El Centro Televisivo Vaticano (CTV) ha cumplido treinta años. Tres décadas de superproducciones vaticanas, en las que se mezclan las realidades más mundanas con las más fantásticas ficciones. Y no lo digo porque haya que ser guionista de la HBO para imaginar un guión tan creativo y flipante como aquel de la virgen y el espíritu santo. Lo digo porque manejan un material tecnológico de primera: cuatro salas de control, 18 cámaras, cuatro realizaciones móviles, web cam, helicóptero completamente equipado, plantilla de 22 personas… y un actor protagonista  de la categoría, el prestigio y la solvencia del Papa Francisco.

Insaciable, el Centro Televisivo Vaticano sueña con emitir las ceremonias en 3D. Normal. Pero le faltan medios. Algo incomprensible teniendo en cuenta lo bien que se ganan la vida algunos con el asunto de las religiones. Ayer mismo Pitita Ridruejo fue la invitada estrella de “Espejo Público” (Antena 3), programa al que asistió para promocionar la  publicación de su libro “La virgen María y sus apariciones”. La veterana aristócrata habló de apariciones milagrosas, de fuentes curativas, de videntes con superpoderes… Un reportaje demoledor contó la realidad de las apariciones de El Escorial: todo es un gran negocio basado en la incultura y la fe irracional de cientos de personas, estafadas por unos desalmados que se han convertido en millonarios. Dicen que la virgen pedía a los que iban a verla que donaran sus pisos a la fundación de la vidente. “No estoy conforme con nada”, aseguró Pitita libro en mano. “Yo creo en el Escorial 100%, y en Amparo (Cuevas, la vidente) 100%. En vez de todas estas cosas del dinero, hay que ver lo positivo: es un milagro, la virgen ha bajado. Aquí lo importante es que existe un mundo sobrenatural… Un día nos dijeron que mirásemos al sol, y vimos que empezó a girar y a girar y a girar… un milagro”.

¿Qué fuma Pitita Ridruejo? ¿Quién es su dealer? Se preguntará el lector con cierta ansiedad. La buena mujer asegura tener la grabación en vídeo de aquel milagroso torbellino solar, y se compromete a emitirla en exclusiva en el programa. Es fácil imaginarse a Iker Jiménez desesperado, tirándose de los cuatro pelos, por no poder adelantarse a Antena 3 en la emisión de unas imágenes sin duda estremecedoras, que quedarían de fábula entre sendos reportajes sobre el retorno del chupacabras y el extraterrestre con dos cabezas que jugaba a la Ouija.

Voy más lejos. El Centro Televisivo Vaticano debería estrenar sus emisiones en 3D con el vídeo de Pitita, ese sol sobrenatural gira que te gira, y de paso convertirla en su presentadora estrella. La Curri Valenzuela de la PapaTele.

Un motivo para NO ver la televisión