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Tragarse las palabras

El periodista Alfonso Rojo es uno de los tertulianos habituales del programa de Ana Rosa (Telecinco). Por si usted no lo sabe, es el ex marido de la presentadora. Como Jesús Sepúlveda es a Ana Mato, para que usted me entienda. El estilo profesional de Rojo es tan sucio, cínico, malintencionado y cutre que le ha garantizado una silla en los principales debates de las mejores cadenas de televisión: sus improperios se pueden escuchar en “El gran debate” (Telecinco), en “El gato al agua” (Intereconomía), en “Al rojo vivo” (La Sexta)… Un ejemplo de su clase: en este último espacio le escuchamos llamar “el facineroso de la cocaína” a un famoso disc jockey.

Ayer Rojo recibió un rapapolvo importante. No cambiará un ápice su manera de entender el periodismo, pero sin duda servirá para que el telespectador comprenda que un determinado tipo de tertuliano solo tiene que encontrar la horma de su zapato para quedar en ridículo. Rojo acuso a Beatriz Talegón, miembro de las Juventudes Socialistas que solo unos días antes había sonrojado a quienes asistieron a la Internacional Socialista celebrada en Cascais (Portugal), de ser una vaga. “Tengo una duda”, dijo Rojo con su habitual desparpajo: “Tienes 29 años y tu trayectoria ha sido ser asesora de Castilla La Mancha, concejal… Tú lo de pagar el IVA y pegar un palo al agua no lo has hecho en tu vida”. “Tendrás que tragarte tus palabras”, le respondió Talegón, que desglosó su formación y su amplia trayectoria profesional, al alcance de todos en la web del partido, antes de sentenciar: “Soy licenciada en Derecho, profesora de música, fotógrafa y hablo tres idiomas”. Vea el vídeo, por favor…

En los últimos días Beatriz Talegón se ha convertido, junto a Ada Colau, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, en protagonista de la actualidad positiva. Un soplo de aire fresco en esta España putrefacta. Una piedra en el zapato de comentaristas carcas. Por mucho que les duela a Rojo y al resto de tertulianos que viven de la infamia, Beatriz y Ada demuestran que se puede hablar en televisión sin gritar, sin insultar, sin resultar patético y, lo que es más importante, con la verdad por delante y objetivos altruistas.

Colau estuvo ayer por la mañana al menos en tres cadenas de televisión. Telecinco, Antena 3 y La Sexta. Y en todas defendió con dignidad a los afectados por las hipotecas. Conclusión: la maldad no está en la televisión, un medio de comunicación poderoso pero inocente. La maldad está en aquellos que la utilizan como altavoz de su necedad y codicia. Por eso es un placer ver cómo se tragan sus palabras.

 

Un motivo para No ver la televisión

Memorias líquidas

Autor: Enric González.

Editorial: Jot Down Books.

Leo este librito de edición artesanal y aspecto vintage (tapa dura entelada) en una sentada. Son 181 páginas con letra grande y muchos blancos. Y me quedo con una sensación agridulce. En primer lugar por haber pagado un precio a todas luces excesivo, 23 euros. Y en segundo lugar porque la vida profesional de Enric González es excitante, pero no tanto: una vez leídas sus historias de Nueva York, Roma y Londres, estas “Memorias liquidas” suenan a música ya escuchada.

Conocer a buena parte de los periodistas que nombra Enric hace soportable la lectura de una biografía acelerada y superficial que arranca de maravilla: con una brillante introducción de Santiago Segurola. El texto principal es un recorrido por la vida profesional del autor, que presta especial atención a los que fueron sus jefes y a algunos de sus ex compañeros. Muchas palmadas en la espalda y algunos ajustes de cuentas, estos últimos en tono menor. Morbosos abstenerse: no hace demasiada sangre con nadie, excepto con Juan Luis Cebrián.

Enric es demasiado jóven, y brillante, como para malgastar su tiempo en este tipo de reflexiones, seguramente prematuras. Estamos, por tanto, ante una recopilación acelerada de anécdotas, poco más que anotaciones en un cuaderno, que difícilmente interesarán a aquellos que no compartieron redacción con el protagonista. Y que, por tanto, no conozcan de primera mano a los personajes que han circulado por su vida profesional y aparecen mencionados en el texto. Solo para fans e implicados.