You are currently browsing the El Descodificador posts tagged: Will Hoge


Ocho apellidos de allí abajo

Estoy cansado de escuchar que el talento está en la televisión, y que vivimos una edad de oro de la ficción, de las series, de la calidad. Como telespectador español, como consumidor de televisión ibérica, como individuo que quiere ver buenos programas sin necesidad de pagar, estoy harto de oír estas memeces. El talento quizá esté en la ficción norteamericana, la edad de oro puede que se viva en la BBC, pero lo cierto es que el telespectador español tiene que pagar si quiere disfrutar de ese tsunami de arte y creatividad audiovisual del que nos hablan las secciones de cultura de los diarios.

La tele en España es otra cosa… La noche del martes Antena 3 estrenó “Allí abajo”, una comedia que se limita a copiar, adaptar si usted prefiere, la idea principal de la exitosa película de Telecinco “Ocho apellidos vascos”. Es decir, a desarrollar el conjunto de diferencias entre Euskadi y Andalucía, a trabajar la manida serie de tópicos culturales y sociales, las desemejanzas entre vascos y andaluces: el chuletón frente a la fritura, el txakolí ante el fino, el “pues” contra el “pisha”, el de Bilbao que nace donde quiere y el andaluz pícaro, gracioso y religioso que adora la Semana Santa.

Pues semejante basura, interpretada por actores de medio pelo, repleta de chistes chuscos y de chascarrillos simplones, se ha convertido en el estreno más visto en ficción en España desde “Aída” en 2005: 32,4% de share y más de seis millones de espectadores.

El talento no está ni en Antena 3 ni en Telecinco. La edad de oro de la televisión no se vive ni en Antena 3 ni en Telecinco. En estas dos cadenas está la pasta, el dinero que ganan tras convertirse en las cabezas del duopolio audiovisual español, ese negocio redondo para dos empresas que limita las posibilidad de elección de un telespectador, el español, condenado a manejar un mando a distancia con solo dos botones: Mediaset y Atresmedia.

P.D.

El Telediario de TVE censura a Mortadelo y Filemón para no hablar de Bárcenas

Ibanez-aprovecha-Barcenas-Mortadelo-Filemon_EDIIMA20150407_0574_14

Un motivo para NO ver la televisión

Will Hoge.

Cd: Small Town Dreams.

promoted-media-optimized_54dfa2016ec46

Will Hoge, cantante y compositor de Nashville, Tennesse, está en el mejor momento de su carrera. A sus 42 años lanza su décimo álbum de estudio, “Small Town Dreams”, una nueva joya para una discografía que roza la perfección, en la que el rock and roll, la Americana y el soul se mezclan a la perfección.

Once canciones que acercan de nuevo a Hoge a las raíces, a las guitarras eléctricas, los metales y las composiciones con cierto aire épico, esas que pueden recordar al mejor Springsteen. “Small Town Dreams” es un disco contundente, en el que destaca, como de costumbre, la voz de uno de los mejores cantautores de los últimos tiempos.

 

Chanel, cocaína y Don Simón

Miguel Ángel Rodríguez ha llamado “cocainómano” al Gran Wyoming en “El cascabel”, el espacio estrella de 13tv, la televisión de la Conferencia Episcopal cuya programación se basa “en la difusión de los valores y el credo de la Iglesia Católica”. Miguel Ángel Rodríguez ha llamado “cocainómano” a El Gran Wyoming sin prueba alguna: “A saber a quién le pasa cocaína, lo estoy investigando”. Y aquí acaba la cosa. El Gran Wyoming seguirá conduciendo “El Intermedio” (La Sexta), cantando y tocando la guitarra. Miguel Ángel Rodríguez continuará cobrando por difamar, insultar y mentir desde las más prestigiosas, beatas y progresistas cadenas de televisión.

A Miguel Ángel Rodríguez no le ha sentado bien que se cachondearan de él en “El Intermedio”, programa de humor que presenta el Gran Wyoming: han creado una sección llamada “MAR adentro”, con una cabecera en la que el ex portavoz del Gobierno de Aznar aparece nadando en el interior de una botella de whisky. Yo diría que ironizan sobre la detención de Miguel Ángel Rodríguez el pasado mes de mayo por, según el diario ABC, “conducir borracho” y “provocar un accidente al cuadruplicar la tasa de alcohol”.

¿Sigue siendo Miguel Ángel Rodríguez portavoz del Partido Popular? Yo creía que no, que había devuelto el megáfono a la sede de Génova en el 98. Pero lo cierto es que continúa ejerciendo de vocero de la ultraderecha más chusca, financiado por unas  cadenas de televisión que no dudan en contratar a tertulianos de su calaña. Miguel Ángel Rodríguez llamó “nazi” al doctor Montes en TVE. Y no solo le siguieron llamando para otras tertulias, en diferentes cadenas, sino que subió su caché. Después llamó “chulos” a los policías municipales, a todos. Y le siguieron llamando para otras tertulias, en diferentes cadenas. Y dijo que “el 30% de los funcionarios no van a trabajar, hay que echarlos”. Y las cadenas de televisión se lo rifaron. También dijo que entre los músicos que apoyaron a Zapatero algunos cobraban más de un millón de euros de la SGAE. Nunca dio los nombres, tenía que investigarlo, pero le siguieron llamando para otras tertulias, en diferentes cadenas. Es más, en la cadena en que trabaja Wyoming, el bueno de Miguel Ángel Rodríguez dijo hace unos días que “los que friegan suelos en Londres estudiaron con el modelo socialista”, y le rieron la gracia.

Miguel Ángel Rodríguez ha llamado cocainómano a un presentador de televisión, y lo ha hecho sin pruebas, sin decoro, sin vergüenza… sin problemas. No importa. Seguirán solicitando sus servicios desde todas las cadenas de televisión, desde donde continuará difamando y faltando al respeto. Porque la televisión es así.

¿Que cómo es la televisión? Muy sencillo: capaz de lo mejor y de lo peor. De Miguel Ángel Rodríguez y del Gran Wyoming. De la caspa y la chispa. Del insulto y de la sátira. De todo aquello que genere audiencia, es decir, dinero. Chanel, cocaína y Don Simón. Porque en la televisión los extremos más brutales son capaces de convivir en armonía: en La Sexta te puedes tronchar una noche viendo a Wyoming, en “El Intermedio”, y a la siguiente encabronarte con las necedades de Miguel Ángel Rodríguez en “La Sexta Noche”. Ningún problema. ¿Acaso vamos a dejar de contratar a un tertuliano que genera audiencia por el simple hecho de que base su éxito, que es el nuestro, en la injuria? ¿O porque que haya insultado gravemente a uno de nuestros presentadores estrella? Invoquemos a la sagrada libertad de expresión y continuemos haciendo caja.

P.D.

Con esta imagen ilustró ayer el Washington Post su información sobre el 12-0. Poco más que añadir.

 

Un motivo para NO ver la televisión

Will Hoge

Cd: Never Give In.

 

El esperado regreso del de Nashville no decepciona: sigue realizando la perfecta mezcla de rock americano y rythm and soul. Un sexto disco en el que el cantante y compositor blanco juega a sonar como un negro, pero sin perder de vista el lugar donde nació y la música que por allí se escucha. Un poco de Springsteen, otro poco de Otis Redding, algo de Eddie Hinton, su miaja de Dylan y su pizca de Chuck Berry

Es decir, que Will Hoge escribe canciones intensas que interpreta con fuerza, de manera convincente, alcanzando su máximo nivel sobre un escenario. Este “Never Give In” se une a lo mejor de su sólida discográfica, a discos tan maravillosos como “Draw The Curtains” (2007) o “The Wreckage” (2009). Uno de los cantautores más interesantes de los últimos tiempos en lo que puede considerarse su madurez artística. Grande.

 

Descodificadores sin fronteras

Lo advirtió Duran i Lleida, quizá mientras un camarero ecuatoriano le servía un café con leche en su suite del Hotel Palace: “En España hay más inmigración de la que debería haber”. Tanta es esta inmigración, y resulta tan incómoda para algunos, que hasta los descodificadores de televisión van a ser forasteros, según informaba ayer la web del diario As: “comprar un descodificador extranjero para ver en televisión partidos de fútbol de las competiciones domésticas es legal bajo las normas comunitarias”, tal y como dicta una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE). La información, que desapareció por arte de magia del diario As (editado por el grupo Prisa, dueña del 56% de Canal +, plataforma con fútbol de pago), podía seguir leyéndose en otros medios sin intereses en el fútbol de pago. Así de independiente es nuestro periodismo…

La noticia afecta sobre todo a los bares, muy quemados con el precio de los partidos y los cambios de horarios: el pasado domingo el Real Madrid jugó de diez a doce de la noche, demasiado tarde para muchos clientes habituales. A Colás, el propietario del bar de mi pueblo, no le resultó rentable contratar ese partido… A Karen Murphy, propietaria de un pub en Portsmouth (Reino Unido), le pasaba algo similar, y por eso comenzó a emitir fútbol en su establecimiento utilizando un descodificador griego. Fue multada en numerosas ocasiones, pero tras una larga batalla los tribunales le han dado la razón.

Los extranjeros, incluidos los descodificadores, son legales. Los jueces consideran que este tipo de limitaciones geográficas van en contra del mercado único europeo y que, por tanto, toda normativa nacional que prohíba importar, vender o utilizar tarjetas descodificadoras extranjeras “no puede justificarse ni con el objetivo de proteger los derechos de propiedad intelectual, ni con el objetivo de incentivar la presencia de público en los estadios de fútbol”. La venta en exclusiva de los derechos para emitir el fútbol país por país puede ser ilegal, según el Tribunal.

¡Se acabó el monopolio de la venta de equipos y servicios de televisión! Más competencia, menores precios… Contratar un descodificador griego, o portugués o italiano ya es legal.

Un motivo para NO ver la televisión

Will Hoge.

Cd: Nº 7.

Enorme, descomunal, grandioso quinto álbum de Will Hoge, el cantautor de Nashville. Once canciones repletas de inspiración y fuerza que, producidas con enorme respeto por las guitarras y las voces, suenan a gloria. Ecos del primer Springsteen, sin duda, pero también el sabor de Otis Redding y Eddie Hinton, las guitarras flotantes de David Lindley, el sonido de las grabaciones de los estudios de Alabama…La prodigiosa garganta de Hoge, un cantante y compositor blanco con raíces vaqueras pero tonalidades negras, hace el resto. Una obra maestra. Puro Rock & Soul.

¿Gavilanes o palomos?

La semana pasada TVE estrenó “Gran reserva”, una adaptación ibérica de “Falcon Crest”. Anoche fue Antena 3 quien, continuando con la imitación de culebrones inspirados en aves de presa, presentó “Gavilanes”, su versión castiza del legendario folletín colombiano “Pasión de gavilanes”. La fórmula utilizada para sacar adelante ambas producciones es exactamente la misma: inspirarse en un éxito ajeno, añadirle absolutamente nada de talento… y rodarlo todo en alta definición. Parece poca cosa, ¿verdad?

(Los gavilanes y los palomos)

Sobre todo porque en este caso nuestros gavilanes parecen palomos. Los protagonistas colombianos, sementales abrasados por la pasión, la ambición y la venganza, se comen con patatas a nuestros hermanos Reyes, auténticos mirlos blancos televisivos. Los culebrones tienen que oler a sudor, codicia, pólvora y semen. Si no, chungo. Y “Gavilanes” apesta a enredos generacionales, conflictos laborales y amores imposibles. Para justificar la blandenguería de nuestros representantes, la cadena dice que el producto español es una serie de ficción para prime time, no un novelón de emisión diaria. No me lo creo.

Como no me creo a los protagonistas de la versión española diciendo, con espuma en la boca, la frase bandera de los colombianos: “Porque hasta el más macho de los machos se enamora”. Un ejemplo: uno de los tres hermanos protagonistas da un puñetazo al novio de su hermana, un hombre casado de 55 años. Cuando está en el suelo, le tiende la mano y le dice: “Lo siento, perdóname”. En su lugar, el colombiano le hubiera rematado con una patada en los riñones mientras le escupía: “y la próxima vez que te acerques a mi hermana, bastardo piojoso, te cortaré los huevos y se los echaré a los cerdos”.

No es un problema de la cadena o de la productora. Es un problema de la sociedad española, muy exigente con el tema de los culebrones. Cuando se trata de ambiciones desenfrenadas, odios viscerales y puñaladas traperas tenemos tanta experiencia, hemos visto situaciones tan espeluznantes, hemos conocido a personajes tan repugnantes, que es muy dificil que algo nos parezca original, excitante, sucio. Estamos viviendo el caso Gürtel, pero seguro que recuerdan la trama de espionaje de Esperanza Aguirre, sus relaciones con Gallardón, Tamayo y los transfugas, los GAL, los trajes de Matas, Miguel Sebastián y la foto de Montserrat Corulla, las gafas de Fabra, la fuga de Roldán…

Si la televisión quiere sorprendernos con sórdidas historias de mentiras, ambiciones e infidelidades, me temo que tendrá que currárselo mucho más que con las hazañas de tres cándido palomos.

.

Un motivo para NO ver la televisión

Will Hoge.

Cd: The Wreckage.

Este cantautor de Nashville, Tennessee, ya había grabado algunos discos excelentes, sobre todo un “Draw The Curtains” que, ya en 2007, mostraba el brutal potencial de Hoge como compositor. Ese disco, producido por Ken Coomer y Charlie Brocco, tenía un sonido especialmente rico y brillante, alejado del clásico de Nashville. Hoge demostraba que era un músico con una enorme proyección.

“The Wreckage” es la confirmación de aquellas sensaciones. Los mismos productores, un sonido musculoso, para una colección de canciones de altísimo nivel. Partiendo de las raíces, Hoge es capaz de jugar con el rock o el soul con gran libertad, soltura y coherencia. No tiene límites: cada uno de sus discos es mejor que el anterior.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=T48Z3lt8ADY&feature=related]

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=GX5PsU0mgVY&feature=fvst]

Continue reading →