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Cuéntame un cuento

- La ley es la ley.

- Pues la ley es una mierda.

(Los tres cerditos, en versión Antena 3)

Por fin una apuesta ingeniosa, original, sorprendente. Una vuelta de tuerca, en forma de thriller, a cinco cuentos clásicos. Blancanieves, La bella y la bestia o Caperucita Roja en versiones para adultos, con ciertas dosis de intriga, misterio y violencia. Anoche arrancó esta nueva serie en Antena 3 con una adaptación de Los tres cerditos al género negro, en la que los gorrinos son sustituidos por atracadores, y el lobo por un hombre que busca venganza. Y es que durante el atraco a una joyería resulta asesinada la mujer con la que este último, un ciudadano normal, está a punto de casarse. “Daños colaterales”, dice el puerco mayor. Ante la inoperancia policial, decide tomarse la justicia por su mano, enseñar los colmillos y dar caza a los tres atracadores, los tres cerditos.

“La ley es una mierda”, dice el lobo en una reflexión de candente actualidad. Y cerdito grande, cerdito mediano y cerdito pequeño se refugian en sus casas, de diferentes acabados y calidades. Tantas como la solvencia de los actores: Víctor Clavijo, Antonio Gil, Iñaki Font y un Arturo Vals que igual se disfraza de nadadora sincronizada en “Splash”, de Rihanna en “Tu cara me suena”, de Dora la exploradora en “Ahora caigo” o de cerdito mediano, y algo corto, en esta ficción de acento policiaco. Thriller psicológico, le dicen. Con sus defectos, pero con numerosos aciertos.

Vivimos en un país de cerdos: solo hace falta mirar las calles de Madrid, el suelo de los bares, las listas de imputados. Quizá por eso, y porque la bellota se encuentra en su mejor momento, se puede considerar un acierto que Antena 3 arranque una serie como “Cuéntame un cuento” con “Los tres cerditos”. Un primer capitulo dedicado a tres puercos ladrones a merced de un depredador justiciero. Y algo rencoroso. Y en ocasiones violento.

El lobo que, ante tanta injusticia, a todos nos gustaría ser de vez en cuando.

P.D.1

Este gamba es Alfonso Grau, vicealcalde de Valencia imputado en el Caso Nóos.

P.D.2

Portadas…

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Un motivo para NO ver la televisión

K.L.Reich.

Autor: Joaquim Amat-Piniella.

Editorial: Libros del Asteroide.

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Se ha escrito y se ha publicado mucho sobre los campos de concentración nazis, sobre la solución final, sobre el exterminio. Desde Hannah Arendt a Primo Levi pasando por Jorge Semprum, Enzo Traverso o Imre Kertész. Pues bien, de todos los libros sobre este tema firmados por autores españoles, éste sin duda es el mejor. Por la claridad y brillantez de la escritura, por la humanidad de sus personajes, por lo apropiado y directo del lenguaje, por el equilibrio emocional conseguido en la narración de las historias que forman el libro. Por, en definitiva, el enorme valor testimonial de una narración detallada de la vida, si a eso se le puede llamar vida, en un campo de concentración.

“K.L.Reich” cuenta la lucha por la supervivencia en Mauthausen de dos soldados republicanos, Emili y Francesc. Y de todo el  mundo que gira a su alrededor: desde miserables carceleros a solidarios compañeros. Todo impregnado por la corrupción, la violencia, el hambre, el rumor, los hornos, el egoísmo… “El egoísmo era la única arma eficaz contra la acción del tiempo, puesto que los egoístas tenían el privilegio de conservar en sus manos sus respectivas hojas del calendario. Los egoístas y también aquellos a los que la suerte protegía caprichosamente con su coraza”.

Nacido en Manresa, Joaquim Amat-Piniella consigue en esta obra un equilibrio muy difícil, cuando se escribe sobre los campos nazis, entre lo emocional y lo narrativo. Sus descripciones del infierno resultan precisas, estremecedoras, pero jamás caen en el dramatismo fácil. El autor es una víctima, pero también un atento observador de la brutal realidad que le ha tocado vivir: “Era necesario comprender, compadecer, ayudar. Por sentido del deber o por sentimiento sincero, lo mismo daba, era necesario hacerlo. Luchar como fuese, sacrificándolo todo, evitar ser absorbido por el “espíritu del campo”. Cualquier otra cosa sería colaborar con el nazismo”.

Frascesc y Emili. Pero también el rabioso Popeye, un tiránico vigilante. Y Hans Gupper, el Negro, comandante del campo y temido SS. Y el Valencia, y Vicenc, y el Kapo del crematorio, y el sanitario Peter, y King-Kong, y decenas de personajes, algunos entrañables y otros repugnantes, heróicos y miserables, que conforman un mundo en descomposición. Emocionate, estremecedora, muy recomendable.