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Por qué detesto a la madre Teresa

La Reina Sofía asistió el pasado domingo, de blanco y sin mantilla, a la canonización de la Madre Teresa de Calcuta. Le acompañaba una delegación española de la que formaban parte Ana Pastor, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, el Secretario de Estado para la Unión Europea, Fernando Eguidazu… Sí, era una ceremonia religiosa. Y sí, España es un país aconfesional, es decir, un estado que se debería caracterizar por tender a la separación entre Iglesia y Estado y por ser neutrales respecto a las religiones. Gilipolleces. Ahí tienen a Marcelo, ángel al servicio de todo un ministro. “Cabe señalar que el ejemplo de Teresa de Calcuta también ha calado en Felipe VI y la reina Letizia. Ambos la han citado en alguna ocasión, en discursos durante algún acto solidario”, aseguraba la web Monarquía Confidencial.

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Pero las cosas nunca son tan fáciles. Lean este Por qué detesto a la madre Teresa de Calcuta, imprescindible texto de Martín Caparrós : “La señorita Agnes Gonxha Bojaxhiu, también llamada Teresa de Calcuta, consiguió ser la Buena Universal. Y consiguió, incluso, lo más difícil que puede conseguir una persona, un personaje: entrar en el lenguaje como síntesis o símbolo de algo. Decimos un Quijote cuando queremos hablar de un héroe destartaladamente franco; decimos un Craso cuando tratamos de definir a alguien riquísimo; decimos —desde hace unos años empezamos a decir— una madre Teresa cuando queremos significar que alguien es realmente bueno. Y así ha quedado registrada en nuestra cultura la señorita también llamada madre, amiga de tiranos y estafadores, militante de lo más reaccionario, facilitadora de la muerte”

Un motivo para NO ver la televisión

Las amapolas de Irak

Autores: Brigitte Findakly y Lewis Trondheim.

Editorial: Astiberri.

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Brigitte nació en Mosul, Irak, donde vivió hasta que cumplio los 14 años. Colorea cómics. Lewis, su marido, es dibujante de historietas. Juntos han escrito un guión que convierte la infancia y la juventud de la primera en una biografía gráfica, tan sencilla como emotiva. Y de paso ofrecen una lección de historia: ¿Cómo ha podido terminar tan mal una región, Mesopotamia, donde nacieron la escritura y la cerveza?

“Para poder subir en el ecalafón de la Administración, otro primo se alistó voluntario en el ejército durante la guerra Irak-Irán. Jóvenes soldados iraníes venían a atacar su posición. Muchos de ellos estallaban al atravesar el campo de minas. A los centenares que conseguían pasar los abatían en cadena mi primo y los soldados apostados, que disparaban con ametralladoras pesadas. La escena se repetía todos los días. Todos los soldados iraníes llevaban alrededor del cuello una llave dorada de plástico que, según sus jefes, les permitía entrar directamente en el paraíso. Y muchos soldados iraquíes pasaron temporadas más o menos largas en un hospital psiquiátrico después de las matanzas”.

La pareja formada por Brigitte y Lewis utiliza las anécdotas personales, los esbozos históricos y algunas fotografías del archivo familiar para trazar un perfil de una niña, de un país y de un conflicto. Lo hace con unos dibujos sencillos, casi infantiles, de colores vivos y luminosos. Podía ser de otra manera, Irak es muerte y dolor, pero en este libro se imponen los sentimientos personales. La nostalgia, la memoria, la familia, las costumbres y los recuerdos. Brigitte y Lewis viven en Francia. Con sus dictadores, sus invasiones, sus guerras y sus embargos, Irak se aleja poco a poco de una Brigitte que contempla desolada cómo todo ha cambiado desde entonces, desde su infancia.

“Muchos se aferran profundamente a una de las pocas cosas que pudieron llevar consigo: su fe cristiana. Y al mismo tiempo, todos se volvieron islamófobos. No los juzgo. No voy a entrar en discusiones. Voy a seguir queriéndolos como son, recordando a los seres queridos”.

Una de las grandezas de “Las amapolas de Irak” es precisamente esa: no juzga. Intenta comprender la situación, justifica determinadas actitudes, y se arruga ante la decadencia de un pueblo maltratado por la historia. Describe una vida. Y todo desde la humildad más tierna, desde el más sincero y profundo recogimiento. Un libro brillante, capaz de iluminar uno de los lugares más oscuros y deprimidos de las últimas décadas.

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