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Prudencia y transparencia

“Yo no me puedo quitar de la cabeza esos últimos ocho minutos”, dijo Susanna Griso en Antena 3 sobre los momentos finales del accidente del avión de Germanwings, “porque lo único que les queda a los familiares es cómo fue esa muerte de dura”. Y pasó a formular teorías varias sobre la caída del aparato, sobre las causas del precipitado descenso, sobre la puerta de la cabina del avión, sobre las comunicaciones de voz entre tripulantes… Una hora después, solo una hora, el fiscal de Marsella afirmó que los pasajeros notaron que algo iba mal solo un minuto antes del impacto.

“La principal hipótesis es la del accidente provocado”, aseguró García Ferreras en La Sexta. “Un suicidio que puede tener connotaciones de acto terrorista”, sentenció, unos minutos antes de la rueda de prensa ofrecida por el fiscal de Marsella, el presentador que considera el periodismo su religión. “Lo primero que deberíamos ser es prudentes”, le respondió José Antonio Cervera, piloto y controlador aéreo invitado al programa. Ferreras tomó en cuenta sus palabras y dio la palabra a Tania Sánchez, que ofreció su teoría sobre el copiloto que pudo destruir el avión.

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Cada vez es más difícil saber dónde acaba el periodismo y dónde comienza la especulación, es decir, la suposición, la conjetura, la presunción. Esas propuestas del periodismo televisivo nos llevan en demasiadas ocasiones por el camino de la ficción, que es uno bien distinto al del auténtico periodismo. “Las especulaciones son inevitables”, dice el tertuliano macabro, “porque queremos saber lo que sentían los pasajeros en los últimos instantes del vuelo”. Y tiene algo de razón, las especulaciones son inevitables, pero en las barras de bar, no en unos medios de comunicación que en estos casos deberían considerar el derecho a la información como cuestión de audiencia, de acuerdo, pero también de humanidad, y tratarlo con dignidad y respeto.

Frente a la especulación (“¿Suicidio? ¿Homicidio? ¿Desvanecimiento?”, se preguntaban en La Sexta) el fiscal de Marsella ofreció un ejemplo de transparencia en una rueda de prensa modélica. Ofrecida dos horas después de informar a los familiares de las víctimas, por supuesto. Gestionó la información con claridad, sinceridad y contundencia. Respondió a todas las preguntas, “Entiendo su impaciencia, pero tengo reglas de derecho y no puedo dar datos de los que no dispongo”, y dejó las cosas claras. Todo lo claras que podían estar en esos momentos: Los investigadores creen que el copiloto estrelló voluntariamente el avión.

Es fácil hacer las cosas bien. Solo hace falta ser prudentes y transparentes. Pero así es muy difícil rellenar horas y horas de televisión.

Por cierto… Horas y horas de especulaciones sobre el accidente del avión, y ni una mención en muchos medios sobre la Ley de Seguridad Ciudadana aprobada en el Congreso de los Diputados con los votos del Partido Popular. Una ley que atenta contra los derechos constitucionales a la libertad de expresión y a la información. Es decir, contra una de las bases de la democracia.

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Un motivo para NO ver la televisión

Seasick Steve

Cd: Sonic Soul Surfer.

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Por segunda vez en la semana dedicamos este espacio a un bluesman veterano. En este caso se trata de un viejo conocido, el californiano Seasick Steve, del que ya hemos hablado y del que hemos escuchado anteriores discos. Con setenta años a las espaldas, y ocho álbumes grabados, el músico de la guitarra mugrienta entrega otro gran trabajo, doce canciones distorsionadas, eléctricas, con el slide desbocado recorriendo el mástil y la voz aullando a la luna. Excepto en una pequeña joya acústica, “In Peaceful Dreams”, que recuerda a los grandes revisionistas del género. Blues sin concesiones.

 

Día del trabajo

Aquí me tiene usted el primero de mayo, sentado frente al ordenador mientras me tomo un café con leche y le doy un repaso a la prensa digital. ¿Contento por tener trabajo? Debería. Lo que pasa es que estoy leyendo en ABC un titular de esos que dejan huella: “los obreros franceses están con la extrema derecha”. El café se ha enfriado, la leche se ha cortado, el ordenador se ha bloqueado. El diario conservador analiza su titular, un tanto sensacionalista, en una entradilla mucho más sensata: “El 30% de este gremio, que solía ser voto duro de la izquierda, se decanta ahora por el partido de extrema derecha, Frente Nacional. Este giro histórico coincide con la crisis sociopolítica”.

¿Será este el plan secreto de Mariano Rajoy? Si coincidiendo con “la crisis sociopolítica” española se produjese un “giro histórico”, y el 30% de los obreros españoles que votan “duro” izquierda pasasen a votar PP… ¡El PP ganaría siempre las elecciones, sin importar que el número de parados se duplicase, que los recortes en sanidad y educación continuasen o que se suprimiesen las pensiones! Incluso podrían recuperar a Bárcenas como tesorero.

O sea, que Rajoy tenía un proyecto. Quizá un proyecto abyecto y retorcido, pero un proyecto: radicalizar el voto obrero hasta situarlo a la derecha de la derecha. Es decir, a su vera. Una estrategia que  está dando los primeros frutos: “Los sindicatos admiten la mitad de participación que en 2012”, titula a todo trapo ABC, la voz del Gobierno, para abrir su web.

Sentado frente al ordenador, en el Día de Trabajo con más parados de la historia, me siento mucho más tranquilo. Estamos en buenas manos. En las de un tipo sin pelos en la lengua: “lo importante ahora es no perder el rumbo”.

 

Un motivo para NO ver la televisión

Seasick Steve

Cd: Hubcap Music.

Nuevo disco del gran Seasick Steve. Bluesman veterano (nació en 1941 en California), irreductible e inclasificable, amigo de Janis Joplin y Joni Mitchell, constructor de sus propios instrumentos y compositor de melodías rastrojeras. Un tipo asilvestrado que tiene ya ocho discos, publicó el primero con 63, es admirado por alguno de los grandes del negocio, ha tocado en el metro e ignora el significado de la palabra “comercial”.

Blues eléctricos tocados con guitarras fabricadas con cajas de puros. Y llevando el ritmo con el pie golpeando una caja de madera con una matrícula de Misisipi pegada por un lado y un trozo de alfombra por el otro. Camisas de cuadros y cuellos de botella. Una silla y poco público. Ahí está el espíritu de Son House y de Hound Dog Taylor. Los viejos temas folk que hablan de botellas vacías y personas que se suben a trenes en marcha: “Los vagabundos son personas que se desplazan en busca de trabajo, los vagabundos son personas que se mueven, pero no buscan trabajo, y los vagabundos son personas que no se mueven y no trabajan. Yo he sido los tres”.

La insoportable levedad del periodismo

Juan Luis Cebrián llevaba años esperando este momento. “José Luis Rodríguez Zapatero debe abandonar su patológico optimismo y anunciar cuanto antes un calendario electoral creíble”, escribe el miembro de la Real Academia Española en la portada de El País. Cebrián pide elecciones, lo que significa una sola cosa: que Rubalcaba ya está listo para enfrentarse a Rajoy. El director del periódico, Javier Moreno, apoya a su consejero delegado llevando a esa misma portada un editorial titulado “Fin de ciclo”, y tuiteando un pedrojotil “Zapatero debe convocar elecciones cuanto antes”.

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Un motivo para NO ver la televisión

Seasick Steve

Cd: You Can´t Teach An Old Dog News Tricks.

El californiano Seasick Steve se llama en realidad Steven Gene Wold, lo que no le impide toca la guitarra como si estuviese bajo la lluvia, escondido en un puente, rodeado de sombras y ratas. Es auténtico. Cuenta que construye sus propios instrumentos, que sueña con afinaciones nuevas y que grabó su primer disco a la edad en que otros se retiran del negocio. Seasick Steve toca para los homeless, arrastra el blues y duerme a pierna suelta.

“You Can´t Teach An Old Dog News Tricks” es su quinto disco, un trabajo realizado con la colaboración de toda una estrella: John Paul Jones, el bajista de Led Zeppelin. Quizá por eso suena de mil formas diferentes, desde la intensidad de un solitario bluesmen en una esquina de Chicago a la energía de una banda a lo White Stripes. Sin olvidar a J.J. Cale. Otra delicada e intensa joya.