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El PSOE ha permitido, con su voto a favor, que el próximo director general de Telemadrid sea José Pablo López Sánchez, el actual director de 13TV, la cadena de los obispos. Y lo ha hecho coincidiendo con el cuarto aniversario del ERE que puso en la calle a casi 900 trabajadores de la televisión pública madrileña. Bien por el PSOE.

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Los socialistas dijeron que apoyarían al PP, pero por supuesto sin apoyar al PP, y la verdad es que están cumpliendo su palabra. Pero por supuesto sin cumplirla. Permitir que el director de 13TV se convierta en el director de Telemadrid parece un buen ejemplo de las intenciones de Susana Díaz y compañía. Les importa un carajo Telemadrid. Están en otros asuntos más importantes. Por ejemplo, sobrevivir.

El PP domina los medios de comunicación. Curiosamente el PSOE no se siente incómodo con esta circunstancia, puesto que no se siente agredido. Tiene otros problemas. Televisiones, diarios y radios creen en el bipartidismo como perfecta fuente de financiación, y apuestan por mantener el equilibrio. Esperan el retorno de un PSOE que está lejos, pero no tanto.

Mientras, los ciudadanos buscan en las redes fuentes de información. De verdadera información.

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I Master de Rock and Roll Matutino Sobre Ruedas.

Hoy viernes…

Para una chica sola.

La Banda del Otro Lado.

Los viernes, el curso se centrará en el pop y el rock españoles. A los chavales les gusta escuchar las letras, entenderlas, poder tararear canciones. Pero que se olviden de Bunbury o de Duncan Dhu. Aquí solo sonarán canciones buenas, realmente buenas, acojonantemente buenas. Como esta “Para una chica sola”, muy poco conocida, de un grupo que, pese a ser una superbanda, pasó sin pena ni gloria. Lástima.

Patacho y Jose Mª Granados, dos genios, formaron La Banda del Otro Lado con miembros de Glutamato Ye-Yé, Mamá, Enemigos, Desperados y Buenas Vibraciones. Casi nada. Conseguí la canción en una maqueta, una vieja cassette, pero hace diez años el pequeño sello discográfico Alkilo Discos, creado por Los Enemigos, publicó el material en forma de CD.

“Para una chica sola” es un medio tiempo absolutamente memorable. La letra se podría mejorar, algunos detalles distorsionan, pero el resto es intocable: las guitarras, las voces, la actitud… se trata de una canción casi perfecta que no merece, de ninguna manera, ser olvidada. Un tema ideal para inaugurar nuestro “Spanish Master”.

Ayer jueves…

Jumpin´ Jack Flash

The Rolling Stones.

Disco: Jumpin´ Jack Flash apareció en formato single, para formar parte del álbum “Beggars Banquet”. Pero finalmente fue descartada, y no se incluyó en ningún disco oficial… salvo en recopilaciones y directos.

Los martes y los jueves recogemos a un amigo de Julia y le llevamos a Talavera. Esos días asiste como observador, desde el asiento trasero, a las clases de rock and roll matutino. Lo que no le impide dar su opinión, e incluso sugerir posible nombres para futuras lecciones: “Me gustan mucho Guns N´ Roses”, dejó caer tímidamente el último día, justo antes de abrir la puerta y bajarse del coche. Pues bien, para que Samuel sepa de dónde salen Axl RoseSlash y compañía, hoy escucharemos un clásico de sus maestros, de los Rolling Stones: “Jumpin´ Jack Flash”.

Grabada en el 68, cuando el guitarrista de “Guns N´ Roses” tenía solo tres añitos, esta canción resume el espíritu de la banda de rock and roll más grande de todos los tiempos. Y marca el camino a discipulos más o menos aventajados. En “Jumpin´ Jack Flash” está la base blues que tanto gusta al grupo británico (escuchen su nuevo disco), el estilo de riffs de guitarra que encumbró a Keith Richard, la energía huracanada de Mick Jagger… Todo.

Escuchamos el single original, entonces numero uno en Inglaterra, hoy parte fundamental de una leyenda.

 

Un motivo para NO ver la televisión

Entre el mundo y yo

Autor: Ta-Nehisi Coates.

Editorial: Seix Barral.

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“Entre el mundo y yo” se lee como lo que es: la carta de un padre a su hijo. Una carta que sale de las entrañas y va directa al corazón. Un texto duro, amargo y descorazonador que no deja demasiado espacio para la esperanza. Habla de racismo. Es decir, de diferencias entre personas, de violencia gratuita (por el color de la piel), de abusos policiales, de desamparo e impunidad, de desesperación y muerte. Habla de la peor Norteamérica, esa que desprecia a sus ciudadanos negros.

“América se cree excepcional, la más grande y noble de las naciones que han existido, un campeón solitario que se interpone entre la ciudad blanca de la democracia y los terroristas, los déspotas, los bárbaros y otros enemigos de la civilización”.

“Esto es lo que me gustaría que supieras: en América es una tradición destruir el cuerpo negro: es un patrimonio. La esclavitud no fue un simple acto aséptico de coger prestada una fuerza de trabajo; no es tan fácil conseguir que un humano entregue su cuerpo en contra de sus intereses más elementales. De modo que la esclavitud tiene que emplear cólera azarosa y violencia corporal arbitraria, necesita cabezas rotas y sesos vertidos al río cuando el cuerpo intenta escapar. Tiene que emplear unas violaciones tan habituales que se vuelven industriales. No hay forma edificante de decir esto”.

Ganador de infinitos premios, “Entre el mundo y yo” es un libro definitivamente obligatorio: nos recuerda que aún queda mucho trabajo por hacer, que la desigualdad y la discriminación son dos enemigos muy poderosos, y que es necesario un activismo de combate para enfrentarse a esta realidad social. Ta-Nehisi Coates habla de Estados Unidos, y analiza casos de violencia y brutalidad ocurridos en ese país. Pero sus reflexiones, profundas, y sus conclusiones, brillantes, son aplicables a una Europa que vive momentos de duda en el trato con los más desamparados.

“Hoy en día, cuando el ocho por ciento de los presos del mundo son negros, nuestros cuerpos han refinanciado el Sueño de ser blancos. La vida negra es barata, pero en América los cuerpos negros son un recurso natural de valor incomparable”.

Periodista durante años, editor actualmente de la revista The Atlantic, Ta-Nehisi Coates, esconde una carta marcada. En un texto marcado por el dolor y la desilusión, confía en su hijo, en su futuro, en el resultado de la lucha de un pueblo definitivamente desencadenado. Una reflexión necesaria.

“Tu itinerario será distinto. Tiene que serlo. A los once años tú ya sabías cosas que yo no sabía ni a los veinticinco. A los once años mi prioridad básica era la simple seguridad de mi cuerpo. Mi vida era una negociación inmediata con la violencia, dentro y fuera de mi casa. Pero tú ya tienes expectativas, lo veo en tí. No te basta con la supervivencia y la seguridad. Tus esperanzas –tus sueños, si quieres llamarlos así- me provocan una serie de emociones en conflicto. Estoy muy orgulloso de tí, de tu apertura, de tu ambición, de tu empuje y tu inteligencia”.

Despedidos por goleada

En televisión, pocas cosas resultan más chuscas que una tertulia política. Una de ellas es una tertulia deportiva. Es decir, una tertulia de fútbol, el monotema. Le cuento esto porque el pasado jueves echó el cierre “La goleada”, programa de 13TV presentado por Siro López y Danae Boronat. Por circunstancias de la vida tuve la ocasión de presenciar ese espacio final, una interminable despedida, el llanto eterno, el infinito proceso de justificación de la derrota, del fracaso. Nadie tenía la culpa, pero la tenían todos, de que solo cinco meses y medio después de arrancar, el espacio creado a imagen y semejanza de “Punto pelota” se cayese de la parrilla. Un programa nefasto que de ninguna manera se basaba, como asegura la empresa editora de su programación, en la difusión de los valores y credo de la Iglesia Católica.

Así las cosas, un programa pésimo sin audiencia y sin patrocinadores, solo podría haberse salvado por un milagro. Cosa que no se produjo pese a estar en la televisión de los obispos. “La goleada” era un programa nefasto, como todos los de deportes (con excepción de los de Canal +), que contaba con un equipo lamentable, desde el presentador hasta el último contertulio. Tipos raros, extremistas, gritones y hasta chabacanos, en la mayoría de ocasiones partidistas, siempre espesos y dispuestos a la confrontación, acostumbrados a ofrecer el lado más cutre del fútbol: el del grotesco forofo.

¿Deben mejorar estas tertulias deportivas para sobrevivir? No estoy seguro, y voy a intentar explicarle por qué: las peores de todas, aquellas que presenta Josep Pedrerol en La Sexta (“Jugones”) y Neox (“El chiringuito de jugones”), son las que permanecen con vida.

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Conclusiones. La primera es que para estar medianamente bien informado, deportes (fútbol) incluidos, hay que pagar. Como suele suceder. Canal + por un lado, y por otro lecturas de calidad: Líbero y Panenka. Lo cual es una lástima si recordamos algo que nunca deberíamos olvidar: las cadenas de televisión son concesiones del Estado, y por tanto están obligadas a ofrecer servicio público. Entretenimiento de calidad. Lo que nos lleva a una segunda conclusión: Debería revisarse el sistema de concesión de televisiones. Tras contemplar media hora de “La goleada”, o de cualquier otro programa de la cadena de la Conferencia Episcopal, sólo queda preguntarse si son necesarias cadenas como 13TV.

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Un motivo para NO ver la televisión

Hermanos de sangre

Autor: Ernst Haffner.

Editorial: Seix Barral.

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Estamos ante la recuperación de un libro perdido, que fue editado en 1932 y prohibido y quemado en la Alemania de Hitler. Corre 1930 y una despiadada crisis sacude Berlín, una ciudad que puede ser tormento y refugio. Las calles están llenas de buscavidas, de delincuentes, de prostitutas, de trapicheros… y de garitos de mala muerte en los que refugiarse a tomar salchichas y aguardiente cuando la lluvia y el frío sacuden la ciudad. Los Hermanos de sangre son una banda juvenil que vive al día, que duerme cada noche en un refugio, que se pelea y acaba metiéndose en problemas. Son jóvenes sin futuro más allá de la próxima comida, que escapan de los reformatorios, que viajan entre los ejes de las ruedas de los trenes, que sortean a la policía y están unidos por lazos de miseria, hambre y camaradería. Se sobrevive mejor en grupo.

“Hermanos de sangre” recuerda a todos esos libros y películas de pandilleros, de peleas en los callejones, de macarras y chuletas, de lumis y marginados. Leyendo este libro pensaba, salvando las enormes distancias, en “The Outsiders” y “Rumble Fish”, dos grandes películas de Coppola. Y en los clásicos de los vagabundos de la Norteamérica profunda, durmiendo en cunetas y subiendo a trenes en marcha. “Hasta hace una semana Anneliese era la manceba de otra pandilla, en concreto de la de Friedel Peters. Ninguno de sus miembros tenía dinero y un día Friedel dijo: “Anneliese, debes trabajar de puta para nosotros”. Y entonces ella se pasó a la pandilla de Jonny porque ésta tenía dinero. Anneliese no actuó de manera distinta a la querida de un empresario industrial que cambia a éste por un director de banco porque no puede costear sus caprichos”.

Ernest Haffner, autor de esta misteriosa obra, fue un periodista y trabajador social del que se desconoce prácticamente todo. Los bombardeos sobre Hamburgo destruyeron el archivo de su editor, y nadie ha podido localizar a ningún familiar o amigo. Lástima. “Hermanos de sangre” es un libro que se lee de un plumazo, escrito con potencia, sin sutilezas, por momentos opresivo y triste, pero en ocasiones optimista y vital. Y es que la amistad y la lealtad están por encima de todo. Incluso del hambre y el frío.

El traductor de “Hermanos de sangre”, nada más y nada menos que Fernando Aramburu, habla en su blog del libro: “Ofrece una imagen harto negativa de la Alemania de aquel tiempo. Los nazis lo prohibieron y lo echaron a sus hogueras. Es un libro que tiene un aire de novela picaresca protagonizada por chavales sin hogar que viven en pandilla, diseminados por los barrios de Berlín durante la República de Weimar; así pues, en la época prenazi”.

El fracaso de la política (y alrededores)

Gloria Lomana, directora de informativos de Antena 3, apareció en el programa de Susanna Griso solo doce horas después de entrevistar a Mariano Rajoy. Estaba exultante, convencida de haber realizado un gran trabajo periodístico: “Me dijeron por el pinganillo que estábamos siendo triple trending topic. Y pensé, esto es demasiado…”. Luego resumió sus sensaciones tras la pantomima con el presidente del Gobierno: “Vi a Rajoy enfocadísimo al deporte. Se levanta a las 7 y hace la elíptica. Ya no fuma puros”.

¿La elíptica? Revisé mis manuales guarrindongos de posturas sexuales, y ahí estaban el tornillo, la sumisa, el molde, la cucharita y hasta el helicóptero. Pero de la elíptica no decían nada. Y es que resulta que la elíptica es una bicicleta especial, una máquina total que trabaja el cuerpo humano al completo. No hay más que ver y escuchar a Rajoy para saber que pasa más tiempo sudando en la elíptica que con el logopeda o con el profesor de inglés, por poner un par de ejemplos.

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Lomana dice que Rajoy es “correoso”, y que fue “un trabajo arduo intentar sacarle titulares”. Y cree no contradecir su buen hacer periodístico cuando reconoce que el presidente “salió muy satisfecho de la entrevista”. Susanna Griso insistió en el tsunami de trending topics de la jefa de informativos, estrella periodística de la jornada. Lamentablemente ninguna de las dos dio el dato fundamental para analizar la entrevista con Rajoy. La audiencia. Entrevista a Rajoy en Antena 3: 15,3% y 2.873.000 espectadores; Informativo Telecinco: 16,5% y 3.093.000 espectadores.

Los telespectadores prefirieron ver el informativo de Telecinco, con el triste Piqueras al frente, antes que la entrevista con el triste presidente del Gobierno. Fracaso estrepitoso, por tanto, de la política mezquina y del periodismo mediocre. Cada vez nos interesan menos las declaraciones de un presidente del Gobierno famoso por no hacer declaraciones, por evitar la realidad, por esquivar los problemas, por esconder la cabeza debajo del ala. Y cada vez confiamos menos en unos periodistas cómplices, dóciles, innecesarios.

Un motivo para NO ver la televisión

Treblinka

Autor: Chil Rajchman.

Editorial: Seix Barral.

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Nada más terminar de leer “Treblinka”, una estremecedora historia sobre el día a día en uno de los campos de exterminio más famosos de la Alemania nazi, me encuentro con que The Guardian publica un informe demoledor “sobre la credibilidad de determinadas pruebas con respecto a la tortura y ejecución de personas encarceladas por el régimen sirio actual”. Habla de 11.000 presos torturados y asesinados en las cárceles de Bachar al Assad. “Cuando mataban a los detenidos en su lugar de detención, llevaban los cuerpos a un hospital militar con un doctor y un miembro de la judicatura. La función de César (seudónimo del desertor y ex policía militar sirio que facilita la información) consistía en fotografiar los cuerpos. Había hasta 50 cadáveres para fotografiar cada día”, dice el informe.

¿No hemos aprendido nada? ¿El mal sigue instalado entre nosotros? ¿Consentiremos que la historia se repita?

En Treblinka fueron asesinadas alrededor de 850.000 personas, la mayoría judíos. Chil Rajchman, polaco de veintidós años, fue deportado a este campo junto a su hermana. Ella murió al poco de llegar. Chil trabajó levantando el campamento, arrastrando cadáveres, cortando el pelo a las mujeres que entraban en las cámaras de gas, arrancando los dientes de oro y plata a los muertos… Milagrosamente logró escapar con vida: fue uno de los 57 supervivientes. Este libro breve, que se lee de un tirón y con la piel de gallina, son sus memorias en Treblinka. Una escritura directa, estremecedora, que describe con detalle hasta dónde puede llegar la maldad humana.

La crueldad de los nazis de Treblinka era tal que llegaban a llenar las cámaras de gas de prisioneros, apretados como sardinas, y los dejaban morir asfixiados. No les gaseaban. Cuando dos días después abrían las cámaras, algunos todavía estaban con vida.

La narración de Chil Rajchman nos recuerda que el Holocausto es infinito, que no podemos olvidar jamás este momento terrible de la historia, que debemos seguir buscando la verdad, aprendiendo, maldiciendo.