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Cainismo

La muerte de Mingote, el humorista gráfico favorito de la derecha, ha despertado los peores instintos de unos diarios ya de por sí con muy malos instintos. ABC y La Razón, esos dos disparates propagandísticos con formato de periódico informativo, se han lanzado a las yugulares contrarias presumiendo de ser el único y verdadero amor del dibujante fallecido. “Mingote es mío, y me quería solo a mí”, gritaba ABC. “De eso nada, Mingote se quiso venir con nosotros porque somos menos roñosos y más conservadores que vosotros”, aullaban en La Razón. Sentimientos encontrados que, lejos de discutirse en la discreta intimidad de la redacción, saltaron a las portadas y ensuciaron los kioscos. Perro facha no es que coma perro facha, es que se lo devora…

ABC, La Razón, La Gaceta, El Mundo… Esta Semana Santa los cuatro periódicos han publicado portadas con cristos crucificados. ¿Hay tarta conservadora para tanto goloso? No hay lector, por ultra que sea, capaz de devorar esos cuatro panfletos sin sufrir una sobredosis letal de españolismo. ¿Es el cainismo la única solución a esta sobrepoblación? ¿Cuántos deben sucumbir en ese enfrentamiento fraticida para que quede garantizada la conservación de la especie? ¿Sobrevivirá el panfleto? ¿Le seguiremos llamado periodismo a la propaganda?

El barco de la prensa española está claramente escorado a la derecha. Soledad Gallego-Díaz vino a confirmar lo que desde hace tiempo sospechábamos: “El País no es un periódico de izquierdas; nunca lo ha sido y nunca ha pretendido serlo”. Así las cosas, con El País en el centro y el cadáver de Público aún caliente, muchos se conforman con reírle a Mingote uno de sus más famosos chistes…

– ¿Qué es preferible abuelo, ser de derechas o de izquierdas?

– Pues verás, antes que nada no ser gilipollas. Luego ya…

La 2 (TVE) despidió dignamente a don Antonio con tres piezas: un episodio de la serie “Un señor de negro”, dirigido por Antonio Mercero y con el guión escrito por Mingote, el reportaje “Mingote, una vida llena de humor”, dentro de “Informe Semanal”, y el programa “Imprescindibles”. Tuvo suerte del gran dibujante, puesto que esta Semana Santa TVE no ha tenido muchos huecos entre misas y procesiones, entre partidos de Copa Davis y Días del señor.  La televisión pública apenas dispuso de espacio para una programación generalista, rendida como estaba al capirote y la torrija.

En solo cuatro días, de jueves a domingo, hemos podido ver en TVE películas como “Saeta del ruiseñor”, mini series como “Santa Teresa de Jesús”, y programas como “Triduo Sacro y Santos Oficios”, “Santos oficios desde la catedral de Alcalá de Henares”, “Procesión de Semana Santa desde Granada”, “Enigmas de la Biblia”, “Testimonio” o “El día del señor”. Y los telediarios, cada día más insulsos y descafeinados, hablando del clima, las procesiones, las reflexiones del Papa y la operación retorno. Y de cómo “los chicos malos del rock” encontraron una salida en la religión.

Dicen que Rajoy “defiende en el PP el consenso con el PSOE para nombrar un presidente de RTVE”, y que “no escuchará a quienes desde dentro del partido le piden «mano dura» para dar un auténtico vuelco a la cadena pública”. Yo no me lo creo. No puedo imaginarme a Rajoy defendiendo nada.

Una de las dos portada es falsa…

P.D.

Cainismo futbolero: anoche Pepe, en un alarde de agresividad, agredió a su compañero Arbeloa, que le recriminaba por hacer teatro…

El blues del hombre de negocios

El diario Público ha solicitado concurso voluntario de acreedores. En primer lugar, mi solidaridad con la plantilla del periódico: un drama que va más allá de los 160 trabajadores del mismo, puesto que afecta al equilibrio mediático, es decir, democrático, del país. En segundo lugar, las palabras de Jesús Maraña, director del diario: “Este periódico nunca ha estado al servicio de grupos políticos ni gobiernos… Los problemas que atraviesa Público no derivan, por tanto, del cambio político surgido de las últimas citas electorales”.

Maraña, como antes Escolar, han demostrado ser excelentes directores: Público ofrece periodismo de calidad, con contenidos y opiniones tan alternativas como  imprescindibles. Dicho esto, resulta imposible no analizar el posible cierre de Público desde dos puntos de vista: las circunstancias políticas y los intereses de Jaume Roures, empresario y accionista mayoritario de Mediapubli, editora de Público.

Algún malpensado podría creer que, una vez muerto y enterrado el gobierno de Rodríguez Zapatero, Público ha dejado de ser útil. ¿A los lectores? No, a su propietario. El sueño de un grupo mediático socialista que, construido alrededor de Zapatero, hiciese sombra a la PRISA de González, ha terminado. Ya solo se trata de sobrevivir: Mediaproducciones tiene una deuda de 1.250 millones de euros, Gol TV ha perdido 33 millones en tres años y Público acumula un desequilibrio de 62 millones en cuatro años.

En estos momentos, el cierre de Público podría relacionarse con la absorción de La Sexta por Antena 3. O con las últimas sentencias sobre la guerra del fútbol. Incluso podría entenderse como un gesto de buena voluntad, de no agresión, hacia el nuevo Gobierno. Yo dejo de tocarte las pelotas, tú me dejas seguir haciendo dinero con las series, el fútbol, la fórmula 1… Los derechos audiovisuales y la producción televisiva y cinematográfica forman el grueso de los asuntos de un Roures que ya no tiene margen para esperar ni a Rubalcaba ni a Chacón. No es nada personal. Es cuestión de negocios, no de periodismo.

Creo en Público. En sus trabajadores, en su director, en su proyecto. Pero no creo en Roures. Por eso temo que Público se convierta en el penúltimo blues del hombre de negocios…

Yo habría querido ser artista

para crear un mundo solidario

para ejercer de anarquista

y vivir como millonario.

No a Público, sí a Equo

Hoy es un día triste… El lector habitual de este blog quizá recuerde que hace sólo unos días valoré la posibilidad de dejar de comprar periódicos. Pues bien, ese día ha llegado: Público acaba de caerse de mi cesta de la prensa. Siento en el alma tomar esta decisión, puesto que comparto la línea ideológica del periódico y considero a algunas de sus firmas imprescindibles, pero a partir de ahora seguiré leyendo a Nacho Escolar, Isaac Rosa, Javier Vizcaíno, Escudier, Sáenz de Ugarte y compañía en Internet. ¿Los motivos? Tres…

1.- Subida de precio. Esta semana Público ha pasado de un euro a 1.20, de lunes a jueves. De la misma forma que no todos los coches cuestan lo mismo, puesto que ofrecen muy diferentes prestaciones, no todos los periódicos deberían costar lo mismo. El precio podría depender de las sensaciones que tiene el lector cuando lo abre: la importancia y credibilidad de secciones “caras” como internacional, el número de corresponsales y de reportajes, la calidad de sus suplementos… Para mí, Público vale un euro.

2.- Ayer Público anunciaba, a toda página, que el próximo domingo sustituirá el DVD de la serie documental “Life” que correspondía, por otro que incluye… ¡los dos programas de “Salvados” dedicados al fin de la violencia en Euskadi! “Público regalará el DVD este domingo”, dice la promoción. Mentira: el lector debe adquirir el disco de manera obligatoria junto al periódico por 2.50 euros. Vi en su momento los especiales de Jordi Évole y me parecieron interesantes, pero jamás me plantearía volver a verlos, y mucho menos pagar porque formaran parte de mi videoteca. Son programas producidos por El Terrat y emitidos en La Sexta, empresas hermanas de Público, y por tanto se trata de productos amortizados. Como lector, todo esto me importa un pimiento.

3.- Ayer la página “Comunicación + tv”, una de las que más me interesan, era sencillamente impresentable. Incluía tres temas, todos ellos relacionados con la empresa editora de Público: “Mediapro desmiente a Prisa ante la CNMV”, “Contreras dice que la fusión con A3 es un largo noviazgo no consumado” y “Público, único diario que creció en los nueve primeros meses del año”. Definitivamente, me niego a pagar promoción a precio de información.

Hoy es un día triste porque, además de darme de baja en Público, soy consciente de que la televisión pública impide al partido al que pienso votar el próximo 20-N disponer de los espacios gratuitos de propaganda electoral en RTVE. “Es un intento de censura”, asegura Juan López de Uralde, líder de Equo. “Se está intentando que esto sea una carrera de obstáculos totalmente insalvable para los partidos nuevos y pequeños”. Le llaman democracia, pero no lo es…

 

Un motivo para NO ver la televisión

Fred Eaglesmith

Cd: 6 Volts.

El canadiense Fred Eaglesmith es una de esas perlas escondidas que nos guarda la música popular norteamericana. Guitarrista limitado, vocalista rústico y montaraz, compositor musculoso y brillante, Eaglesmith es un Tom Waits rural que canta a la luna, a los perros abandonados y a las mujeres que huelen a carbonilla.

Acaba de editar su disco número 17, otra colección de canciones memorables. Hay más pasión, verdad y rock and roll en una canción de Fred Eaglesmith que en toda la discografía, actual y futura, de Coldplay.

El suicidio del periódico (de papel)

“El peor enemigo del periodismo no es la corrupción, sino la mediocridad”. Valentí Puig.

Me considero un buen comprador de periódicos. Y un aceptable lector, capaz incluso de recortar y conservar los textos que me resultan interesantes. ¿Diógenes? Hasta hace poco recorría cada jornada muchos kilómetros para hacerme con la prensa. Actualmente compro todos los días de la semana El País y Público. Los miércoles y sábados añado La Vanguardia, por el suplemento cultural y la página de Gregorio Morán, respectivamente. De paso leo las “contras”. Y los sábados también compro el ABC, por su interesante suplemento cultural. Alrededor de 90 euros al mes, más de 1.000 al año. Mucho dinero, sobre teniendo en cuenta dos factores: que buena parte de esa información se encuentra de manera gratuita y actualizada en la red, y que los contenidos, en lugar de mejorar empeoran.

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