El consumidor habitual de tertulias televisivas, ese depravado, se preguntará por que sus programas favoritos cuentan de manera habitual con los servicios de tipos tan mediocres, sectarios, manipuladores, sumisos, mentirosos y blandengues como Francisco Marhuenda, actual director de La Razón. Y es que incluso medios supuestamente progresistas, como La Sexta, confían para la mayoría de sus espacios de opinión en este individuo, ejemplo de periodista al servicio de un partido político. “Rajoy es honorable y bueno; que haya visto un sobre con dinero es imposible”, ha llegado a decir este propagandista.
Que las tertulias políticas televisivas cuenten con opiniones de todo tipo no solo es necesario, sino imprescindible en una democracia. Otra cosa es que resulte intelectualmente saludable dar voz, y escuchar, a un personaje tan retorcido e innecesario como el que nos ocupa. ¿Acaso no hay periodistas de derechas más preparados e independientes, menos partidistas y dogmáticos, más inteligentes?
Por supuesto que los hay. Cientos de ellos. Entonces, ¿Por qué no les dan una oportunidad en La Sexta, cadena tan renovadora como para llamar a una de sus tertulias políticas “Al Rojo Vivo”? Pues muy sencillo: en primer lugar porque ninguno tiene la facilidad para doblar el espinazo, y lamer la mano del amo, de que goza Marhuenda, el perfecto perro faldero. Y en segundo, pero no por ello menos importante, porque como dijo el gran Frank Zappa, unos y otros están en esto solo por la pasta.
¿Unos y otros? Efectivamente. Marhuenda y quienes contratan sus servicios. Aquellos que desde la izquierda exquisita financian su periodismo basura proporcionándole un altavoz, la silla en la tertulia. Aquellos que presumen de periodismo incómodo los domingos por la noche (“Salvados”, “El objetivo de Ana Pastor”), mientras amparan y promocionan al periodista más dócil y partidista el resto de la semana. Podría contarles con detalle este enredo folletinesco de política, negocios y periodismo patán, pero les estaría repitiendo lo que acabo de leer en el último número de la imprescindible Mongolia. Visite el quiosco. Tras partirse el pecho con la portada busque la página 31, Reality News, la parte seria de la revista satírica. Y lea el informe titulado “Marhuenda & Asociados”, donde quedan claros los intereses de unos y otros. De Marhuenda, un títere en manos de intereses superiores. De Maurici Casals, presidente de la empresa editora de La Razón, cerebro de Planeta, la mano que mueve los hilos del muñeco. Y de La Sexta, cómplice necesario, medio de comunicación propiedad de José Manuel Lara, editor de Planeta y socio de Atresmedia (La Sexta, Antena 3).
¿Y el periodismo? Por favor… Recuerde que estamos en esto solo por la pasta.
Un motivo para NO ver la televisión