Un motivo para NO ver la televisión
Petty
Autor: Warren Zanes.
Editorial: Neo-Sounds.
La inesperada muerte de Tom Petty el pasado 2 de octubre dejó un poco huérfanos a todos los amantes del rock and roll. El cantante, guitarrista y compositor de Gainesville era una leyenda, un creador de himnos rockeros, un talento en la senda de Dylan, Young o Springsteen. “Uno de los tipos más geniales que han salido del Sur desde William Faulkner”. Por eso la edición en castellano de su biografía autorizada, escrita por el también músico Warren Zanes (miembro de The Del Fuegos), se convirtió en una buena noticia. Tras leer el libro podríamos decir que la noticia es grandiosa, puesto que “Petty” es uno de los títulos que mejor refleja no solo la vida de un músico entregado a su obra, sino los entresijos del negocio discográfico, de la vida en la carretera, de los misterios de la producción y grabación y, por supuesto, de las grandezas y miserias de formar parte de una banda de rock and roll.
“Petty” crece a medida que pasan las páginas. La primera parte resulta más lenta, debido a la descripción detallada de los primeros años del protagonista, pero no menos intensa: es un chaval marginado en un lugar espantoso y dentro de una familia marcada por la violencia del padre maltratador. “Estaba acostumbrado a vivir en el infierno”, asegura. Pero entonces apareció Elvis. Y la primera guitarra. Y una música que le salvó la vida: “La primera vez que cuentas hasta cuatro y, de repente, estalla el rock and roll, es algo más grande que la vida misma”.
Petty encontró su identidad dentro de una banda. “La gente te trata de un modo diferente cuando te presentabas con una guitarra y tres tíos”, reconocía el autor de “American Girl”. Como no podía ser de otra manera, Warren Zanes presta especial atención a la relación amor-odio que mantienen los Heartbreakers, uno de los grupos más solidos y creativos en la historia reciente del rock. Y cuenta los lazos que les unen y las miserias que les separan. Las luces y sombras que acompañan a toda banda que pasa décadas en la carretera.
Zanes escribe de maravilla, tiene toda la información y sabe qué busca el lector de biografías de músicos. “Petty” está repleto de jugosos detalles sobre la forma de trabajo del cantautor de Florida, sobre las producciones de sus discos, sobre las claves del éxito del directo, sobre las grandes juergas (“Dave Stewart montaba las mejores fiestas de los ochenta. No se como lo hacía, siempre había enanos involucrados”), y también sobre los conflictos internos, las envidias y los egos, las drogas (“Cada vez que escucho el álbum Southern Accents siento el sabor de la cocaína en el paladar”) y las inseguridades, las ambiciones y las rupturas. No todo fue un camino de rosas para Tom Petty…
“Alguien había dejado todas aquellas revistas con fotografías mías encima de mi madre”, recuerda Petty. “Sobre el pecho y por todo el cuerpo. Ella estaba allí tendida, bajo aquellos recortes de revistas y periódicos. Entré y… fue de lo más extraño. Pensé: “Hasta un momento como éste, hasta esto tiene que venir alguien a corromperlo a causa de la fama, o lo que quiera que sea esto”. A una enfermera se le había ocurrido que aquello agradaría al hijo famoso de la paciente moribunda. Fue un gesto desacertado, inocente pero estúpido, que le dejó hundido. Le pidió a la enfermera que retirase todos aquellos recortes de encima de su madre y que le dejasen a solas con ella.
“Entonces empecé a comprender que no hay nadie capaz de no verse afectado por la fama”, explica Petty, “como cuando entro en algún sitio y se pone a sonar mi música, porque piensan que me va a gustar escuchar eso. Empecé a ver que aquello formaba parte de mi trabajo”.
Zanes ha dispuesto de un material excelente, la vida privada de una estrella del rock, y ha realizado un gran trabajo equilibrando de manera perfecta la parte personal con la musical. Cuenta detalles íntimos, pero jamás cruza la línea del morbo o el sensacionalismo. Tras leer “Petty” sabemos mucho más sobre la personalidad y los fantasmas del hombre que compuso “Down the Torpedos”, y lo que es aún mejor, podemos disfrutar como nunca de su música tras conocer cómo componía, cómo grababa, cómo planteaba los directos… Nunca Tom Petty sonó tan auténtico, tan real, tan emotivo, como después de leer esta deslumbrante biografía.