El cura de Churra se la estaba comiendo a un menda en un descampado de su pueblo. O eso se entiende de las imágenes que repiten una y otra vez, en un bucle infinito, los programas de adoctrinamiento matinales, esos que están por encima del bien y del mal y enseñan a la gente aquello que es correcto y lo que es un asco. Imágenes tan guarras como la mamada del cura, no por el acto en si, que no se ve nada, sino por estar grabadas de mala manera desde una bicicleta en movimiento. Imágenes tan cutres que yo no sabría decir si el succionador es un sacerdote, la presentadora del programa o el italiano que dirige la cadena. Pero ellos insisten: es el cura de Churra comiéndole la minga a un menda de la localidad. Lo dicen con otras palabras, pero Umbral lo hubiese dicho con éstas, o con algunas parecidas, y a todo el mundo le hubiese hecho mucha gracia.
Umbral nunca hubiera dicho, como dice la presentadora recauchutada, que el sacerdote de la localidad murciana de Churra estaba practicando relaciones sexuales tipo cruising con un joven en un bosque cercano. Y como todos los que escribimos textos de alrededor de tres o cuatro párrafos queremos parecernos en algún momento a Umbral, al buen Umbral, no al de su última y lamentable etapa, pues a veces escribimos estas cosas de manera un poco maqui. El tema lo requiere. Lo pide a gritos. Murcia, un pueblo que se llama Churra, un cura chupa churros…
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A la tele, y a los blogueros y columnistas de medio pelo, como un servidor, estos temas nos vienen de pelotas. Nos solucionan el día. Yo no pensaba dedicarle ni una línea, por chusco, pero ya se sabe que entre el dicho y el hecho… Me interesa la situación del tema en estos momentos: es posible que todo sea mentira. “Esto es diabólico“, dice el cura succionador, que quizá no lo sea, quién sabe si solicitando los servicios del equipo de exorcistas de Rouco Varela.
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En las cadenas de televisión donde hasta hace dos días ponían el video, y se regodeaban comentando los detalles, ahora dicen que puede ser un montaje. Ni cura pervertido, ni mamada, ni ciclista video aficionado, ni leches. El típico listillo que organiza el follón para vender las imágenes y hacer un tour televisivo, por supuesto cobrando. Quién lo hubiese imaginado viendo esas imágenes tan claras ¿verdad?
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Esta es la televisión que tenemos. Estos son los programas líderes, todos presumiendo de seriedad, de equipos de investigación, de periodismo…
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