Arturo Pérez Reverte, el periodista que es académico, como Cebrián o Ansón, afirma un tanto altanero que “quien es analfabeto hoy es porque quiere”. El autor de best sellers de espadachines asegura que “entonces (siglo XVIII) uno esperaba que la gente cambiara y ahora vemos que la gente es deliberadamente analfabeta”. Y sentencia arremetiendo contra la televisión, contra la mala televisión: “quien ve Sálvame en vez de Salvados es porque quiere, nadie le obliga, ahora es voluntario”. Pérez Reverte se encuentra, por si usted no lo sabía, en plena campaña de promoción de “Hombres buenos”, su nuevo libro.
El también escritor Jorge Javier Vázquez, presentador de Telecinco en los ratos que le deja libre la literatura, escuchó las palabras de Reverte y dijo que era “antiguo, como escuchar a un hombre en sepia, como escuchar al abuelo cebolleta”. Posteriormente desarrolló su respuesta: “Me parece antiguo lo de dictaminar lo que está bien y lo que está mal. Además, su teoría es una idiotez porque condena a todos los que ven Sálvame. Me juego mi parte del cuerpo más preciada a que más de una persona que ve Salvados ve Sálvame, y viceversa”.
El nivel intelectual del enfrentamiento es demasiado elevado para mí. Cambiemos de asunto…
El presidente de EEUU Barack Obama aceptó la invitación que le hicieron en el programa “Jimmy Kimmel Live” para leer algunos tuits críticos sobre su persona. Tuits como “El cabello de Obama parece más gris estos días. No puedo imaginarme por qué, pues parece no preocuparse por nada de lo que ocurre a su alrededor” o “¿Cómo logras iluminar los ojos de Obama? Pon una linterna en sus orejas” (este último hizo mucha gracia al presidente).
¿Imagina a Rajoy haciendo algo parecido? De lo único sorprendente que ha sido capaz nuestro presidente, a nivel comunicación, es de enviar el SMS “Luis sé fuerte” cuando ya sabía que Bárcenas tenía dinero oculto en Suiza. Pero atención, porque en entrevista concedida a Onda Cero el pasado lunes Rajoy ha retomado el tema SMS: “No voy a condicionar mi vida a acontecimientos que me hayan podido ocurrir. Confío en la gente, sigo mandando SMS porque no me quiero quedar aislado del mundo”.