Antena 3 estrenó anoche “Crepúsculo”, la película basada en el primero de la serie de cuatro libros de la escritora estadounidense Stephenie Meyer. Una historia de amor entre humanos y vampiros que se ha convertido en el fenómeno cinematográfico del año. El libro ha sido traducido a 37 idiomas y ha vendido más de 25 millones de ejemplares. La película ha recaudado 380 millones de dólares en taquilla. Mordiscos adolescentes que, sin duda, han reventado los audímetros y conseguido audiencias de record.
La versión cinematográfica de “Crepúsculo” dura 109 minutos. La versión televisiva de la versión cinematográfica de “Crepúsculo” duró 41 minutos más: desde las 10.25 hasta las 00.55. Mucha publicidad, con bloques absolutamente agotadores de quince minutos de anuncios, seguidos por quince minutos de película… y otros quince de anuncios. Mucho corte a capón, sin miramientos. Y para colmo de males, un auténtico espanto de película. Bram Stoker se hubiera muerto de aburrimiento, y de vergüenza, viendo esta aventurilla protagonizada por vampiros vegetarianos, mojigatos, saltimbanquis y postmodernos.
Y hablando de vampiros anémicos… Francisco Camps se ha convertido en una caja de sorpresas. El presidente de la Comunidad Valenciana tiene voz de cordero y ademanes de bailarina, para qué vamos a engañarnos, pero esconde un tigre en su interior. Les pondré un ejemplo. Es pública y notoria su debilidad por los trajes de marca y, desde hace solo unos días, por los ferraris. ¿Un pijo? De ninguna manera. Ese será Costa, no sé si aún le recuerdan. Camps es de otra pasta, y prueba de ello es que cuando se cabrea, incluso parece capaz de llegar a las manos. Hace sólo unas horas se vio envuelto en una reyerta callejera…
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La historia de este vídeo es curiosa. Canal 9, la televisión autonómica valenciana, sombra de Camps y brazo ejecutor propagandístico del presidente, grabó los insultos que le dedicó un joven en plena calle, y cómo el presidente le persiguió pidiéndole explicaciones ante la mirada atónita de los viandantes. Unas imágenes sorprendentes que Canal 9… no emitió. Y tampoco facilitó al resto de cadenas. Excepto a TVE, que las emitió en su informativo de la comunidad. Poco después estaban en YouTube, con subtítulos…
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“La política es una extraña máquina que traga, que absorbe todos los placeres, todos los acontecimientos de la vida. Los políticos son vampiros”. Permítanme esta adaptación, libre y política, de una reflexión de Bernard Henry Levy dedicada a la literatura y los escritores, para recordarles que Camps es un lobo con piel de cordero. Vampiros. Sanguijuelas codiciosas capaces de adoptar las formas más siniestras…
Si lo que quieren ustedes es una transformación grotesca, no se pierdan la última de Muammar el Gaddafi. El dirigente africano organizó un fiestón invitando a 200 mujeres seleccionadas siguiendo este criterio: tener buena presencia, entre 18 y 35 años y medir al menos 1,70. La juerga tuvo lugar en Roma, ciudad con una larga tradición en este tipo de eventos gracias a Berlusconi. Pero no fue una versión libia de las francachelas de il Cavaliere. Gaddafi utilizó a las 200 señoritas de buen ver como público y, tras soltarles una charla islamista, se limitó a regalarles el Corán y un libro con citas propias. ¡Quería convertirlas al islam!
P.D.
Excelente una Pepa Bueno que convirtió lo que parecía ser una entrevista promocional a la ministra de Defensa, que festejaba la liberación del Alakrana, en una clase de periodismo. Utilizó un clásico de la información: la pregunta. Concretamente, preguntó si el Gobierno había pagado rescate. En ese instante a la ministra se le torció el gesto triunfalista, y respondió con un largo y espeso discurso. Pero no dijo nada del rescate. Tras el monólogo ministerial, Pepa Bueno simplemente insistió: “Pero ¿han pagado rescate?”. La ministra repitió monólogo sin responder a la pregunta. Estaba todo dicho.
Un motivo para NO ver la televisión
Cuentos de vampiras.
Varios autores (Letra celeste)
Hectólitros de sangre fresca corren por las 150 páginas de este libro, recopilación de cinco cuentos fantásticos con vampiras como protagonistas. Las autoras, Anne Crawford, Mary E. Braddon, Alice y Claude Askew, Arabella Kenealy y Eliza Lynn Linton, escribieron estos relatos a finales del siglo XIX y comienzos de XX, justo cuando Bram Stoker publicó “Drácula”. Y no se habían editado jamás en castellano. Son cinco grandes historias de corte clásico, y ambiente gótico, que no tienen absolutamente nada que ver con los arrebatos adolescentes de los vampiros de “Crepúsculo”. Para chuparse los dedos.