Una de las cosas que diferencian a un gran periodista de uno mediocre, sobre todo cuando ambos se sitúan frente a un micrófono o una cámara de televisión, es que el primero siempre se sabe la lección. En las tertulias es un placer escuchar cómo Ignacio Escolar apabulla con datos a quienes defienden al Gobierno de manera rutinaria, sin argumentos. En los monólogos reina Gabilondo, un tipo que mezcla la pedagogía con el conocimiento. Antes de aparecer en pantalla los dos se cuidan muy mucho de saberse la lección.

Con los políticos pasa lo mismo. Si te sabes la lección puedes hablar de cualquier cosa, eres capaz de defender la idea más atrevida: transmites seguridad y confianza, comunicas con soltura tus propuestas, resultas creíble y contagias entusiasmo, te muestras como un estadista serio y fiable. Lideras. Si no te sabes la lección… eres Mariano Rajoy.

El presidente del Gobierno ha ofrecido un momento patético, otro más, ante la prensa. En este caso el ridículo ha tenido lugar ante los micrófonos de Mas de uno, programa de Onda Cero. Durante la entrevista con Carlos Alsina, Rajoy se ha mostrado especialmente espeso. Por momento incluso surrealista. Transcribo parte de la charla por su indudable valor humorístico…

– Mariano Rajoy: Un catalán hoy es catalán, español y europeo. Lo que algunos pretenden pedirle a la gente es que renuncie a su condición de español y europeo. Es un disparate. Y sus derechos como españoles y europeos ¿Por qué tienen que perderlos? Si es que esto va contra el sino de los tiempos. Bueno, pues esto es lo que tratamos de defender nosotros.
– Carlos Alsina: Pero la nacionalidad española no la perderían. Ya que estamos hablando de este escenario que sería la independencia catalana, la nacionalidad española no la perderían los ciudadanos de Cataluña.
– MR: Ah. No lo sé. Es decir: ¿Por qué no la perderían? ¿Y la europea tampoco?
– CA: Pues porque la ley dice que el ciudadano de origen nacido en España no pierde la nacionalidad aunque resida en un país extranjero si manifiesta su voluntad de conservarla.
– MR: Pues… ¿Y la europea?
– CA: Y la europea la tiene porque tiene la nacionalidad española.
– MR: Me parece que estamos en una disquisición que no conduce a parte alguna. Lo que se le está obligando a la gente es que decida si quiere ser catalán o quiere ser español. Y algunos derechos tiene la gente como españoles y como europeos. Y yo creo que da una riqueza mucho mayor y unos beneficios mucho mayores ser catalán, español y europeo que ser única y exclusivamente catalán. Vamos, me parece de puro sentido común.

Rajoy no se sabe la lección. ¿Disquisición? Yo diría que se trata de un ridículo espantoso. Parece increíble, puesto que el presidente no tiene lecciones más importantes que ésta en su agenda: la famosa deriva independentista catalana. Estamos a cuatro días de unas elecciones cruciales. Es EL TEMA. Un reto titánico, su gran desafío, aquel que seguramente marque su futuro político. Pues no se lo sabe. “Ah. No lo sé. Es decir: ¿Por qué no la perderían? ¿Y la europea tampoco?”, masculla con torpeza el rey de la obviedad y la evasiva. El presidente del Gobierno, que se dice pronto.

Los ciudadanos, los votantes,deberíamos aprender la lección.