Telecinco estrenó ayer “La noche de Tita”, una tv movie sobre la intensa vida de la baronesa Thyssen. Afortunadamente no coincidió con la emisión, esta noche en Canal +, de “Los blancos de la ira”, un reportaje firmado por Jon Sistiaga en el que analiza la dramática situación de los albinos en Tanzania. Son dos espacios unidos por una anomalía genética: la ausencia de pigmentación. El efecto óptico, la blanca palidez, resulta acojonante en ambos casos. Tanto como para que el telespectador despistado hubiese podido llegar a pensar que su mando a distancia se había estropeado y no podía cambiar de cadena.

¿Esto que le cuento le parece una marcianada? Pues espere a ver “Falling Skies”, la nueva serie de ciencia ficción de Cuatro producida por Steven Spilberg. Una pequeña joya. Es la grandeza de la televisión, capaz de ofrecerte un despliegue brutal de talento y de medios inmediatamente después de una bazofia del calibre de “Fran de la jungla”. Ayer me decepcionó este Tarzán de pacotilla: debió hacer su programa en directo desde Tordesillas. A fin de cuentas, se trata de maltratar animales ¿no? Serpientes, cocodrilos, toros… ¡Qué más da!

El televidente que anoche soportó tan sórdido espectáculo obtuvo recompensa: “Falling Skies” es pura imaginación. Una serie que saciará el apetito de los consumidores de ciencia ficción más voraces. Se ha producido una invasión alienígena. Eliminan al 90% de la población humana, destruyen los ejércitos, neutralizan las tecnologías terrestres y ponen yugos-cepo a los niños capturados. Los supervivientes solo pueden enfrentarse a los extraterrestres de una manera: conociendo cómo son, analizando sus grandezas y debilidades. De este duro proceso de aprendizaje y supervivencia trata esta serie sorprendente, inquietante, apabullante, épica. Un regalo.

Un motivo para NO ver la televisión

Slaid Cleaves

Cd: Sorrow and Smoke: Live at the Horseshoe Lounge.

El gran cantautor Slaid Cleaves necesitaba un disco como éste, doble y grabado en vivo, para resumir una carrera que se sostiene precisamente en dos pilares: las canciones y su puesta en escena. Un noveno álbum que confirma a este hombre nacido en Maine, pero afincado en Austin y discípulo del guitarrista Gulf Morlix, como uno de los grandes talentos de la canción de autor norteamericana.

“Sorrow and Smoke” incluye 22 canciones, buena parte de lo mejor de Cleaves. Temas como “Broke Down”, “Wishbones” o “No Angel Knows” en versiones tan intensas como las originales. Una buena carta de presentación para quienes no conozcan a este genio.