En el avión me han dado El País y El Mundo. En el bar he leído Público. Al comprar La Tribuna de Talavera me han regalado, de manera obligatoria y pese a que he puesto cara de asco, La Razón. Y como soy suscriptor de National Geographic, estos días me está llegando a casa de manera gratuita el ABC (en su bolsita de plástico y todo). Entenderá usted que me descojone de la risa cuando los periódicos ofrecen sus datos de difusión (OJD)…
Esta semana funesta, que comenzó ayer con Terelu Campus en pelotas en Interviu y finalizará el domingo con Rajoy vestido de presidente de Gobierno, he echado en falta algo cachondo, capaz de alegrarme la vida unos minutos, como por ejemplo la información que habitualmente dedican los diarios a analizar los datos facilitados por la Oficina de la Justificación de la Difusión. Análisis retorcidos y torticeros que siempre llevan a la misma conclusión: todos ganan, nadie pierde. Un ejercicio de periodismo absolutamente tronchante. Y bochornoso.
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