“Gloria y Mari Carmen, ácidas y lúcidas, irónicas y tiernas, tímidas y alérgicas a las actuaciones en directo, defensoras acérrimas de las razas “de oscurita pigmentación, de los atletas etíopes que ganaban el maratón con una dieta de dátiles, sin necesidad de anabolizantes, de los alienígenas extraviados, las princesas aburridas y las brujas enamoradas”.
Moncho Alpuente, 1999.