La noticia revuelve mis patrióticas entrañas: los vecinos de Agallas, un pueblo de Salamanca, quieren ser extremeños. Están cansados de las falsas promesas de progreso y bienestar que les hacen los políticos de su comunidad. Aseguran que la atención sanitaria que reciben es lamentable, y el estado de sus carreteras, penoso. El deseo de estos 187 salmantinos, materializado por unanimidad en un acuerdo plenario, es que su localidad deje de pertenecer a Castilla León y pase a formar parte de Cáceres. ¿Hasta dónde vamos a llegar?
Soy un patriota, y decisiones como ésta me desconciertan. Debemos sentirnos orgullos de nuestro país, de nuestra forma de vida, respetar a nuestros líderes ¿No es cierto? Motivos para confiar no nos faltan… Hace poco el Gobierno nos pidió que, pese a la crisis, continuásemos consumiendo alegremente porque esa era la única forma de que no se detuviese la maquinaria económica. Yo no le hice caso, y seguí consumiendo como siempre, de manera razonable y dentro de mis posibilidades. Ahora ese mismo Gobierno nos pide que, mientras congela pensiones, recorta sueldos y elimina ayudas sociales, realicemos un “esfuerzo colectivo” sin precedentes. Y la verdad es que no sé si me apetece. Veo que la gente a mi alrededor gastó de más cuando pidieron consumir, y ahora que piden ahorrar ya no tiene con qué hacerlo. El presidente del Gobierno asegura que aumentará “los impuestos a las rentas más altas”, pero no dice ni cuándo ni cómo. Y la Vicepresidenta Económica, al preguntarle si podría aclarar cuáles consideran que son las rentan más altas, sólo ha acertado a decir dos palabras: “evidentemente, no”.
Soy un patriota, pero de alguna manera entiendo a los vecinos de Agallas. Y eso me preocupa… ¿Acaso no tengo sentido de Comunidad, de Estado? ¿No soy suficientemente español? ¿Soy un bastardo egoísta, una rata desleal e insolidaria? ¿Por qué me siento tan poca cosa al lado de hombres tan sensatos e influyentes como el Rey, Zapatero, Rajoy, Díaz Ferrán, Botín, Matas, Bono, Salgado, Cospedal, el juez Varela y el resto de gurús ibéricos?
Soy un patriota, pero no sé hasta cuándo podré seguir siéndolo. Resuenan en mi cabeza las palabras de Samuel Johnson en la que nos recordaba que “el patriotismo es el último refugio de los canallas”. Cáceres es un paraíso, con sus dehesas y sus embutidos, pero quizá esté demasiado cerca. ¿Qué tal Suiza? Mejor las islas Caimán. O Barbados. ¿Mónaco?
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=Nzguf7WBIM0]
.
P.D.
Nadie diría que Telecinco y Prisa son socios (o eso creen en Cuatro). En cuanto Vasile ha visto una heridilla en el costado de una empresa de Cebrián, le ha faltado tiempo para meter el dedo y hurgar con saña: acaba de fichar a Paco González, el definitivamente ex-director del programa radiofónico “Carrusel Deportivo” (Cadena Ser), para que se incorpore al equipo de J.J. Santos y retransmita el mundial de fútbol desde Sudáfrica.
Cuentan que la ruptura entre González y la Ser no ha sido agradable. Los rivales de Prisa aprovechan para ofrecer detalles morbosos que, francamente, me importan un pimiento. Sólo encuentro un motivo de alegría en esta noticia: es posible que J.J. Santos disfrute de menos tiempo delante del micro en el próximo mundial…