Usted quizá no se haya dado cuenta, pero estamos viviendo la “super semana solidaria de Antena 3”. La culpa es mía por no habérselo contado antes. Me habré despistado con los contenidos habituales de la cadena, ya sabe: que si la búsqueda de los restos de Marta del Castillo, que si la entrevista a una abuela que ha abofeteado a la profesora de su nieta, que si la niña asesinada en Santiago estaba dopada, que si dos hormigas de trapo intentan ser más brillantes que los invitados al programa, que si… “Todos juntos intentaremos luchar contra la pobreza infantil en nuestro país”, dice la web de la cadena, donde recuerdan la vía por la que los ciudadanos pueden sumarse a la iniciativa: una cuenta del Banco de Santander. Los cuartos recaudados irán a Aldeas Infantiles SOS contra la pobreza infantil, para “conseguir que al menos 3.000 niños en nuestro país tengan cubiertas sus necesidades básicas durante todo un año”.
¿Qué sería de este país sin la solidaridad? La solidaridad de los ciudadanos, se entiende. Porque Antena 3 no puede permitirse tirar su propio dinero: tiene que ganar perras a espuertas para que Lara pueda pagar su pantomima literaria: 600.000 euros a la ganadora del Planeta y 150.000 euros a la finalista, la ex ministra González-Sinde.
Hace unos días vimos que TVE tiene su propio programa solidario, “Entre todos”, creado para que sean los mismos ciudadanos quienes se ayuden entre sí. En El Mundo se pudo leer, a toda página, cómo el chef donostiarra Martín Berasategui cocinó ayer 2.000 raciones para el primer “Maratón de Cocina Solidaria” organizado por el Ayuntamiento de Madrid. Los ciudadanos que fueron a comer al Centro Municipal de Acogida de San Isidro se encontraron con un menú de lujo: salmorejo de primero, pasta puntalette con hongos y jamón de segundo, y de postre, flan con nata. “Queremos hacer felices a las personas que tomen este menú, porque la gastronomía es un arte y porque los cocineros mezclarán los ingredientes con cariño”, destacó Ana Botella. ¿Y qué comerán mañana? Pues mañana tendrán que volver a buscar en los contenedores de Mercadona.
La gastronomía es un arte. Un concepto que deberían tener muy claro los madrileños que se alimentan en comedores sociales. Y es que el concepto de solidaridad de la alcaldesa es generoso: la cosa no solo consiste en llenar el estómago, un día al año debemos trabajar el paladar. Beneficencia caviar.
Así las cosas, la solidaridad debería convertirse en el motor de este país. Como el Gobierno parece incapaz de combatir la pobreza, de ayudar a los ciudadanos más necesitados, nos sugieren que la mejor solución es que nos ayudemos entre nosotros mismos. De ciudadano a ciudadano. Una propuesta a tener en cuenta, puesto que si se demostrase eficaz nos permitiría prescindir definitivamente de los políticos. Suena maravilloso ¿verdad?
Un motivo para NO ver la televisión