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Noche de cucos

Rosalía García, la madre biológica de El Cuco, cobró 10.000 euros por ser entrevistada anoche en La Noria (Telecinco). No sabemos cuál fue el caché de Mario Conde, pareja de lujo de esa señora en una de esas noches especiales que confirman al programa presentado por Jordi González como uno de los más sucios y hediondos en la historia de la televisión. Solo faltó José Bono, habitual de este espacio, para completar un esperpento audiovisual sin parangón: cuando parece que no se puede ser más miserable, más rastrero, cínico y esperpéntico, ahí está La Noria superándose a sí misma.

Les evitaré detalles sobre la entrevista, una farsa protagonizada por dos seres marginales en busca de perras. En un lado, la marginalidad social de una madre de la que sólo vimos las manos, el pelo, la espalda, las rodillas… nunca el rostro. En el otro, la marginalidad intelectual de una María Antonia Iglesias implicada en esta tomadura de pelo, la pobre, también por dinero. Si les interesa ahondar en la nada, en el morbo de una entrevista hueca, lea El Mundo, el periódico de la doble moral, ese cuyo director critica que se cobre por la entrevista (olvidando a Trashorras) pero la cuelga de inmediato en su web: “La madre de El Cuco asegura que nunca perdió el control sobre su hijo”.

¿10.000 euros por la entrevista? Una auténtica miseria. Nada más presentar a la madre, Jordi González tuvo que dar paso a un bloque de publicidad. El primero de muchos. Durante la emisión de “La Noria” Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco, se debió retorcer de placer en su despacho viendo cómo los anuncios atiborraban el programa. La niña asesinada, los padres destrozados, una sociedad entera descompuesta… ¿A quién le importa? Algún día Paolo Vasile hará las maletas, se despedirá con un corte de mangas y se marchará a Italia para no volver, dejando en nuestro país una cantidad de basura absolutamente insoportable: el resultado de todos sus años de trabajo.

Noche de cucos, por tanto. Cucas la madre y María Antonia Iglesias. Y cucos Vasile, Jordi González y hasta el famoso padre de Mari Luz, que no quiso perderse un show de estas proporciones. Una noche de pajarracos en la que no podía faltar Mario Conde, el chorizo que imparte lecciones de moral y economía. Pero eso es otra historia que, como dijo Kipling, deberá ser contada en otra ocasión.

Perraflauta

Dice Paolo Vasile que Belén Esteban, ex mujer de Jesulín de Ubrique y reina de la telebasura, es la precursora del 15-M. “Vaticina su concepto, porque dice cosas de sentido común… Representa a la mujer que protesta, inconformista”, asegura el Consejero Delegado de Telecinco sin perder la compostura. Voy a proponerle, querido lector, un complejo ejercicio de reflexión. Conteste sin pensar: ¿Y si Vasile no fuera un necio y estuviera en lo cierto? ¿Podría ser Stéphane Hessel un farsante y Belén Esteban la musa de los indignados? ¿Es la madre de Andreita quien ha propuesto, mediante sus desafíos a la razón y sus menosprecios a la inteligencia, un pragmatismo ético capaz de elevarse por encima de la teórica de las ideologías que nos permita, utilizando la acción cotidiana, poner en marcha unos nuevos valores morales?

Por un lado, un redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 93 años, miembro de la resistencia francesa, superviviente de dos campos de concentración nazis, que exige algo tan demodé como la imaginación y el compromiso: “Crear es resistir, resistir es crear”. Por otro, una postmoderna heroína, de sinuosa picota y edad indefinida gracias a la cirugía, capaz de resumir todo el desencanto de la sociedad en una  frase tan hermosa como contundente: “¡Andrea comete el pollo, coño!”. ¿A quién respeta más la oligarquía económica y financiera? ¿Quién es capaz de movilizar a esta sociedad anestesiada? Stéphane Hessel ha vendido cuatro librillos de escasas 40 páginas a 5 euros ejemplar. Belén Esteban superó el 11 de febrero de 2011 el 54,9% de la audiencia televisiva de nuestro país enfrentándose a la máquina de la verdad, con un minuto de oro visto por más de 5.366.000 espectadores.

Belén Esteban es una máquina de crear consignas sociales. “¡Yo por mi hija MA-TO!”, quizá la más brillante y radical de todas ellas, demuestra el brutal compromiso, la enorme responsabilidad de una mujer exasperada (niega la esperanza, pone en entredicho el futuro) que no puede confiar ni en un poder ni en un dios. Desde los grandes medios de comunicación de masas, cuna de una posible insurrección pacífica basada en la anulación del intelecto, Esteban parece esgrimir argumentos violentos (¡MA-TO!) e intereses particulares, que en realidad son metáforas de la resistencia. “Sois responsables como individuos”, señaló Sartre en una soflama que Esteban reescribe como reflexión íntima: “Gracias a Dios mira como estoy, de puta madre”.

 

La vida sin dignidad

Paolo Vasile, consejero delegado de Mediaset España, tiene un pico de oro. El responsable de la peor televisión que jamás se ha hecho en nuestro país es una máquina de fabricar y expeler excrementos tan perfecta, que no puede limitar su producción a la pequeña pantalla: cada vez que abre la boca es para evacuar. Vasile ha comparado a José Miguel Contreras, consejero delegado de La Sexta, con Gadafi. Ha llamado “racistas intelectuales” a quienes hablan de telebasura. Y ahora se atreve a acusar a un líder político de amenazarle gravemente: “un presidente de Gobierno dijo que si me encontraba me atropellaba con el coche”.

Muchos votaríamos a ese presidente. Un tipo con criterio… Paolo Vasile debe pensar que mientras se hable de él, no se hablará de su televisión. Hablar por hablar, como el esperpéntico programa de radio de la Cadena SER. Hablar por hablar, como Rubalcaba citando una canción de Amaral en pleno Congreso de los Diputados: “¿Qué haría usted sin mí y sin el caso los miércoles? Es como la canción de Amaral: Sin ti no soy nada”. Al dúo de Zaragoza no le ha hecho ni pizca de gracia la broma del Vicepresidente del Gobierno, y le han respondido con dureza: “Mira tío, no me toques los huevos y dedícate a resolver los problemas y no a hacer gracias”.

Vasile, Rubalcaba… Directivos de televisión y políticos, personajes que piensan que en ningún momento, bajo ninguna circunstancia, se verán disminuidos por la indignidad de sus comentarios. Escribe el egipcio Albert Cossery en su libro “Mendigos y orgullosos” (Editorial Pepitas de calabaza) sobre un hombre “que aceptaba todas las abyecciones del destino con un optimismo feroz. No tenía dignidad, pero eso no le impedía vivir… La vida sin dignidad”.

 

Monkey business

El mundo de la televisión anda muy revuelto. ¿Quizá porque La Sexta ha anunciado el final de “Buenafuente”? No, por algo mucho peor. ¿El descenso de la publicidad? No, peor, peor… ¿El futuro de la televisión pública con el PP en el poder? Aunque parezca imposible, algo mucho más inquietante: Antena 3 ha contratado a un chimpancé para presentar un nuevo programa, llamado “Involution”. Desde que Curri Valenzuela dejó Telemadrid para  fichar por La 10, los presentadores de televisión no veían tan inhumanamente amenazado su futuro profesional. Y la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (Cites) no vivía semejante tensión.

Cuando Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco, dice que va a fichar a una presentadora muy mona, hace una oferta de trabajo a Pilar Rubio. En Antena 3 entienden este tipo de estrategias de manera mucho más literal, quizá incluso demasiado, e incorporan a un primate a su plantilla. No se deben utilizar animales salvajes en televisión, por el bienestar del animal, por cuestiones éticas y por el mensaje que trasnmiten. El lugar adecuado para un chimpancé es una selva centroafricana, no un plató de televisión.

La crisis es económica, pero también intelectual, y afecta gravemente, qué duda cabe, a los rostros que ocupan la pantalla de nuestros televisores. Y no solo en España: Oprah Winfrey, la reina de las presentadoras norteamericanas, se ha despedido tras 25 años en antena y 4.561 programas. Y lo hizo como solo una estrella de la televisión sabe hacerlo: hablando durante todo el programa de ella misma.

Es bien sabido que salir en la tele tiene mucho peligro: vuelve a la gente imbécil. Y en esta ocasión no me refiero a los consumidores, sino a los protagonistas. La tele dispara la vanidad, alimenta el ego, acaba con la autocrítica e idiotiza de manera irreversible. Aunque  muchos no tienen ese problema, puesto que llegan a la pantalla con el cupo de necedad cubierto: Jiménez Losantos y Enric Sopena son los tertulianos estrella de “Con voz y voto”, el programa que estrena esta noche Telemadrid. Un espacio de esos que, por cuestiones de salud mental, debería prohibir el médico de cabecera.

Dicen que “Con voz y voto”, formato mensual que cuenta con 100 ciudadanos que participarán en cada programa con sus opiniones, es un mix indefinido entre “Madrid opina”, “59 segundos”, “La vuelta al mundo”; “Al rojo vivo” y el viejo “Su turno”. Todo eso y mucho más, una vuelta de tuerca más o menos inverosímil, para llegar al mismo punto de partida: propaganda al servicio de Aguirre. ¡La que le espera a la pobre televisión pública!