You are currently browsing the El Descodificador posts tagged: Nic Pizzolatto


Iñaki, de resaca

Vamos a ver cómo se lo explico… En Youtube hay un freak, bueno no, hay muchos freaks, pero uno de ellos se llama Aless Gibaja y graba vídeos estúpidamente positivos, buen rollo, cero dramas siempre smile, que suelen comenzar con la misma frase: “¡Hola bebés! Mi superconsejito del día es…”. Y el tal Aless suelta alguna gilipollez con voz de pito. Un éxito en internet, la sensación en Youtube, el no va más en las redes sociales. Hasta aquí todo correcto: las redes sociales son el caldo de cultivo ideal para el frikismo. ¡Happy superkisses para todos!

El problema surge cuando Iñaki Gabilondo, el superperiodista, la voz que nos guía, la credibilidad con piernas, el gurú de informadores y consumidores de información, la leyenda, acepta una invitación de Andreu Buenafuente y graba este vídeo…

Iñaki, ¿qué ha pasado? Es evidente que no eres un gran imitador, y que no andas sobrado de salero. ¿De qué ha sido entonces la resaca? Solo un politoxicómano en fase terminal podría, a cambio de una botella de patxaran, rebajarse a grabar semejante sarta de sandeces. ¿Qué pensaremos ahora cuando te escuchemos despellejar a Rajoy, poner en su sitio a Sánchez o desenmascarar a Rivera? ¿Estará hablando en serio nuestro Iñaki o estará imitando a Chiquito de la Calzada? Quizá sea una estrategia genial, una hábil maniobra de nuestro periodista favorito para ponerse al nivel intelectual y de credibilidad de Inda y Marhuenda, estrellas de la información televisiva de nuestros días.

Quién sabe. Afortunadamente, el nuevo programa de Buenafuente, donde se pudo ver el esperpento, se emitió a medianoche en MoviStar Plus. Las catacumbas de la parrilla. Desafortunadamente el vídeo, los apenas 40 segundos de enajenación mental, circulan ya a toda velocidad por las redes sociales. El no va más de lo cool.

Pero no me gustaría que los protagonistas del día fuesen Aless e Iñaki, y su complicidad contra natura. Me gustaría recordar a ambos la que es, sin duda, la noticia del siglo: tras años de complejas investigaciones, Corea del Norte anuncia a bombo y platillo el descubrimiento de un licor que, gracias a su combinación de ginseng y arroz glutinoso tostado, no produce resacas. Se llama Koryo, y no, no es como el licor de manzana 0,0 que toma tu abuela en las bodas. Es un auténtico pelotazo. Alcohol del que raspa el gañote y te hace cantar en karaokes, quedarte dormido en un contenedor, entrar a tu cuñada, tatuarte una bombona de butano… o grabar vídeos de los que puedes arrepentirte. Pero sin efectos secundarios, cuidado. ¡Tres hurras por el gran Kim Jong Un!

Un motivo para NO ver la televisión

La profundidad del mar amarillo.

Autor: Nic Pizzolatto.

Editorial: Salamandra.

Profundidad del mar amarillo, La_135X220

Después del imprescindible “Galveston”, comentado en su día en este blog, el creador de la brutal serie de televisión “True Detective” regresa a las librerías con una colección de historias sobre las entrañas de Estados Unidos. Concretamente sobre quienes sobreviven a los espejismos y embustes del sueño americano. Relaciones entre padres, madres e hijos, el recuerdo de hermanos muertos, las sombras y cicatrices de Vietnam, los amores adolescentes y las pasiones adultas, los fantasmas, en resumen, que nos acompañan a lo largo de nuestras vidas para que no olvidemos de dónde venimos y no consigamos saber a dónde nos dirigimos.

Con “Galveston” Nic Pizzolatto demostró que dominaba las narraciones de largo recorrido. Ahora sabemos que también se siente cómodo, y resulta brillante, en los medios tiempos, esas once historias breves que te golpean como otros tantos puñetazos en la boca del estómago. Sorprendentes en ocasiones, a veces desoladoras e inquietantes, siempre conmovedoras, las narraciones de este escritor y guionista de Nueva Orleans husmean en las tripas de los protagonistas de complejas aventuras emocionales, cotidianas. Ese padre que se lleva a su hijo a las carreras de caballos. Ese ladrón que se escurre entre los cobertizos del barrio rico para estafar a un rival. Ese tipo en busca y captura que tiene un cartel en el que se lee “La fuerza del orgullo”.

“Aquí es donde convergen todas mis historias. Todos los instantes perdidos entre la experiencia y la memoria se encuentran en un cruce de caminos: en la equis metálica que llevo en la mandíbula, donde ella ha posado los dedos como si fueran el cañón de una escopeta”. Pizzolatto escribe de la violencia sin derramar una gota de sangre, o de la soledad sin salir de la pareja, o de la huida a la desesperada del que sabe que ha nacido para perder. Lirismo crepuscular y antihéroes en busca de redención, los ingredientes de una colección de relatos capaces de dibujar a la perfección perfiles errantes en busca de una nueva oportunidad. Conmovedor.

Las urnas estarán en la calle

Ana Pastor entrevista a Artur Mas en directo la noche del domingo. La promoción del programa “El Objetivo”, de La Sexta, es irresistible: Pastor y Javier Sardá en un AVE camino de Barcelona. “¿Cuál crees que es el titular que debería sacarle a Mas?”, pregunta la periodista protagonista. Sardá responde con una frase supuestamente brillante, al tiempo que divertida, de esas reservadas a los genios de la comunicación: “Podría declarar la independencia unilateral”. “¿Durante el programa?”, pregunta Pastor. Risas reales con sabor a enlatadas. “Tendré que trabajar mucho”, sentencia Pastor.

28

Viendo la fotografía promocional de La Sexta (arriba), un cara a cara entre dos titanes, no era fácil adivinar quién era el protagonista de la entrevista. El Artur Mas rebelde o la Ana Pastor indoblegable. El superpolítico o la superperiodista. ¿Casta? De ninguna manera: Dos personajes dispuestos a hacer historia, de la política y de la información. Como sucedía en ese mismo momento en la competencia, donde Risto Mejide y Pablo Iglesias se sentaban a charlar en un sillón de esos muy buenos. Así las cosas, pulsos gitanos, la noche televisiva del domingo tenía buena pinta.

Antes de charlar con Mas, Pastor entrevistó a Sardá. Sí, el de Crónicas Marcianas, el de la telebasura, y habló de política, del agnosticismo nacionalista, ante la mirada atónita del presidente de la Generalitat. Y luego a Julia Otero: “Mi patria son las personas que quiero”, dijo mientras Mas se colocaba las gafas. Todo estaba grabado, excepto Más, que se encontraba en directo: se le podía ver en una ventana minúscula, escuchando cómo Sardá intentaba ser brillante por todos los medios y cómo Otero decía que quería votar para poder decir no a una Cataluña independiente.

Comenzó la entrevista, en riguroso directo, poco antes de las diez de la noche. Solo unas horas después de que firmase el decreto de la consulta soberanista de Cataluña, para el próximo 9 de noviembre, el presidente Mas respondió a Pastor tirando de manual. Tiene la lección bien aprendida, es evidente. Y no se sale del guión así como así. Había que preguntar, y preguntar, y volver a preguntar, justo la especialización de una Pastor obsesionada con obtener titulares.

“¿Las urnas estarán en la calle el día 9?”, comenzó preguntando la periodista. “Sí”, respondió el político, un tipo tranquilo que no parece pedir imposibles: no es votar la independencia, es conocer la opinión de los catalanes. “¿Esto no se puede votar?”, se pregunta. Y sentencia: “Convertir el concepto votar en algo ilegal es una monstruosidad”.

“Señora Pastor, yo no estoy intentando calentar a la gente”, cortó en seco MasUn Mas serio, que apeló a la democracia, “a todos los caminos”, y que gana en credibilidad cuando acusa a Rajoy de no negociar: “Cada una de nuestras propuestas recibe un no… será que molestamos”. Y sentencia: “Pero no lo van a poder evitar”.

No hubo demasiado espacio para repreguntas. Ni para grandes y sorprendentes titulares. Salvo quizá que todo un presidente de la Generalitat no vió la comparecencia de Pujol. Según dijo. O que no es corrupto, “dependiendo de lo que se entienda por corrupción…”. “Hoy por corrupción se entiende cualquier pequeña falta administrativa… yo no sé si he cometido alguna falta”.

Mas tiene claras tanto las ideas como el discurso, y eso le hace fuerte. Sobre todo frente a un Rajoy apático. “Esto no es desobediencia civil, sino un proceso pacífico y democrático”. “Las leyes no son sagradas, ni siquiera la unidad de España”“Es hábil con las palabras”, se limitó a reconocer una Pastor sobrepasada por un Mas simplemente arrollador.

 

P.D.

Telemadrid, la televisión pública de todos los madrileños…

Byh0suOCQAIFXRr

Byh168_IUAAdYi2

 

Un motivo para NO ver la televisión

Galveston

Autor: Nic Pizzolatto.

Editorial: Salamandra.

Gavelston_135X220

Leo “Galveston” solo unos días después de ver, entre asombrado e hipnotizado, la serie “True Detective”. Ambas cosas son obra de Nic Pizzolatto, un guionista y productor de Nueva Orleans con un talento, a juzgar por estos dos trabajos, descomunal. “True Detective” es una ficción policial absolutamente sorprendente, tanto por el perfil de los protagonistas como por el desarrollo y el ritmo de la historia. Con “Galveston” sucede algo parecido.

“Galvestón” arranca con una masacre y finaliza con una matanza. Entre una y otra carnicerías, una historia de amor y redención. Roy Cody es un matón de manual, fuerte y grande, amenazador, embutido en unas botas vaqueras y un historial delictivo. Nació en Texas, pero desarrolla su profesión en Nueva Orleans. Las cosas comienzan a torcerse cuando le diagnostican un cáncer terminal, y se terminan de torcer cuando se ve involucrado en un encargo con trampa: su jefe quiere eliminarlo.

Cody escapa de Nueva Orleans. Y no lo hace solo. En su huida a casa, a sus raíces en Galveston, le acompañan los recuerdos de toda una vida. Es un personaje de otro tiempo: “La última canción nueva que me gustó salió hace mucho, mucho tiempo, y ya nunca la ponen en la radio”. Una novela negra diferente, fascinante, brillante.