El periodista Fernándo Jáuregui ha estado de gira por diferentes medios de comunicación. No es para menos: Estuvo comiendo con Isabel Carrasco minutos antes de que la presidenta de la Diputación y del Partido Popular de León fuera abatida a tiros en el centro de la ciudad. “¿Cómo podía imaginar yo lo que iba a pasar? ¿Cómo podía imaginarlo ella? ¿Cómo podía imaginarlo nadie?”, dijo en La Sexta un Jáuregui dicharachero, feliz porque, dice, la política se divirtió mucho, con él, durante la comida.

“Su último almuerzo fueron unas verduras a la plancha y un chuletón compartido con su ‘número 2′. Quiso pedir un Ribera del Duero y yo me escandalicé: “¿Pero no eras tú la que andabas siempre promoviendo el vino del Bierzo”?”, escribe el veterano periodista en una crónica para Europa Press titulada “Diez minutos antes, yo estaba despidiéndome de ella”. “Me despidió con dos besos, tras un almuerzo de mucha risa, algunos cotilleos y bastantes críticas a derecha e izquierda, porque se marchaba corriendo al mitin de Rajoy en Valladolid”, cuenta Jáuregui.

Los periodistas y los políticos comen juntos demasiadas veces. Periodistas y políticos deberían ser como agua y aceite: inmiscibles. Sus intereses son, teóricamente, diferentes. Sus formas de trabajo, antagónicas. El periodista es el vigilante del político, no el compañero de mantel. O el socio. O el subvencionado por el mecenas. Así las cosas, igual que a todos nos escandaliza la famosa puerta giratoria política, debería sonrojarnos la excesiva confraternidad entre profesiones tan, insisto, diferentes.

¿Por qué comieron juntos el periodista Jáuregui y la política Carrasco? “Habíamos convenido en que ella participaría en algunos actos de mi programa ‘Emprendedores 2020′ en tierras de Castilla y León”, cuenta Jáuregui. “Simpatizamos de inmediato aunque era patente su carácter fuerte, extremadamente desinhibido. Cuando pusimos a caldo a unos cuantos, cuando acordamos que ella estaría en los actos de ‘Emprendedores’ que celebrásemos por todo León…”.