Un motivo para NO ver la televisión
Cómo ser una buena criatura
Autora: Sy Montgomery.
Editorial: Errata Naturae.
Sy Montgomery es una vieja amiga, a la que seguramente recuerde por dos libros que hablan de las relaciones entre humanos y animales tan diferentes como tigres y pulpos. “El embrujo del tigre” (Errata Naturae) y “El alma de los pulpos” (Seix Barral) son textos redondos que convirtieron a la escritora alemana, afincada desde niña en Estados Unidos, en referencia destacada en el mundo de la literatura de naturaleza: Montgomery escoge bien los temas, se sumerge en ellos sin miramientos y cuenta las historias que le suceden de maravilla. Por eso escribir este “Cómo ser una buena criatura”, una original autobiografía basada en trece animales que de alguna manera han marcado diferentes etapas de su vida: perros, cerdos, emús, armiños, equidnas… y por supuesto pulpos.
“¡Hay un cerdo en nuestro jardín! ¿Es vuestro?”, me preguntaban por teléfono, y allá que salía yo a buscarlo. A veces me presentaba en camisón y con el pelo enmarañado: la peor pinta posible para socializar, sobre todo con vecinos a los que apenas conocía. Pero siempre era bienvenida, porque, para cuando llegaba, Christopher ya había encandilado a sus anfitriones: me los encontraba rascándole las enormes orejas, restregándole la barriga o dándole alguna chuchería. “¡Qué mono es! ¡Pero qué simpático!”, exclamaban, Querían saberlo todo sobre él”.
En este libro Montgomery desnuda su alma animal en unas líneas en ocasiones sencillísimas, prácticamente infantiles, para dos párrafos más adelante mostrarse madura, emocionalmente intensa y fuertemente comprometida. Particularmente la prefiero cuando se convierte en una Durrell (Gerard, por supuesto) divertida y apasionada. En cualquier caso se trata de una obra original, de un trabajo original que Errata Naturae convierte en una pequeña obra maestra con su bellísima edición (mucha culpa es de las maravillosas ilustraciones de Rebecca Green).
“Aunque había aprendido mucho del tiempo que pasé con Clarabelle y sus parientes de ocho patas en la Guyana Francesa, nunca antes había llegado a hacerme amiga íntima de un invertebrado, y mucho menos de un invertebrado marino. El mero hecho de que fuera posible trabar amistad con un pulpo podía ser considerado en muchos círculos como un deplorable antropomorfismo: la proyección ficticia de emociones humanas en un animal”.
“Cómo ser una buena criatura” es mucho más que el regalo perfecto. Es una biografía sorprendente y emocionante, que analiza con sensibilidad la esencia de la naturaleza, que es la esencia de la vida: el amor, la soledad, la amistad, la muerte… Los intensos vínculos que nos unen con la tierra y relacionan con sus habitantes, nuestros hermanos.