“La noción de que es divertido ver animales siendo coaccionados para actuar como torpes humanos, o entretenido ver a animales fuertes reducidos y acobardados por golpes y latigazos, apoya la vieja idea de que somos superiores a animales de otras especies y tenemos derecho a dominarles”.  Dr Desmond Morris, antropólogo y experto en comportamiento animal.

Cataluña quiere prohibir la exhibición de animales en los circos. Tranquilos televidentes: esta iniciativa conjunta de cinco de los siete grupos del Parlament, no suscrita por PP y Ciutadans, de momento no afectará a los tertulianos, que podrán seguir participando sin problemas en los debates y magazines de las grandes cadenas comerciales. Los gruñidos de Marhuenda, Miguel Ángel Rodríguez y compañía se seguirán escuchando en Telecinco, La Sexta e Intereconomía. La modificación de la Ley autonómica de Protección de Animales supone un paso adelante más en la defensa de otras bestias que, capaces de sentir y sufrir, son utilizadas de manera despiadada y antinatural en espectáculos públicos con fines comerciales. El lugar de un tigre, un elefante o un cocodrilo no es, evidentemente, la carpa de un circo.

En Cataluña, el siguiente paso sería terminar con los correbous y demás subespectáculos taurinos. Le darían mucha fuerza y credibilidad a un Gobierno que, con buen criterio, prohibió en 2010 las corridas de toros. En el resto de España, el siguiente paso sería sumarse a la ley catalana: los animales de los circos viven de manera miserable, enjaulados en remolques, sometidos a constantes y estresantes viajes, con sufrimientos tanto físicos como psicológicos, obligados a tener comportamientos antinaturales, aprendiendo trucos burdos a base de palos para regocijo de un público que desconoce la trastienda de estos espectáculo.

Y ya para bordarlo, una última propuesta: una televisión sin animales. No en los documentales evidentemente, sino en programas como “Fran de la jungla” (Cuatro), basados en una torpe manipulación de fauna exótica, o como “El Hormiguero” (Antena 3), donde no dudan en exhibir animales como parte del show. La Fundación Faada recibió unas 18.000 quejas de ciudadanos por el uso que se hace de este tipo de especies salvajes en programas de televisión.

Un motivo para NO ver la televisión

Quai d´Orsay

Autor: Lanzac & Blain.

Editorial: Norma.

¿Tiene usted un mal concepto de los políticos? ¿Les ve como seres ambiciosos, despiadados, egoístas y vanidosos, como auténticos depredadores? Pues este doble álbum (una serie completa en dos volúmenes) confirmará su teoría. Pero también le recordará que algunos son cultos, ingeniosos y hasta brillantes.

“Quai d´Orsay” cuenta la vida y milagros de Arthur Vlaminck, un joven político de izquierdas que es contratado por Taillard de Vorms, ministro de derechas, para trabajar en el ministerio de Asuntos Exteriores. Vlaminck se encargará de escribir los discursos de esa piraña llamada Taillard de Vorms. Un comic divertido a rabiar, que nos invita a sumergirnos en las intimidades de la política: “Quai d´Orsay” desnuda las miserias de un ministro francés, y de todo cuanto le rodea. Las mediocridades y las ambiciones, pero también la astucia y el compañerismo. Una sátira brutal, descrita con enorme ironía y un gran sentido del humor.

De los dibujos se encarga Chistophe Blain, viejo conocido sobre todo por sus magníficas series “Isaac el pirata” y “La mazmorra”. Y del guión un tal Abel Lanzac, seudónimo de alguien próximo al Gobierno francés que prefiere mantener el anonimato. La historieta, simplemente hilarante, ha sido llevada al cine por Bertrand Tavernier: “Me resulta difícil conocer ya a los políticos franceses, así que tengo que decirle que ignoro a los políticos españoles. Solo conozco aquello que aparece en la prensa francesa y que se refiere al presidente. O declaraciones del ministro de Cultura que suelen ser aberrantes, bastante mediocres, declaraciones que evidencian que no conoce bien la cultura, pero es algo que también pasa en la Comisión Europea”.