depredador ibérico que rodearlo de música y de dibujos. También lobunos, por supuesto. La reseña es gentileza, no podía ser de otra manera, de uno de los más fieles lectores del blog. Pasen y vean, escuchen y lean.

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JD McPherson acaba de lanzar un disco con un lobo en la portada. ¿El interior? No, no es lo de menos. Es un maravilloso homenaje al rock and roll auténtico, sin edulcorantes, sin truco ni cartón. Ese rock and roll que, como dice Luis, líder de los talaveranos Lobos Negros, “quita la tontería”. Los Lobos Negros castellano manchegos no tienen, que yo sepa, nuevo disco. El de JD McPherson, un músico de Oklahoma, entre Memphis y Texas, no muy lejos de Nueva Orleans, es simplemente delicioso.

El lobo es un animal mítico. Ha servido de inspiración para cuentos, canciones, películas y, por supuesto, dibujantes. Me gustan muchos de ellos, pero voy a destacar dos. El primero, Paul Jackson, une dos de mis pasiones: los animales vivos y los muertos. Es decir, los animales y sus huesos.

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Y siguiendo con los lobos y sus calaveras, llega Wolf Skull Jack, una dibujante británica de enorme imaginación que no solo crea auténticas obras de arte, sino que las convierte en unas camisetas maravillosas.

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Un motivo para No ver la televisión

La guerra del lobo.

Autor: Javier Pérez de Albéniz.

Editorial: Capitán Swing.

No faltará quien se sorprenda ante un libro de Javier Pérez de Albéniz sobre un tema como el de “La guerra del lobo”, tan alejado de la televisión, la cultura o el periodismo. Y es que la faceta menos pública del autor es la que le permite tratarlo desde una perspectiva privilegiada: la del entusiasta amante de la vida salvaje que, a la vez, se enfrenta a la problemática de una explotación ganadera familiar a merced de los ataques del mayor depredador de la península.

Es difícil tratar un tema en el que se mezclan tantas pasiones e intereses económicos, personales y políticos: ganaderos, asociaciones de cazadores,  organizaciones ecologistas y científicas, administraciones locales, autonómicas, estatales y europeas no pueden (y muchas veces no quieren) dar solución al conflicto. A pesar de ello, la investigación sobre el terreno de Albéniz a lo largo de un año le permite, por una parte, acercarnos al lobo y, por otra, aportarnos mucha información acerca de las posturas de unos y otros, sacando a la luz muchos detalles sin los que no es posible comprender realmente la situación. Un libro que acaba cautivando incluso al mayor profano en cuestiones relativas al lobo, como ocurre con esas columnas de Jotdown sobre temas que jamás pensaste que acabarías leyendo.

Juan Antonio Balado.

Pinchar para leer el primer capítulo

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P.D.

 

El bien pagao

El micrófono, que permanecía abierto, recogió la frase indiscreta del político-gestor-propagandista. “Puf… Menos mal que estoy bien pagao”, reconoció por lo bajini José Antonio Sánchez, presidente de RTVE, al presidente de la Comisión Mixta de Control Parlamentario de la Corporación y sus Sociedades en el Senado. Tenía más razón que un santo: 197.125 euros anuales es mucho dinero. Sobre todo si usted pone la tele que presiden Sánchez, TVE, y ve programas como el de Javier Cárdenas, la serie de José Luis Moreno “Reinas” o un informativo.

Seguramente ese fue el momento de mayor sinceridad de Sánchez en las cuatro horas que duró la sesión. Una de las preguntas que le hicieron fue acerca de las medidas que tomaba para garantizar la independencia de RTVE. “Mire usted… Ninguna”, dijo muy ufano. Y tras una breve pausa teatral puso la guinda: “Porque no es necesario: la independencia en RTVE está garantizada”.

Nos mienten, nos estafan, nos roban y, además, se ríen de nosotros. Los trabajadores de RTVE han denunciado manipulación, censura, la creación de una redacción paralela, contrataciones a dedo e incluso purgas. “¿Purgas en RTVE?”, dijo Sánchez en un alarde interpretativo que hubiese puesto el vello de punta al mismísimo Al Pacino. “Yo sólo lo había oído de la época de Stalin y esas cosas. Pero que existan purgas y que se consienta y esta cámara no haga nada es aterrador”.

¿Quieren que los esbirros de los políticos digan la verdad? ¿La verdad de la buena? Cierren los micros, dénles de beber unos gin tonics y, si se resisten, pongan a su disposición un volquete de putas. Su hábitat no son las instituciones. El Congreso y el Senado se les quedan pequeños. Con 200.000 euros en el bolsillo le sonríen a la vida, se relajan, se descojonan de usted y entonan bellas melodías…

Bien pagao,

Si tu eres el bien pagao,

Porque tus besos compré

Y a mí te supiste dar

Por un puñao de parné

Bien pagao, bien pagao

Bien pagao fuiste presidente.

 

Un motivo para NO ver la televisión

Montañas tras las montañas

Autor: Tracy Didder.

Editorial: Capitán Swing.

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“El Gobierno español no se plantea enviar ayuda para la segunda mayor hambruna desde la II Guerra Mundial”, dice el titular de prensa. En estos tiempos salvajes e insolidarios, marcados por las amenazas de Trump, por las guerras olvidadas y por las desigualdades asesinas, son necesarios libros como éste. “Montañas tras las montañas” cuenta la vida de un hombre bueno, que dedicó su vida a la salud de los menos favorecidos. Un médico que eligió la sanidad más pública, más necesaria, más humana: aquella que le llevó de Harvard a los barrios y pueblos más pobres de Haití, Perú, Cuba o Rusia. Lugares donde las enfermedades más sencillas, aquellas que ya no son problema en el primer mundo, arrasan a comunidades enteras. Se llamaba Paul Farmer, era médico y antropólogo (la antropología le interesaba más como herramienta para la “intervención” que como disciplina), y salvó miles de vidas poniendo en peligro la suya. El escritor neoyorkino Tracy Didde firma en este libro un perfil de Farmer amplio, detallado, intenso, emocionante…

“Justo cuando creías que ya le habías cogido el truco a su visión del mundo, te sorprendía. Tenía problemas con grupos que a primera vista podrían haber parecido aliados, que a menudo eran, de hecho, aliados; por ejemplo, a esos a los que llamaba “LB” (los liberales blancos, algunos de cuyos portavoces eran negros y adinerados). ´Me encantan los LB, de verdad que sí. Están de nuestro lado –Me había dicho varios días antes, al definir el término-. Pero los LB creen que todos los problemas del mundo pueden arreglarse sin que ello les suponga ningún coste. Nosotros no pensamos así. El sacrificio, el remordimiento e incluso la piedad tienen muchas ventajas. Es lo que nos distingue de las cucarachas”.

Didder fue amigo de Farmer, y viajó con él a los lugares donde luchó contra enfermedades que, como la tuberculosis, solo seguían siendo mortales en paises pobres abandonados a su suerte. El corazón de la miseria. Ese era el hábitat de un Farmer que recibió esta carta de una mujer con la que quiso casarse: “Durante mucho tiempo he pensado que podría vivir y trabajar en Haití, labrarme una vida contigo, pero ahora soy consciente de que no puedo. Y eso, sencillamente, no es compatible con tu vida, con la vida que una vez me dijiste que te gustaría llevar, hace ya diez años… Las cualidades que amo en tí (las que me atrajeron de tí) son también las que me molestan: en concreto tu compromiso inquebrantable con los pobres, tu agenda infinita y tu compasión hacia los demás”.

Un libro imprescindible para no tirar la toalla y coger el Kalashnikov, para seguir confiando en el ser humano, para pensar, como dice Bernie Sanders, que “perder la esperanza no es una opción”.

La libertad de prensa (según Prisa)

Escribía el domingo Antonio Caño, director de El País, una interesante columna titulada “Amenazas a la libertad de prensa”. Su tribuna se centraba en advertir de la llegada de Donal Trump y del peligro de los populismos (usted ya sabe a quiénes me refiero): “Destruir el prestigio y la credibilidad de los medios principales, nada de lo que ellos critiquen tendrá impacto entre mis seguidores… Le ha funcionado a Trump…Y le ha funcionado a otros, que han podido despreciar sin aclarar las sospechas sobre sus fuentes de financiación”.

Caño también dice cosas hermosísimas, de esas que ponen la piel de gallina a cualquier demócrata: “una prensa independiente y fuerte es más necesaria que nunca… Sin ella, simplemente estaríamos a merced de los embusteros y los manipuladores”. E incluso hace autocrítica: “Su excesiva cercanía al poder (de los periódicos), su distancia con los lectores, su endogamia y arrogancia impidieron a veces que los diarios hiciéramos una adecuada interpretación de los hechos”.

Olvida Caño, y eso que habla de la “excesiva cercanía al poder” como motivo de descrédito de los periódicos, un par de noticias que le vendrían al pelo para defender su teoría. La primera, el último gran fichaje de El País: Alfredo Pérez Rubalcaba se incorporó en septiembre del pasado año al consejo editorial del diario de Prisa, para debatir la línea editorial del mismo. La segunda es más reciente y afecta a su grupo: Augusto Delkader, presidente de la Cadena SER, se ha convertido en consejero ejecutivo de la constructora Sacyr.

Hay que tenerlos muy bien puestos para hablar de “la cercanía al poder” como amenaza a la libertad de prensa con Rubalcaba en tu consejo editorial y Delkader como consejero de Sacyr. Caño los tiene. Muy bien puestos, digo. Recuerden que llamó “insensato sin escrúpulos” a Pedro Sánchez. Lo que viene siendo la sagrada libertad de prensa.

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Un motivo para NO ver la televisión

La era de la Yihad.

Autor: Patrick Cockburn.

Editorial: Capitán Swing.

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Vivimos tiempos convulsos. Y todo parece indicar que los que vienen pueden ser aún más complicados. Escribo esta reseña cuando el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decretado la prohibición de la entrada en EEUU de ciudadanos de Libia, Irán, Irak, Siria, Somalia, Sudán y Yemen durante 90 días, hasta la cancelación de todos los visado de refugiado político. Una orden que incluye un refuerzo de las medidas de control para la entrega de visados.

“Estados Unidos recurrió a los señores de la guerra como aliados locales, a pesar del odio generalizado que les profesaban los afganos de a pie. El atractivo político de los talibanes, dejando a un lado su intolerancia y su oscurantismo religioso, había radicado siempre en su supuesta oposición al caciquismo de los señores de la guerra. Lo que vino después fue una profunda desilusión con el Gobierno de Karzai y, cuando empecé a visitar y a escribir de nuevo sobre Afganistán, a partir de 2008, me di cuenta de que el rasgo político dominante era la antipatía o el odio hacia el Gobierno en todos los niveles de la sociedad”.

Es el momento perfecto para leer “La era de la Yihad”, del periodista irlandés Patrick Cockburn. Se trata de una recopilación de textos importantes, escritos en primera línea de conflicto, desde el corazón de Iraq, Siria, Afganistán y Libia. Puro periodismo, necesario a todas luces para entender un problema que sacude la estabilidad mundial. Desde Oriente Próximo el periodista, que es también un meticuloso analista, ofrece al lector clarificadoras crónicas no solo sobre el presente, sino sobre las raíces del problema. Imprescindible, insisto, para entender qué está pasando, qué puede pasar.

“La expresión “Primavera Árabe” está en el origen de muchas ideas equivocadas sobre lo que ha ocurrido en Oriente Próximo y el norte de África en 2011 y los años posteriores. Es un término que alimenta la idea de que las flores frescas de la democracia, la tolerancia y la paz sustituirán a los viejos y despóticos regímenes dictatoriales. Evoca recuerdos de la Primavera de Praga y crea la esperanza de que en el mundo árabe el declive de los viejos estados policiales será tan pacífico como en la época de la caída del comunismo hace un cuarto de siglo.

Cinco años después, la gente es muy consciente de que eso es exactamente lo que no ha ocurrido y muchos sienten que en 2011 les engañaron”.

“La era de la Yihad” es periodismo en estado puro. Periodismo de la mejor calidad, obra de un especialista que no solo domina los temas que trata, el estado Islámico y la guerra en Oriente Próximo, sino que sabe escribir. Y observar. Y situar en el tiempo y la historia. Y contarlo todo con pasmosa eficacia, alternando la historia con la actualidad, desde el corazón del conflicto. Una lección de reporterismo de altísimo nivel, un periodismo que ya solo hacen unos pocos maestros. Cockburn es uno de los mejores.

I Master de Rock and Roll Matutino sobre Ruedas.

Lunes 30 de enero

Louie Louie.

The Kingsmen.

“O eres de los del Louie Louie o eres de los otros”, decía un colega. Los del Louie Louie son los del rock and roll. Los otros son… los otros. El resto. Richard Berry, cantante y compositor nacido en Nueva Orleans, escribió este himno en 1955. En él está la esencia del rock and roll, desde entonces hasta nuestros días: menos de tres minutos de riff muy claro, guitarras incendiarias, y una melodía que invita al baile. Existen decenas, cientos de versiones, del Louie Louie. Desde David Bowie hasta Motorhead, pasando por los Flamin Groovies o los Kinks, todos han querido hacer suya esta obra maestra. Pero la más conocida, la que la ha convertido en inmortal, es la grabada en 1963 por una banda de garaje de Oregón: The Kingsmen. Escucha y luego dime: ¿Eres de los del Louie Louie?

Normalidad

A PP y PSOE les gustaría poder resetear la política española. ¿crtl + alt + supr? Apretar los botones y volver a empezar. Como si nada hubiera pasado. Como si no existiera Podemos (Ciudadanos es una réplica fallida), como si no hubiésemos disfrutado llamándoles “casta”. Como si no pudiera estar en entredicho la actual democracia, el sistema liderado por un partido que ha vencido dopado (financiando ilegalmente sus campañas). Les gustaría volver a la casilla de salida para competir como siempre, mano a mano, con el PP en el centro derecha (ultraderecha) y el PSOE en la izquierda (centro derecha). Comenzar desde el principio, manejando con discreción sus puertas giratorias, su ERE y su Gürtel, el sagrado bipartidismo, la ausencia de democracia interna…

“La vuelta a la normalidad de un sistema político”, adelantaba ayer mismo el diario progresista El País en un editorial titulado “Hacia la normalidad”. ¿Está claro? La normalidad no es combatir la desigualdad, o luchar por derogar la reforma laboral o la ley de seguridad ciudadana. La normalidad es que Mariano Rajoy vuelva a ser presidente del Gobierno, y el PSOE se asiente en la oposición. Estos últimos tardarán un poco en recomponerse, lo que tarde Susana Díaz en instalarse en Madrid y empezar a exigir su derecho a la sucesión. ¿Tres años? ¿Cuatro? Rajoy se retira, con la Gürtel y los ERE olvidados o prescritos, y llega la alternativa de poder. Orden y concierto. El PSOE gobierna, el PP en la oposición. Paz. Democracia. Normalidad.

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Ya es tarde para todo esto. Para volver a empezar. Lástima. Nadie dijo que fuera a ser fácil, pero es evidente que los tiempos (políticos) están cambiando. Que la normalidad no es lo que Cebrián entiende por normalidad. Que hemos olido sangre (¡Sí, se puede!), que conocemos otras formas de hacer política (Ayuntamientos de Barcelona, de Madrid…), que desmontar este sistema corrupto solo es cuestión de tiempo. Volver a empezar no es posible, porque la normalidad sí es posible.

P.D.

Huelga general en contra de las reválidas, la LOMCE y los recortes en educación.

Un motivo para NO ver la televisión

El corredor.

Autor: John L. Parker.

Editorial: Capitán Swing.

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Cuando los aficionados a correr se ponen a trotar se sumergen en un mundo propio, aislados del resto del universo por el ritmo de su respiración, por la sincronía de sus zancadas, por el esfuerzo y el sacrificio que supone una actividad personal e intransferible. Correr no es de cobardes. Correr es una filosofía de vida, es convertir el esfuerzo en experiencia vital, es acercarse al límite de la cotidianidad. La libertad se parece a correr.

“El corredor”, clásico del escritor norteamericano John L. Parker publicado en 1978, se incorpora ahora a la larguísima lista de libros sobre running publicados en España. Y lo hace a lo grande, subiéndose a un podium en el que le esperan nada más y nada menos que Haruki Murakami, con su “De qué hablo cuando hablo de correr”, y Jean Echenoz y su “Correr”. Tres obras fundamentales que hablan de la carrera no solo como ejercicio físico, sino como actividad mental, reflejando de diferentes formas, bajo diferentes perspectivas, la importancia psicológica que lleva implícita la carrera.

“En el universo del corredor, igual que en el océano, existe una jerarquía de ferocidad. En el mar, la fulminante barracuda que se zampa al veloz jurel es a su vez comida por el impresionante tiburón mako. En la pista, estas posiciones relativas están más o menos establecidas en negro sobre blanco, y solo un precio tan contundente como elevado puede llegar a alterarlas. El orgullo necesariamente brota y crece, un orgullo que únicamente puede proceder del esfuerzo incansable de reblandecer la carne renuente, de meses de dolorosa trituración y combustión de todo aquello que pesa, que debilita las fuerzas y resulta inútil para que un cuerpo se asemeje a un proyectil”.

Correr es duro. No todo es satisfacción psicológica y bienestar físico. En ocasiones, sobre todo cuando el deportista se exige más, se aísla y se fija metas complicadas, cuando quiere llegar a ser un atléta de élite, puede llegar aquello que Murakami llamó “la tristeza del corredor”. Precisamente de esta gente, aquellos que trabajan duro cada día para ser los mejores, trata buena parte del libro que nos ocupa…

“El peaje que el corredor –y todos los que le rodean- debía pagar era alto, tanto desde un punto de vista psicológico como físico. Se convertía en un ser débil, deprimido; necesitaba entre doce y catorce horas de sueño por las noches. Estaba literalmente desesperado por descansar, pasaba las horas que permanecía despierto con las piernas elevadas y vivía en un estado generalizado de irritabilidad. Se volvía asexual, de prestaciones –tal y como expresa el inmortal poema jocoso- ciertamente inútil en cuestión de citas amorosas. En suma, se volvió una persona bien desagradable”.

“El corredor” no es un libro con consejos para quienes comienzan a hacer running. Parker escribió una obra compleja, ambiciosa y profunda, que habla de las entrañas de la competición, de la mente del atleta. La historia de un corredor al que la vida, y sus reveses, invitan al aislamiento social y a la carrera como liberación. Sí, la soledad del corredor de fondo. Épico.