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El diablo no existe

Es solo un personaje de ficción, un instrumento de control psicológico creado por determinados individuos para aterrorizar a otros, para doblegar voluntades, para imponer doctrinas y religiones. El diablo es un personaje de ficción, insisto, como lo son el Joker, Freddy Kruger o Hannibal Lecter, fruto de la imaginación de unos guionistas más o menos inspirados. El diablo no es, como José Ignacio Wert, una realidad maligna. El diablo es solo un miedo impuesto, un fastasma, un fantoche. No tienen ningún peligro. No existe.

Sí existen los hijos de puta, los corruptos, los mentirosos, los fascistas, los hipócritas, los miserables, los cínicos, los vendidos, los rastreros…. Y todos ellos tienen un enorme peligro.

Le cuento todo esto porque no puedo quitarme de la cabeza la portada de La Razón del pasado viernes. Me persigue como una mala digestión, como la picadura de una avispa, como una maldición gitana. Marhuenda y sus secuaces titularon a toda página “La cara del diablo” sobre la fotografía de un hombre: Miguel Ricart, el asesino de las niñas de Alcàsser. Ricart fue juzgado y condenado por esos crimenes, y puesto en libertad tras cumplir con la justicia el día antes de la publicación de esa portada. Un hombre libre. Y una portada que va más allá de la ley, que pretende imponer una nueva condena, que intenta encarcelar a un hombre en una prisión sin rejas. Una portada que se toma la justicia por su mano.

La sinvergonzonería y el descaro de La Razón no tienen límites. Conscientes del repugnante amarillismo de su portada del viernes, el domingo trataron de justificarla con esta frase, también en primera página: “Los vecinos de Alcàsser se muestran aliviados tras la publicación de la imagen del asesino: ´Me alegro de haberle visto la cara, sino podría haberle dado hasta limosna`”. Y cargan con la responsabilidad de la liberación de terroristas y asesinos a Zapatero, en una entrevista en la que el ministro de Interior dice, como de costumbre en portada y a todo trapo: “Si el Psoe hubiera reformado el Código Penal no tendríamos que vivir esto”.

Marhuenda no debería preocuparse por la limosna que reciba Ricart. Debería preocuparse porque las grandes cadenas de televisión, alguna del mismo grupo mediático que mantiene con vida su periódico, ya han comenzado a hacer gestiones para entrevistar al ex presidiario. Por supuesto pagando. Y no precisamente una limosna.

No lo olvide nunca: el diablo no existe, los hijos de Satanás sí.

Desnudando a Marhuenda

El consumidor habitual de tertulias televisivas, ese depravado, se preguntará por que sus programas favoritos cuentan de manera habitual con los servicios de tipos tan mediocres, sectarios, manipuladores, sumisos, mentirosos y blandengues como Francisco Marhuenda, actual director de La Razón. Y es que incluso medios supuestamente progresistas, como La Sexta, confían para la mayoría de sus espacios de opinión en este individuo, ejemplo de periodista al servicio de un partido político. “Rajoy es honorable y bueno; que haya visto un sobre con dinero es imposible”, ha llegado a decir este propagandista.

Que las tertulias políticas televisivas cuenten con opiniones de todo tipo no solo es necesario, sino imprescindible en una democracia. Otra cosa es que resulte intelectualmente saludable dar voz, y escuchar, a un personaje tan retorcido e innecesario como el que nos ocupa. ¿Acaso no hay periodistas de derechas más preparados e independientes, menos partidistas y dogmáticos, más inteligentes?

Por supuesto que los hay. Cientos de ellos. Entonces, ¿Por qué no les dan una oportunidad en La Sexta, cadena tan renovadora como para llamar a una de sus tertulias políticas “Al Rojo Vivo”? Pues muy sencillo: en primer lugar porque ninguno tiene la facilidad para doblar el espinazo, y lamer la mano del amo, de que goza Marhuenda, el perfecto perro faldero. Y en segundo, pero no por ello menos importante, porque como dijo el gran Frank Zappa, unos y otros están en esto solo por la pasta.

¿Unos y otros? Efectivamente. Marhuenda y quienes contratan sus servicios. Aquellos que desde la izquierda exquisita financian su periodismo basura proporcionándole un altavoz, la silla en la tertulia. Aquellos que presumen de periodismo incómodo los domingos por la noche (“Salvados”, “El objetivo de Ana Pastor”), mientras amparan y promocionan al periodista más dócil y partidista el resto de la semana. Podría contarles con detalle este enredo folletinesco de política, negocios y periodismo patán, pero les estaría repitiendo lo que acabo de leer en el último número de la imprescindible Mongolia. Visite el quiosco. Tras partirse el pecho con la portada busque la página 31, Reality News, la parte seria de la revista satírica. Y lea el informe titulado “Marhuenda & Asociados”, donde quedan claros los intereses de unos y otros. De Marhuenda, un títere en manos de intereses superiores. De Maurici Casals, presidente de la empresa editora de La Razón, cerebro de Planeta, la mano que mueve los hilos del muñeco. Y de La Sexta, cómplice necesario, medio de comunicación propiedad de José Manuel Lara, editor de Planeta y socio de Atresmedia (La Sexta, Antena 3).

¿Y el periodismo? Por favor… Recuerde que estamos en esto solo por la pasta.

 

Un motivo para NO ver la televisión

¿Periodismo?

“El periodismo es libre o es una farsa”. Rodolfo Walsh