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¿Qué fue de la libertad de expresión?

Primero fueron los titiriteros. Después los raperos. Más tarde unos que quemaron fotografías… Por vulnerar el honor de Ortega Cano, caricaturizándole de extraterrestre en un cartel promocional, la revista satírica Mongolia ha sido condenada a pagar 40.000 euros y las costas al torero. Una cifra que pone en peligro el futuro de la publicación. La mejor manera de apoyar la libertad de expresión en este caso parece evidente: suscribirse a Mongolia.

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La revolución no será televisada

La noticia, un publirreportaje publicado por La Razón, me golpeó en el bajo vientre con la violencia con que lo haría la coz de una mula: Mongolia estrenaba sección en el programa de televisión Al Rojo Vivo (La Sexta). El casposo Marhuenda vendía en su panfleto gubernamental las virtudes de los peligrosos humoristas antisistema, los mismos a los que tantas veces vilipendió. Las miserias de la concentración de medios de comunicación, me dije, puesto que La Razón, La Sexta y Antena 3 están metidos en la misma cesta (cuenta corriente). El corazón me dio un vuelco. Me temblaron las carnes, la sangre dejó de circular con fluidez y un viento helado me encogió el alma. Mongolia, ¿también tú?

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Un motivo para NO ver la televisión

AK47

Autor: Michael Hodges.

Editorial: Lengua de Trapo.

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El fusil del pueblo. El arma antiimperialista. Indestructible, sencilla (se desmonta en menos de 60 segundos), con solo ocho piezas móviles, resistente a cualquier clima, barata de fabricar, fácil de manejar. Y capaz de disparar ráfagas de 650 disparos por minuto. “Milagrosamente resistente, ingeniosamente sencillo y devastadoramente efectivo”, resume el autor de este amplio y jugoso perfil del mortífero invento de Mijaíl Kaláshnikov, un instrumento capaz de cambiar tanto las reglas de la guerra como la disposición del mundo. El AK47 es un símbolo de la revolución. En las estepas de Rusia y en las junglas del centro y sur de América, en las montañas recónditas de Asia y en las trifulcas tribales de África. El Kaláshnikov es un monumento, con su cargador con forma de cuerno y su silueta inconfundible, “menos manido y más poderoso incluso que la hoz y el martillo”.

“Uno solo puede maravillarse ante un fusil de sesenta y cinco años que sigue manteniendo tal capacidad desestabilizadora… ¿Quién o, mejor dicho, qué es realmente responsable del actual estatus del AK47 como símbolo preeminente de terror y liberación, además de ser el arma ligera más extendida? ¿Es la indudable capacidad del fusil como máquina de matar? ¿Es su tecnología brillantemente sencilla y fácil de fabricar? ¿Es el incesante suministro de Kaláshnikov por Estados comunistas y poscomunistas (y, finalmente, los Estados Unidos e Israel) al tercer mundo durante más de cuatro décadas? ¿O es el poder de la iconografía revolucionaria del fusil –creada tanto por intelectuales occidentales como por revolucionarios del Tercer Mundo- y la continua propagación de esa imagen por los medios de comunicación?”.

Michael Hodges, periodista británico, ha sido capaz de escribir un libro interesante y ameno, que se lee entre la sorpresa y la pesadilla, sobre un objeto diseñado para matar. Es una lección de historia. Evita el morbo, desprecia el mundo bélico sin evitarlo, y se centra en los hombres relacionados con el arma. El inventor, los soldados, las víctimas. Historia, insisto, de una máquina perfecta en su sencillez. Un trabajo magnífico, que se lee como lo que es: un gran reportaje.

 

Justicia y democracia

“La justicia llega a todos por igual”. Mariano Rajoy.

Mientras dos miembros de la compañía de teatro popular Títeres desde Abajo siguen en la cárcel de Soto del Real, quinto día, por el contenido de una de sus obras, el Partido Popular blinda a Rita Barberá situándola en la Diputación Permanente del Senado para que no pierda el aforamiento en caso de que una nueva convocatoria de elecciones generales disuelva las Cortes.

Esto que acaban de ver y escuchar es la realidad de este país. La obra de los titiriteros solo era ficción. “¡Rita, eres la mejor!… Puedes estar muy orgullosa, y todos los que te acompañaron y te apoyaron también”, bramaba el presidente del Gobierno antes de que el juzgado de instrucción número 18 citase a todos los concejales y asesores del PP en el Ayuntamiento de Valencia en calidad de imputados (investigados según la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal) por lavar la caja B de la ex alcaldesa Rita Barberá. Ésta es la realidad, la dura realidad. Lo de “La Bruja y Don Cristóbal. A cada cerdo le llega su San Martín” es ficción. Ya sabe, esa simulación de la realidad, producto de la imaginación, que es la base de la literatura, del cine, de la historieta, del teatro… de la cultura.

En este país, en estos momentos, no se debería hablar de otra cosa. Nada es tan importante, nada amenaza tanto la libertad y el Estado de derecho. Dos titiriteros encarcelados por representar una obra de ficción. Y la ex alcaldesa de Valencia blindada por el Gobierno para que no pierda el aforamiento. ¿Esto es justicia? ¿Existe la libertad de expresión? ¿Se le puede llamar a esto democracia?

Un motivo para NO ver la televisión

Mongolia

El número de febrero de la revista Mongolia rinde homenaje a Bowie y a dos imitadores, estrellas del pop-que-me-lo-llevo. Y lo hace dedicándoles portada y contraportada. Por un lado, Mariano Rajowie y sus Chorizos From Mars. Por otro, Ruta Barberá & The Power Corruption & Lies. Imprescindible, como siempre.

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Tú, tertuliano

El diario El País ha dedicado la portada de su último suplemento dominical a los tertulianos. “Ya no podemos vivir sin ellos”, asegura el prestigioso medio de comunicación en tan privilegiado espacio. Ya en el interior, es el periodista y tertuliano Rubén Amón quien firma el reportaje. “Los platós han sustituido al eje de la actividad parlamentaria”, dice justo antes de ofrecer el dato fundamental para entender el fenómeno: “Compagina el entusiasmo de la audiencia con la ventaja de un presupuesto muy reducido”. Es decir, como “Gran Hermano” pero sin los elevados costes de producción del reality. Televisión de poca calidad y mucha audiencia, barata y rentable. Antes a esto se le llamaba telebasura. Hoy el reportaje de El País habla de “la dramaturgia de la confrontación”, “una forma de idiosincrasia propia”, “el estímulo de la pluralidad informativa” o “extrapolación mediática de los hábitos de opinión”.

Amón analiza el fenómeno tertuliano con el mismo lenguaje ampuloso que utiliza en los debates televisivos: “He aquí el neologismo y la maldición que arrastran los opinadores polifacéticos”, escribe para introducir al “ubicuo” Francisco Marhuenda. El director de La Razón, milagroso diario del grupo Planeta que tras 16 años en los quioscos sólo ha obtenido beneficios en 2014 (5.000 euros antes de impuestos), explica de maravilla las cualidades de la raza superior de periodistas a la que pertenece: “No vale cualquiera para desempeñar este trabajo. Tienes que gustarle a la cámara, rellenar la pantalla, saber argumentar”, afirma Marhuenda con la más seductora de sus miradas.

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“Urge aclarar que la crisis ha diezmado los ingresos de la casta”, asegura Amón sin desvelar un dato que, debido a la credibilidad absoluta de la fuente, ayudaría a comprender la situación actual del mercado de los opinadores: cuánto cobra él mismo por sus colaboraciones en La Sexta y Antena 3, las dos cadenas de Atresmedia, empresa del grupo Planeta. “Lo que hicimos fue abrir nuestro plató a un fenómeno político que representaba a una sociedad”, dice García Ferreras, el presentador de la tertulia de La Sexta “Al Rojo Vivo” que apuesta por tertulianos como Amón, Marhuenda, Eduardo Inda, Pérez Henares o Antonio Miguel Carmona. “La ventaja es que los programas de debate y de análisis han abierto en canal las inquietudes de la sociedad”, sentencia el hombre que apuesta por, insisto, Eduardo Inda, Marhuenda…

Mucho se puede hablar de las tertulias televisivas, sobre todo si nos recreamos en la estilización de la opinión, el análisis de la distancia ideológica o el examen de la nueva coyuntura para el tráfico de mensajes. Carne de dominical pretencioso. ¿Recuerda alguno de ustedes “La Clave” (TVE)? Pues las tertulias del siglo XXI están en las antípodas del reposo, la reflexión y el equilibrio. Son vulgares adaptaciones a la política de los programas del corazón, corralas de opinión con cuñados ebrios de “todología”, la nueva telebasura. Un filón económico, un desastre intelectual e informativo.

P.D.

TVE en campaña con el PP. Con el dinero de todos y sin cortarse un pelo.

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Un motivo para NO ver la televisión

Mongolia Mix Volumen 3.

Mongolia.

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“Música y humor frente a la crisis”, dicen los chicos de Mongolia, revista satírica sin mensaje alguno, en su primer disco-libro. Y meten en el mismo saco, un cd con 21 temas, canciones de Sonic Youth y Antonio Carlos Jobim, de los Flying Burrito Brothers y Franco Battiato, de Siniestro Total y de… ¡Monty Python!”. Y se quedan tan anchos con tan descomunal batiburrillo de estilos, ritmos, voces e instrumentos. Muy locos están estos tipos, cosa que ya sabíamos, y por tanto muy ecléctica y majara tenía que ser esta colección sonora, acompañada de un libreto de 64 páginas.

Solo por los increíbles retratos del genial Darío Adanti, que acompañan a cada canción en el libro, merece la pena este Mongolia Mix. Esos ojos de huevo de un Gram Parsons que, como todos imaginábamos, no estaba muerto, estaba de parranda. Y ese Julián Siniestro de color azul avatar, amenazando desde un paisaje marítimo con faro incluido. Una delicia.

Si no quieres dejarte los ahorros en la reedición del The River de Springsteen, una caja forrada con pelo de camello bactriano que incluye 10 cd´s, 90 dvd´s y una enciclopedia, este modesto mongo mix te servirá de regalo sonoro perfecto para estas navidades.