Según la todopoderosa Wikipedia, se entiende por meme “una idea, concepto, situación, expresión y/o pensamiento manifestado en cualquier tipo de medio virtual, cómic, vídeo, textos, imágenes y todo tipo de construcción multimedia que se replica mediante internet de persona a persona hasta alcanzar una amplia difusión”. Meme es ese fotomontaje con Rajoy tumbado en un sofá leyendo el Marca, esa adaptación de un fotograma de la traición de Bruto a Julio César con las caras de Felipe González, Susana Díaz y Pedro Sánchez, o esa caricatura de Pablo Iglesias con el pelo de Trump.

Meme es humor, ironía, imaginación, crítica y, en ocasiones, podría llegar a ser incluso arte.

Pues bien, el Grupo parlamentario popular en el Congreso ha presentado una proposición no de ley para modificar la ley orgánica 1/1982 sobre Protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. La iniciativa, publicada en el BOCG (Boletín Oficial de las Cortes Generales) del 3 de noviembre, señala como finalidad adaptar la normativa a “la realidad social y al desarrollo tecnológico”.

¿Perdón? Eso de “adaptar la normativa a la realidad social y el desarrollo tecnológico” es un término tan amplio y confuso como preocupante. ¿De qué realidad social estamos hablando, de la suya o de la mía? ¿Cuando hablan de la intimidad personal y familiar se refieren a la obsesión de las televisiones privadas por, por ejemplo, la joven desaparecida en Galicia? Deberían avergonzarse. Cuando dicen adaptar ¿No querrán decir censurar? Alguien podría pensar que esta proposición es, en realidad, una ampliación digital de la famosa ley mordaza.

Pasito a pasito, sin hacer demasiado ruido, aprovechando las grietas del sistema, el Gobierno va limitando la libertad del ciudadano. De un ciudadano que cada día es más dócil, que protesta poco, que no se muestra solidario, que parece ignorar conceptos como “huelga general”, que no exige pluralidad en la información de los medios públicos, que cada día está más acorralado. Ahora van a por los memes, mañana…

Un motivo para NO ver la televisión

El universo en tu mano

Autor: Christophe Galfard.

Editorial: Blackie Books.

Tener en las manos este libro, editado primorosamente, con sus cubiertas duras iluminando el espacio exterior, es un placer galáctico. Un placer solo comparable a su lectura, consecuencia de una equilibrada y excitante mezcla de literatura, divulgación y entretenimiento. Así las cosas, cuando terminas la última página la sensación es espectacular: ¡he disfrutado de un viaje por el universo sin moverme de mi sillón favorito! Entonces el lector puede afirmar, como asegura el autor, que “nuestro universo no solo es inimaginablemente más extenso de lo que creíamos, sino que también es inmensamente más hermoso de lo que ninguno de nuestros antepasados supuso jamás”. Con la oscuridad de la noche como cómplice, vayamos a la Luna, al Sol, a Marte, a la órbita de Neptuno, atravesemos los cometas que forman el cinturón de Kuiper… Cada página, un millón de kilómetros, cada párrafo, una aventura.

“A tu alrededor, ves galaxias que colisionan, estrellas que estallan y forman superestrellas, supernovas, que deslumbran a miles de millones de sus hermanas por un instante. En el universo todo gira alrededor de todo, y tienes la fortuna de presenciar un espectáculo de proporciones épicas y bellezas inhumanas.

Sigues avanzando sin mirar atrás. Ya estás a 10.000 millones de años luz de la tierra”.

Christophe Galfard es un físico teórico que, a la hora de explicar aquello que nos rodea, renuncia a las ecuaciones (en el libro solo menciona la famosa de Eisntein) y a todos esos datos que confunden y aburren a los neófitos. Discípulo de Stephen Hawking, el autor de “El universo en tu mano” ha conseguido no ya que entendamos el funcionamiento del espacio y el tiempo, sino que durante 450 páginas sintamos que podemos viajar por el universo, a las entrañas mismas del cosmos, que nos movamos ágilmente por galaxias lejanas, entre planetas, soles, estrellas, agujeros negros. “Comprobar la verdadera magnitud de nuestro mundo en el contexto espacial es, y será siempre, un ejercicio de humildad”, afirma un Galfard convencido de que el universo esta hecho, sobre todo, de misterios.

“Si el ser humano fuera capaz, de una manera u otra, de captar toda la energía que el sol irradia en un segundo, sería suficiente para sostener las necesidades de todo el planeta durante los próximos 500 millones de años”.

“El universo en tu mano” es un libro sorprendente que nos pone en bandeja algo hasta ahora incomprensible para muchos. El universo. Acepte la invitación, conviértase en un viajero interestelar digno de la imaginación de Moebius, alcance velocidades de ensueño, realice escalas en otras galaxias, vea otros mundos y comprenda de una vez por todas aquello que es consecuencia del espacio y el tiempo. Porque la verdad, no lo olvide, está ahí fuera.