Taxidermia

El taxidermista quiere hacernos creer que se puede vivir para siempre. Disecado, momificado, entre polillas. “Hay que defender esta televisión estatal de calidad, independiente, mayoritaria, gratuita y sin publicidad que algunos hemos contribuido a construir”, escribe Miguel Ángel Sacaluga, Consejero Político de RTVE propuesto por el PSOE, en una Tribuna publicada el pasado sábado en El País. Actual vocal del Consejo de Administración de la Corporación, Sacaluga huele a liquido para embalsamar, quizá porque se enjuaga la boca con palabras tan elevadas como “independencia”: olvida que el pasado septiembre votó en blanco el intento del Consejo de Administración de RTVE para que los miembros de este órgano pudieran acceder al sistema de trabajo y edición que utilizan los servicios informativos.
El mismo individuo que hace cuatro meses quería controlar las noticias de los Telediarios, en una suerte de censura absolutamente despreciable, hoy alerta de los peligros que acechan a la “desgubernamentalizada” televisión pública. ¿Dimitir? Jamás: “No estoy entre los que… quieren ahora bajarse en marcha al albur de acontecimientos económicos o políticos”. Son tiempos convulsos, en los que las toneladas de información que recibimos a diario nos dificultan el análisis, tanto de los personajes como de sus actos, y nos congestionan la memoria. La democracia exige desenmascarar a estos supervivientes, lobos con piel de cordero que piden a gritos ser naturalizados en un museo virtual de la infamia política.
P.D.
De taxidermia y museos hablaba el gran Gregorio Morán el pasado sábado en su última columna de La Vanguardia, un memorable perfil de Fraga: “Los taxidermistas convirtiendo en estadista a quien fue sólo un animal político al servicio del poder… Esto permitiría que cuando se muera un animal político como Manuel Fraga Iribarne se discuta cuánto había de animal y cuánto de político, sin que el personaje se transforme en algo tan irreconocible que te dan ganas de felicitar al muerto. ¡Gracias, don Manuel, por morirse, porque ha ganado mucho!… Fraga es un museo con dos apartados; el de los errores y el de los horrores”.

Un motivo para NO ver la televisión
Acaban de morir Etta James y Johnny Otis, dos leyendas del ritmo y el blues.

Hijo de emigrantes griegos, el padrino del rythm and blues murió el pasado día 17 con 90 años de edad. Vivió mucho, muchísimo, y conoció los orígenes del rock and roll desde dentro, escribiendo canciones, interpretándolas y produciendo trabajos de otros muchos. El multidisciplinar Otis dirigió orquestas, pinchó en garitos, controló salas de baile y compañías discográficas, pero destacó como cazatalentos: lanzó la carrera de una joven llamada Jamesseta, conocida a partir de entonces como Etta James.
Jamesetta Hawkins nació en 1938 en Los Ángeles, y tras seis décadas de música no sería exagerado considerarla la cantante de blues más completa de todos los tiempos. Cumplió todos los requisitos para interpretar los doce compases, llevando una vida turbulenta con las habituales e inevitables adicciones a las drogas y a las malas compañías. Un buen día Johnny Otis la escuchó interpretar “Roll With Me Henry”, la canción picante con que firmó por Modern Records. Sus grabaciones de finales de los años 60 en los estudios FAME Studios, en Muscle Shoals, Alabama, son absolutamente imprescindibles. Etta James cantó blues, jazz y soul de forma apasionada y salvaje. Murió el pasado día 20.