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¡Viva la música!

Ha muerto Fernando Argenta, un gran amante de la música, un enorme divulgador. Argenta dirigió durante 32 años el programa de RNE “Clásicos populares”, y presentó durante casi una década “El conciertazo”, un espacio de educación musical emitido por La 2 de TVE entre 2000 y 2009. No sé si usted me ha entendido bien, si se ha dado cuenta de la importancia de la frase anterior: Argenta presentó un programa de educación musical. Repito, de educación musical. Sí, en TVE, la televisión pública española, la misma que ahora emite “Uno de los nuestros”, uno de esos mugrientos talent shows surgidos tras el éxito de “Operación Triunfo”.

Por cierto… Argenta fue a morir el día en que comenzaban las pruebas para conseguir las licencias de músico callejero. A él no le hubiese gustado que exigiesen a estos artistas “ser aptos para entretener, pero sin molestar”.

 “RTVE ya no es mi casa, no la conozco”, dijo Argenta en una entrevista publicada hace algunos años en El País. El divulgador musical fue prejubilado. “El conciertazo” dejó de sonar. Y los telespectadores se perdieron uno de los acontecimientos televisivos más fascinantes de todos los tiempos. Una orquesta en directo, espectáculo en estado puro, humor desbordante, euforia colectiva… y todo alrededor de la música de Bach, de Mozart o de Beethoven.

Me fascinaba el entusiasmo de Argenta, esa contagiosa pasión por su trabajo que solo se encuentra en las personas que aman profundamente lo que hacen. Me vienen a la cabeza personajes televisivos con ese don, como el mago Juan Tamariz, los  cocineros David de Jorge y Arguiñano, el periodista Sebastián Álvaro (“Al filo de lo imposible”)… Este último cuenta, en una entrevista publicada ayer mismo por el diario El Mundo, que “si TVE no hace programas como “Al filo” lo que tiene que hacer es desaparecer”.

Programas como “Al filo” y como “El conciertazo”. Auténtica televisión pública, el tipo de espacios que las cadenas comerciales jamás harían. “Si las televisiones públicas sólo sirven para meter enchufados de los partidos y para exaltar los logros del Gobierno, no tienen ningún sentido. El poder quiso que se perdiera la televisión pública”, sentencia Álvaro, también prejubilado por TVE.

P.D.

Brutal. La portada del nuevo Mongoliú

Un motivo para NO ver la televisión

Lydia Loveless.

CD: Boy Crazy.

Lydia Loveless es una de esas perlas escondidas de la música nortemericana de raíces, comparable tanto a las grandes voces femeninas de los últimos años (Lucinda Williams) como a las leyendas (Patsy Cline). Nació en Ohio hace solo 23 años, y ha grabados dos discos de larga duración. Este EP con cinco canciones es su tercer trabajo, el segundo para el prestigioso sello Bloodshot. Puro rock and roll, sin concesiones, sin sorpresas, sin tregua.

En Loveless hay mucho country, pero también mucho Springsteen y un fuerte espíritu punk. Transmite honestidad en toda su obra, incluidos los cinco nuevos y grandes temas, apenas veinte minutos de música sin relleno, de este disco imprescindible pese a lo espantoso de la portada. Un soplo de aire fresco, la confirmación del enorme talento de una mujer destinada a ser toda una estrella. La reencarnación femenina de Hank Williams.

Televisión versus curiosidad

Hubo una vez, hace muchos, muchos años, una época en que la  televisión española dedicó tiempo, esfuerzo y dinero a la grabación de documentales. Félix Rodríguez de la Fuente y “El hombre y la tierra” consiguieron un gran éxito de público, e hicieron más por la conservación de la naturaleza que el ICONA y el Ministerio de Medio Ambiente juntos. Y Sebastián Álvaro dirigió “Al filo de lo imposible”, una original y sorprendente serie con la que exploramos los lugares más remotos del planeta y ascendimos las más altas cimas. Eran los buenos tiempos. Hoy toda esa belleza y ese talento, esa inversión en entretenimiento de calidad, solo es un bonito recuerdo. Los aficionados al género tenemos que pagar (National Geographic en Canal +) o bien conformarnos con subproductos como Xplora, el canal “para gente curiosa” que estrenó ayer La Sexta.

La Sexta 2 es un ejemplo perfecto de la sinrazón de la TDT, puesto que desde que arrancó en noviembre de 2010 no hace sino dar palos de ciego. Primero se dedicó a los docushows, después pasó a emitir telenovelas, más tarde lo intentó con una fórmula mixta, y ahora prueba con el género documental. ¿Producción propia? Ni un segundo. Una churrería de documentales más o menos viejunos salpicados con casposa teletienda. Lobos marinos y sujetadores Aire Bra, conductores de camiones suicidada y audífonos espía Silver Sonic XL…

Ayer, el día del estreno, emitieron a mediodía  “Animales extraordinarios”, una serie que pudimos ver en Canal + en verano de 2007, y que posteriormente emitieron las cadenas autonómicas. El chimpancé “extraordinario” protagonista se fundió con “Kea ¿The smartest Parrot?”, un documental sobre estas curiosas aves psitaciformes de Nueva Zelanda estrenado en 2004. Y cuando digo que se fundieron es que se fundieron, sin respetar los créditos finales. La parte buena es que no te enteras de que fueron grabados hace casi una década. La mala, que pierdes información fundamental sobre la pieza emitida: quién lo grabó, dónde, cuándo, qué centros colaboraron… Algo intolerable para la gente supuestamente curiosa.

La sensación tras un día de Xplora es triste: la sobremesa de La 2, esa fábrica de siestas, alargada 24 horas. Poco cine documental, ningún estreno de calidad y mucho docu-reality macarra, con leñadores asilvestrados, urgencias bizarras, cazadores de los pantanos y constructores de megaedificios.

Los canales de TDT no han funcionado como es debido. Una de las formas más sencillas y económicas de mantenerlos en marcha y no tener que cerrarlos (¿devolverlos al Estado?) es rellenarlos, tras el fracaso de docushows y  telenovelas, con documentales de saldo enlazados en ristra, como chorizos.

Me temo que la televisión no es para “gente curiosa”, esa para la que supuestamente va dirigido este canal. La televisión actual adocena, acaba con nuestra iniciativa, nos estanca, nos adormece y nos hace vulgares y conformistas. La televisión es para pusilánimes y dóciles. ¿Usted realmente tiene curiosidad? Salga a la calle, al campo, a los museos, a los conciertos, a las bibliotecas, a los bares, a la red… Explore.

Un motivo para NO ver la televisión

El mal del cerebro

Un ejemplo de producción propia, de documental de calidad, de televisión sin necesidad de televisión. “Un año de trabajo, más de 50 horas de entrevistas y un recorrido por los mejores laboratorios de nuestro país para conocer los secretos del cerebro” y elaborar este trabajo para La información.com.  Un documental sobre “los desafíos de la mente del siglo XXI”. Imprecindible.

Al filo… de la ley

Los últimos días del pasado mes de abril la mayoría de televisiones y radios de España llamaron a Sebastián Álvaro, creador y ex director del legendario programa de TVE “Al filo de lo imposible”, y una autoridad en el mundo del montañismo, para pedirle su opinión sobre la muerte de Tono Calafat en el descenso del Annapurna. Todas menos TVE y RNE. Álvaro, uno de los 4.200 trabajadores que abandonaron TVE con el famoso expediente de regularización de empleo socialista, está vetado en la que, durante 40 años, fue su casa. “Me voy porque me echan”, dijo entonces. Un año y medio después de abandonar TVE, Álvaro ha dejado de recibir el dinero de la indemnización que le correspondía por el ERE. Le acusan, a él y a otros ex trabajadores de la casa (Andrés Aberasturi, Quique Guasch…), de colaborar, aunque sea de manera gratuita, con diferentes medios de comunicación.

“Nos despidieron, nos han perseguido y ahora quieren dejarnos de pagar. Es algo inquisitorial”, asegura un Sebastián Álvaro que ofrece hoy una rueda de prensa en la que anunciará que demandarán a TVE “por haber dejado de pagar la indemnización del último ERE”. En TVE han solicitado su presencia para que expliquen ante el Consejo de Liquidación (bonito nombre para un órgano creado para supervisar despidos) sus colaboraciones: “en contra de lo previsto en el ERE están realizando actividades que vienen a incumplir esa prohibición de concurrencia”, asegura un comunicado de TVE.

El Descodificador ha hablado con Sebastián Álvaro…

- ¿Se marchó de TVE o le echaron?

Es evidente que nos echaron. Eso no lo discute nadie y sólo con la boca pequeña se dice que fue un ERE voluntario. La realidad es aplastante, a los dos ERES anteriores, que sí fueron voluntarios, se acogieron un 50% aproximadamente de los trabajadores afectados. En este ya dijeron desde un principio que deberían irse, sí o sí, los casi 4200 que estábamos afectados. Fue un trágala, en el que sufrimos todo tipo de presiones y amenazas.

- ¿En qué consistía exactamente la prohibición de trabajar mientra cobraban la indemnización? ¿Es legal esa cláusula?

La otra cuestión que hace este ERE diferente a los anteriores es una cláusula, la 4.07, que viene a prohibirnos desarrollar cualquier actividad profesional que ellos consideren que es “competencia directa” con RTVE. Pero esa cláusula de no concurrencia apenas se aplica en España y en los casos extremos que se hace, son a determinadas personas que pueden llevarse informaciones valiosas y siempre bajo el artículo 21 del Estatuto de los Trabajadores: es decir, pagándola aparte y por un periodo máximo de 2 años. Es evidente que eso no se cumple en nuestro caso pues no percibimos ninguna cantidad por este concepto y en algún caso (en el de los trabajadores que cumplieron 52 años) se pretende aplicarla durante 13 años. Resulta cuanto menos curioso que los grandes directivos de la Corporación, los que pueden tener acceso a esa información privilegiada, puedan irse a trabajar al dia siguiente a empresas de la competencia y sin embargo a los trabajadores de a pie se les niegue el derecho a trabajar. Nosotros fuimos despedidos, como lo demuestra la palabra “extinción del contrato de trabajo” y la cantidad que recibiamos era nuestra indemnización. Nos parece obvio y, lo más importante, les parece a los más importantes juristas en derecho laboral de nuestro país, que esa cláusula es nula de derecho. Y además es abusiva, lesiona el derecho al trabajo y limita la libertad de expresión consagrada en la constitución de nuestro país.

-  ¿Cuando dejó de cobrar la indemnización y qué motivo le han dado en TVE?

Desde octubre no recibo un euro de mi indemnización. El burofax alude a motivos de una página de internet, que vino a hacerme una entrevista y yo, por supuesto, no me negué. Y nunca me voy a negar. A algunos compañeros les han negado por escrito esta posibilidad. Es decir, a decir lo que pensamos libremente, sea en una radio o en cualquier otro medio de comunicación. Ese derecho, la libertad de expresión, es sagrado. Y desde luego ningún periodista puede renunciar a él. Es decir alegamos indefensión, pues sólo un juez puede decidir que no cobramos, como le ocurre a cualquier trabajador despedido, y además estamos convencidos de que esta clausula no es aplicable en nuestro despido.

- ¿Se siente perseguido?

Me siento perseguido y confuso. Entré con 17 años en TVE, tuve una trayectoria profesional impecable, creando una de las mejores marcas de la televisión en España, como pueden dar fe la multitud de amigos que todavía me quedan en esa casa. Sólo conocí la represión en tiempos del franquismo, por defender los derechos democráticos y los de los trabajadores. En un momento determinado, sin que sepamos porqué, se decidió desprenderse del talento y del esfuerzo de los mayores de 52 años, y se nos despojó de cuanto teníamos en esa casa, que eran nuestros proyectos y nuestras ideas, hasta el punto de dejarlas irreconocibles. Unos años después ya se ha visto que fuimos sacrificados por nada, y lo peor es la situación que actualmente viven los trabajadores de la radio y televisión públicas. Y para los que debemos ser un ejemplo: si son capaces de darnos este trato a personas que, literalmente, dimos la vida por Televisión Española ¿qué no harán con los nuevos chavales a los que se les regatea todos los días sus derechos y el propio trabajo? ¿Cómo se creen que serán despedidos ellos?

Y sí. Creo que soy perseguido. Y sé porqué lo soy. Porque fui crítico desde el principio con el desmantelamiento de RTVE. Fui apercibido en los despachos. Y por eso ahora vuelvo a ser represaliado. Se me ha elegido chivo expiatorio, en mi opinión, para dar un castigo ejemplarizante. Esos tiempos creí que definitivamente estaban olvidados en España. Se trata de ponernos de rodillas. Y con algunos me temo que lo han logrado, pues sin ese dinero hay gente que no aguanta un mes. Pero el atropello no puede imponerse a la razón ni a la justicia.

- ¿En qué consiste la demanda que plantean contra TVE?

Es una demanda de cantidad, es decir por lo que no nos pagan (que en mi caso es todo), y por tanto debe ser individual. Pedimos que se declare nula esa cláusula y por tanto se condene a TVE a pagar las cantidades de nuestra indemnización. Lo que supone que 4200 personas recuperarán la posibilidad de, si quieren, rehacer su vida profesional.

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Entiendo a Álvaro. Y le entiendo porque me recuerda a mi amigo Pere Joan Ventura , un tipo que tiene talento: ganó un Goya con su documental “El efecto Iguazú”. Pero también tiene un defecto enorme: pasa de los 52 años. Según el PSOE, demasiado viejo para la televisión pública. La perspectiva de ser arrinconado y la inmejorable oferta económica le hicieron acogerse al ERE. Una pena. Teniendo en cuenta que Woody Allen tiene 74 años, Clint Eastwood 79 y Martin Scorsese 67, es posible que Pere Joan aún hubiese podido aportar algo al cine  español, ¿no creen?

Espero sinceramente que Álvaro, Aberasturi, Guasch  y compañía ganen el juicio. Y que podamos seguir disfrutando de un talento del que políticos y burócratas nos quieren privar.

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Un motivo para NO ver la televisión

Roy Buchanan

Cd: Roy Buchanan.

Buchanan es uno de los más grandes guitarristas blancos de blues de todos los tiempos, con un nivel sólo comparable al de Clapton, Jeff Beck o Michael Bloomfield. Enseñó a tocar a Robbie Robertson, y estuvo en la primera formación de The Band. Un virtuoso que, lamentablemente, nunca consiguió el reconocimiento del gran público, seguramente por su carácter depresivo y su gran pureza con las seis cuerdas. Tras una vida atormentada, y graves problemas con el alcohol, murió en prisión en extrañas circunstancias con 49 años. Para entones ya había registrado algunos discos magníficos. Éste es el primero de ellos, una bomba grabada en 1972.

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