“Van a por todas con las televisiones. Con todos los medios, pero con las teles más. Están convencidos de que sin las teles pierden seguro”. Los que van a por todas son, como seguro que usted ya sabe, los del Partido Popular. Y el que me lo cuenta es un buen amigo periodista que sigue de cerca a los populares. Solo unos minutos después de la conversación era destituido Jesús Cintora, presentador de “Las mañanas de Cuatro” (Cuatro). “Hay gente que está hasta el gorro porque usted se encarga de que estén hasta el gorro porque está diciendo que este es un país corrupto, de gente miserable”, le había advertido días antes, con un tono ciertamente mafioso, el portavoz del PP en el Congreso Rafael Hernando. “Se encarga usted todas las mañanas de incentivar esa línea, de decir que todos los políticos son corruptos, que son unos sinvergüenzas”, siguió diciendo. “Esto es su línea de comunicación y yo me alegro. Usted sabe lo que hace, usted es responsable. Usted le llama… No sé cómo le llama a lo que hace…”.
Cintora no es santo de mi devoción. No le cojo el punto. Me parece excesivamente agresivo, y bastante tendencioso. En “Las mañanas…” resultaba claramente más incisivo con la derecha que con la supuesta izquierda, para que usted me entienda. Pero no es un descerebrado, ni un extremista peligroso. Es un periodista que tiene sus opiniones y que trata de hacer su trabajo. ¿Su delito? Ser crítico con el partido en el Gobierno.
Como son un peligro, por una u otra razón, los corresponsales incómodos. Un ejemplo: Hace solo unos días se ha producido la destitución de Yolanda Álvarez como corresponsal en Jerusalén por parte de TVE. Agustín Conde Bajés, diputado nacional del PP por Toledo y portavoz adjunto del PP en el Congreso de los Diputados, ha mostrado su opinión en Twitter: “Por fin TVE cesa a su corresponsal en Jerusalén, que parecía una activista de Hamas en contra de Israel”.
Esto es lo que nos espera de aquí en adelante. Un Gobierno a la deriva y un PP contra las cuerdas que teme perder las elecciones, el poder, y se suelta la melena. Desesperados, van a por todas. Es decir, van a por los medios. A por los públicos por derecho, puesto que piensan que son de su propiedad. A por los privados mediante amenazas, o chantajes, o presiones económicas. Me temo que Jesús Cintora y Yolanda Álvarez no van a ser las últimas víctimas de esta democracia de medio pelo que nos toca vivir.