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Génova

Hoy he tenido que ir a la capital. Nada de coche de línea, boina y albarcas. A lo grande, que estamos en 2014. Forro polar, botas y 4X4. Ya en Madrid las cosas de la vida, que como bien saben los lectores de este blog nos llevan por caminos raros, me han empujado hasta la calle Génova. Sí, esquina con Zurbano. La mismísima sede del Partido Popular. Un edificio enorme, al menos seis plantas, que parecía deshabitado: a eso de las cuatro de la tarde ni un alma entraba o salía en ese inmueble mítico, el Madison Square Garden de la corrupción, en cuyo balcón Mariano Rajoy, el actual presidente del Gobierno, saltó como un mico la noche del 20 de noviembre de 2011. Eran otros tiempos: acababan de ganar las elecciones con mayoría absoluta, tras prometer tres millones y medio de puestos de trabajo respetando sueldos, contratos, sanidad, educación pública y prestaciones sociales. Días de gloria en los que Rajoy hacía caso al populacho y brincaba, puñetero, de pura felicidad.

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Han pasado tres años y esa sede, que entonces resplandecía como un San Luis, luce desmejorada y triste, sin el brillo acharolado que cubre la piel de los monumentos a la victoria. No hay nada que celebrar. Desde el exterior no se ven luces, no hay movimientos vitales, ni siquiera una sombra fugaz como la que sobrevivió a las llamas del Windsor.  La caída de la casa Usher. Qué soledad tan sola, qué clausura monacal, qué gran pena mora.

Resulta difícil imaginar que en esa finca alicaída, la fábrica de promesas y sueños de la derecha española, un día se ataron los perros con longanizas. La Meca del hampa, Babel de la corruptela. Sí, por esas ventanas hoy sombrías entraba el sol a cascoporro. Y por esas puertas inertes pasaban no solo billetes de 500 euros, sino lo mejorcito de la política española. Gestores visionarios con contratos galácticos, en los que las indemnizaciones se pactaban en diferido. Administradores de imaginación prodigiosa que realizaban acuerdos simulados, pagaban en sobres, llevaban cuentas ignotas y acumulaban dinero desconocido en cofres ocultos. Organizadores de campañas políticas desmesuradas se movían como anguilas por los enmoquetados despachos: todo es poco cuando se trata de ideas comunes, de proyectos de bienestar social, de devolver nuestro país al lugar que se merece. Líderes visionarios para un cambio imprescindible, de una España acomplejada y triste a una España próspera y alegre. Esta era su guarida.

Un edificio colosal repleto de recuerdos sobrecogedores. Es evidente que necesita un lavado de cara, una reforma, otra, quizá los españoles tengamos que rascarnos de nuevo el bolsillo, pero de momento ahí está. En pie tras la somanta, como un monumento a la podredumbre, como un boxeador sonado, como el Cid después de muerto.

Observo el panteón donde reposan los despojos de la derecha española desde la acera de enfrente. A mi lado, quién sabe si mirando a lo que fuera el despacho de Luis Bárcenas, se levanta un quiosco en el que se puede leer la prensa del día: “El secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón, ha sido suspendido provisionalmente de empleo y sueldo por la Universidad de Málaga -donde es investigador- y le han abierto un expediente disciplinario… El expediente informativo pretendía comprobar si Errejón estaba en su puesto de trabajo y durante su desarrollo se han reunido indicios de comportamientos que no se ajustarían a lo acordado… El contrato estipula que debía estar 40 horas semanales trabajando en la Universidad, por lo que percibe 1.825 euros al mes…”.

Adelanto la hora de regreso al pueblo. No quiero estar por aquí cuando caiga la noche.

P.D.

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Un motivo para NO ver la televisión

Ego & Arrogancia.

Autor: Harvey Pekar.

Editorial: Gallo Nero.

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Comentábamos en esta sección, hace no demasiado tiempo, una maravilla llamada “Cleveland” en la que ese escritor inconfundible en sus rareza llamado Harvey Pekar trazaba un plano inolvidable del estado norteamericana de Ohio con la ayuda de un dibujante llamado Joseph Remnat. En esta ocasión el compañero de Pekar a la hora de ilustrar, Gary Dumm, no es tan brillante como Remnat. O no es de mi cuerda: personas, personas y personas, con cuerpos rígidos, miradas perdidas y expresiones frías. Aceptable en pequeñas dosis, como ilustrador, agotador a lo largo de las 150 páginas de esta novela gráfica.

Todo el peso de este “Ego & Arrogancia”, la biografía de Michael Malice, un tipo con un gran concepto de sí mismo, recae sobre el escritor de Cleveland. Y el rey del underground de los 90 se recrea en los rincones de un personaje a veces tierno, generalmente abominable, siempre contradictorio, que surge de la normalidad más absoluta para ir creciendo en contradicciones. Un individuo brillante, muy dotado a nivel intelectual, con grandes problemas a la hora de relacionarse con su familia, con sus amigos, con el resto del mundo. Una mina en manos de un Pekar inspirado: “Para mí, un republicano moderado es la escala más baja de vida inteligente sobre la tierra. Ser moderado en cuanto a principios es, por definición, no tener principios. Implica ser un cobardica con miedo a posicionarse sobre cualquier asunto”. “Modera tus puntos de vista en la jungla política, pero no lo hagas en los tranquilos confines de la propia mente, donde se carece de oponentes con los que lidiar. Que baboso”.

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Inviolables

Todos los españoles somos iguales ante la ley. No existen privilegios o tratos de favor. Que usted lo sepa. No hay diferencias entre los ciudadanos por cuestiones profesionales, de nivel económico o social, de género o de parentesco. ¿Queda claro? Las desigualdades son injustificables y se deben considerar vejatorias. No lo digo yo, lo dice la sagrada Constitución en el artículo 14 del capítulo segundo (Derechos y libertades): “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

Bueno, todos somos iguales menos el Rey. Pero esto es una anécdota. Un inviolable entre más de 47 millones de ciudadanos violables es perfectamente asumible por una sociedad tan madura como la nuestra. Juan Carlos no va a ir por ahí degollando niños, sodomizando monjas o matando elefa… viejas. Es asumible incluso que un concepto tan acojonante como la inviolavilidad sea hereditario: Felipe VI no va a ir por ahí degollando niños, sodomizando monjas o matando elefa… viejas.

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Es decir, que todos los españoles somos iguales ante la ley… excepto el individuo inimputable que en esos momentos ejerza el papel de Rey de España. No pasa nada. Hasta aquí todo correcto. Asumible, insisto, por una democracia tan sólida como la nuestra, con 108.000 ciudadanos enterrados en cunetas y descampados.

Pero… ¿Y si hubiera más españoles inviolables? Lo digo porque justo cuando asistimos al trasiego de inviolabilidades entre padre e hijo sabemos que Rafael Blasco, exconsejero en numerosos Gobiernos de la Generalitat condenado a ocho años de cárcel por robar en ayudas de cooperación al desarrollo, ha evitado que sus huesos acaben en chirona: los jueces del Tribunal Superior valenciano le imponen una fianza de 200.000 euros, pese a que Anticorrupción había pedido “prisión incondicional”. Así las cosas, Blasco estará hoy al solecito, tomándose una paella con sus colegas, porque el temor de los jueces “no llega hasta el extremo de aconsejar su prisión inmediata e incondicional, pero sí que justificaría la imposición de una fianza que le permitiera eludirla, pareciendo en este caso aconsejable el señalamiento de la cantidad de 200.000 euros”.

Me temo que en España das una patada a un bote y te salen docena y media de inviolables. La sensación de impunidad de algunos personajes es grande. Y así es muy difícil creer en nada ni en nadie. Es imposible sentir verdadero respeto por los políticos, la monarquía o la Constitución.

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P.D.

Portada de Mongolia. Sale el viernes.

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Un motivo para NO ver la televisión

NRBQ

Cd: Brass Tacks.

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Cuarenta y cinco años después tenemos nuevo disco de NRBQ, the world’s greatest bar band, un supergrupo de culto, ecléctico, vibrante, original en su forma de entender el rock and roll, incansable en sus directos y sorprendente en sus grabaciones. ¿La superbanda más olvidado del planeta? Posiblemente. En un mundo justo los de Florida deberían llevar décadas en la cumbre.

Para introducirse en el mundo de NRBQ es recomendable hacerse con su álbum “NRBQ At Yankee Stadium”, una grabación de 1978 con la mejor formación del grupo, y un repertorio fabuloso, en un momento especialmente inspirado. De ese instante de gloria saltamos hasta este momento de madurez. Porque “Brass Tacks” es precisamente eso, la madurez de una banda que, tras innumerables cambios, encontró la estabilidad hace siete años. Al legendario teclista Terry Adams se han unido el guitarrista Scoyy Ligon, el batería Conrad Choucroun y el bajista Casey McDonough. Y es que la grandeza de esta banda ha sido la suma de su partes, unos músicos de auténtico lujo.

¿La música de New Rhythm Blues Quartet? Muy sencillo: todo aquello que usted pueda imaginar, del pop al rock pasando por el blues, el country, el rockabilly o el R&B. “Somos capaces de tocar todos los géneros y todas las canciones que el público nos pida”, solía presumir Adams. En “Brass Tacks”, su nuevo disco, ofrecen doce temas fieles a su estilo. Por eso en algunas canciones suenan tan fronterizos (Waitin´On My Sweetie Pie), como un moderno Dough Sahm. En otras recuerdan a los grupos beat británicos (Sit In My Lap). A veces resultan tan engrasados y solventes a nivel vocal como los mejores Simón & Garfunkel o los Everly Brothers (I´d Like To Know). Y en determinados momentos incluso parecen recuperar el country californiano del Buck Owens de los sesenta (Fightin’ Back). ¡Puro sonido Backersfield! Es el regreso de unos viejos amigos contándonos historias que hemos escuchado mil veces, pero que disfrutamos como el primer día.

 

No es fácil conseguir el disco en España. Se puede hacer a través de la web del grupo. Pinchar aquí.

La mala reputación

La infanta Cristina alega que era ajena a los negocios de su marido. Mariano Rajoy alega que era ajeno a los trapicheos de su tesorero. El papa Francisco alega que era ajeno a las depravaciones de sus pederastas.

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Así es muy difícil avanzar. Negando lo evidente, el fraude fiscal, la corrupción y los abusos, es complicado salir del agujero. El círculo vicioso nos devora, nadie se fía de nadie, todos desconfiamos de todos. Así las cosas, tiene que ser el CIS quien de cuando en cuando desnude nuestras miserias: somos un país cada vez menos creíble, menos democrático, más sucio.

Corren malos tiempos para todos, pero sobre todo para los meapilas. Esos tipos de derechas, religiosos de doble rasero, sí a la pena de muerte y no al aborto, comulgo por la mañana y me voy con la querida por la tarde. Los curas abusadores son una minoría insignificante, dicen. Tiempos duros para unos meapilas que hacen política ficción y se encomiendan a santos y vírgenes. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, alabó la figura de Santa Teresa de Jesús y la señaló como “una importante intercesora para España” en estos tiempos difíciles. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, atribuyó a la Virgen del Rocío el “regalo” de la salida de la crisis, y llegó a confiarle la búsqueda del bienestar de todos los ciudadanos. La fe de El Bigotes y Correa era tan, tan grande, que redactaron el pliego del concurso para organizar la visita del papa Benedicto XVI a Valencia un año antes de su celebración. Y el señor se lo concedió. El señor Presidente de la Generalitat, claro. Y ganaron 7,4 millones de euros, los benditos.

No será fácil que estos destacados miembros del Gobierno, y aledaños gürtelianos, reconozcan la hipocresía de la Iglesia Católica con la pederastia. Si confías en la Virgen del Rocío para salir de la crisis, y en Santa Teresa como intercesora del país, es imposible que te imagines a un cura metiendo mano a un monaguillo. Y si ganas más de siete millones con el Santo Padre, es evidente que tienes que defender a la fuerza sus silencios. Exageraciones. Maledicencias. “Un ataque al ejercicio de la libertad religiosa”, dice el Vaticano sobre las acusaciones de la ONU de abandonar a los niños en manos de abusadores.

¿Desde cuándo abusar de niños es un ejercicio de libertad religiosa? Porque lo único que exige la Organización de Naciones Unidas es que el papa deje de amparar a los pederastas y defienda a los pequeños. Que abra las puertas del estercolero, que ventile, que deje de proteger a delincuentes. Es lo mínimo que se puede pedir.

Francisco prefiere salvar la reputación de la Iglesia, dice la ONU. Y afirma que la mayoría de los pederastas disfrutan de total impunidad. Las buenas intenciones del nuevo papa son, me temo, pura palabrería, vulgar propaganda. La mala reputación.

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El CIS atribuye al PP su mayor caída desde 2011, pese a que el PSOE sigue estancado. Para TVE una “caída” y un “estancamiento” se representan de la misma manera en un gráfico…

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Un motivo para NO ver la televisión

Bap Kennedy

Cd: Let’s Start Again.

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Noveno disco, con tremendos altibajos, del cantautor de Belfast: Aquel “Domestic Blues” de 1998, producido por los legendarios Twang Trust (que no eran otros que Steve Earle y Ray Kennedy), queda lejos, muy lejos. Bap ha grabado once canciones irregulares, algunas brillantes como la que abre el disco y otras absolutamente desangeladas, planas, vulgares, sin alma. Una lástima, porque el irlandés siembre ha sido considerado una de las grandes alternativas europeas a los cantantes y compositores norteamericanos. Hoy es poco más que una versión, no demasiado inspirada, del canadiense Ron Sexsmith. Le mantiene su inconfundible voz melancólica y algunas canciones a medida. Poca cosa para el talento demostrado en aquel primer disco memorable.

 

¡Viva la música!

Ha muerto Fernando Argenta, un gran amante de la música, un enorme divulgador. Argenta dirigió durante 32 años el programa de RNE “Clásicos populares”, y presentó durante casi una década “El conciertazo”, un espacio de educación musical emitido por La 2 de TVE entre 2000 y 2009. No sé si usted me ha entendido bien, si se ha dado cuenta de la importancia de la frase anterior: Argenta presentó un programa de educación musical. Repito, de educación musical. Sí, en TVE, la televisión pública española, la misma que ahora emite “Uno de los nuestros”, uno de esos mugrientos talent shows surgidos tras el éxito de “Operación Triunfo”.

Por cierto… Argenta fue a morir el día en que comenzaban las pruebas para conseguir las licencias de músico callejero. A él no le hubiese gustado que exigiesen a estos artistas “ser aptos para entretener, pero sin molestar”.

 “RTVE ya no es mi casa, no la conozco”, dijo Argenta en una entrevista publicada hace algunos años en El País. El divulgador musical fue prejubilado. “El conciertazo” dejó de sonar. Y los telespectadores se perdieron uno de los acontecimientos televisivos más fascinantes de todos los tiempos. Una orquesta en directo, espectáculo en estado puro, humor desbordante, euforia colectiva… y todo alrededor de la música de Bach, de Mozart o de Beethoven.

Me fascinaba el entusiasmo de Argenta, esa contagiosa pasión por su trabajo que solo se encuentra en las personas que aman profundamente lo que hacen. Me vienen a la cabeza personajes televisivos con ese don, como el mago Juan Tamariz, los  cocineros David de Jorge y Arguiñano, el periodista Sebastián Álvaro (“Al filo de lo imposible”)… Este último cuenta, en una entrevista publicada ayer mismo por el diario El Mundo, que “si TVE no hace programas como “Al filo” lo que tiene que hacer es desaparecer”.

Programas como “Al filo” y como “El conciertazo”. Auténtica televisión pública, el tipo de espacios que las cadenas comerciales jamás harían. “Si las televisiones públicas sólo sirven para meter enchufados de los partidos y para exaltar los logros del Gobierno, no tienen ningún sentido. El poder quiso que se perdiera la televisión pública”, sentencia Álvaro, también prejubilado por TVE.

P.D.

Brutal. La portada del nuevo Mongoliú

Un motivo para NO ver la televisión

Lydia Loveless.

CD: Boy Crazy.

Lydia Loveless es una de esas perlas escondidas de la música nortemericana de raíces, comparable tanto a las grandes voces femeninas de los últimos años (Lucinda Williams) como a las leyendas (Patsy Cline). Nació en Ohio hace solo 23 años, y ha grabados dos discos de larga duración. Este EP con cinco canciones es su tercer trabajo, el segundo para el prestigioso sello Bloodshot. Puro rock and roll, sin concesiones, sin sorpresas, sin tregua.

En Loveless hay mucho country, pero también mucho Springsteen y un fuerte espíritu punk. Transmite honestidad en toda su obra, incluidos los cinco nuevos y grandes temas, apenas veinte minutos de música sin relleno, de este disco imprescindible pese a lo espantoso de la portada. Un soplo de aire fresco, la confirmación del enorme talento de una mujer destinada a ser toda una estrella. La reencarnación femenina de Hank Williams.