Mariano Rajoy, el hombre que sueña con ser el próximo presidente del Gobierno, cree que el actual gabinete debe hablar de las cuentas públicas “a calzón quitado”. Ya sabe usted por qué el líder del Partido Popular procura estar callado: cada vez que, como si de un ojete se tratase, abre la boca, el mundo es un poco más pestilente y sucio. ¿Le imaginan a calzón quitado? Esos gayumbos rozados, con las gomas dadas de si, con manchas de nicotina en las juntas y de pérdidas en el paquete, que se desprenden como el papel de una magdalena… Los ciudadanos de Castilla La Mancha estamos preocupados, muy preocupados. Y no precisamente porque Sara Montiel y José Bono no aparezcan en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia. Estamos preocupados, e indignados, porque al parecer nuestra Comunidad sufre una “quiebra total”. El Partido Popular dice que la deuda de la Junta de Castilla La Mancha es del 16,5% de su PIB, y que “no tiene dinero para pagar ni la luz, ni el teléfono, ni a ningún proveedor, ni para pagar las nóminas de 70.000 empleados”. Marcial Marín, coordinador de Economía del PP, dice que cuando alcancen el poder cerrarán “hasta el 75% de empresas públicas” porque “hay hasta 3.000 colocados del PSOE”. No se trata del clásico calentón verbal. El PP parece utilizar números concretos, lo cual me parece magnífico. Si es cierto lo que cuentan, claro está. Si el PP tiene razón, alguien debería pagar por esa desastrosa gestión. Pero si el PP no tiene razón, y solo se trata de una de las habituales refriegas políticas subidas de tono, también alguien debería responsabilizarse de la alarma causada. Que no corra el tiempo y el asunto se enfríe hasta el olvido. De momento, los ciudadanos de Castilla La Mancha debemos preocuparnos no tanto de la quiebra como de nuestros políticos, claramente incapaces. Si se bajan los calzones que sea para recibir unos azotes…
Sea cual sea el resultado de la refriega, me temo que no nos enteraremos de la verdad por la prensa: si usted leyó ayer lunes ABC pensará que “Barreda deja una deuda de casi 500 millones solo en facturas de hospitales”. La realidad es que el prestigioso periódico madrileño ha realizado una cuenta de la vieja teniendo solo dos datos de referencia: que el hospital Virgen del Prado de Talavera de la Reina debe a diversos proveedores 33 millones de euros, y que Castilla La Mancha tiene doce hospitales de similar tamaño. ¿Una burla al lector? Sí, y al periodismo.
P.D.
Y hablando de burlas… No me gustó la actitud del Príncipe Felipe en Pamplona. El heredero discute con una ciudadana que, tras un acto público, le interroga sobre la posibilidad de un referéndum “para ver si en este país queremos una monarquía o una república”. Felipe zanja el tema con no poca soberbia: “has conseguido un minuto de gloria… porque esto no llega a ningún lado”.
¿Un minuto de gloria? Se refiere al instante en que una de sus súbditas tiene el valor de plantear en público que quiere dejar de serlo. A Felipe le cuesta entender semejante falta de sumisión: está acostumbrado a que incluso plebeyas republicanas declaradas se conviertan, de manera milagrosa, en fervientes monárquicas. Pero no siempre será así… Para evitar problemas debería hacer como su padre: quitarse la careta democrática y prohibir el acceso de periodistas a las audiencias de la familia Real.
Un motivo para NO ver la televisión
A sangre y fuego
Autor: Manuel Chaves Nogales.
Editorial: Libros del Asteroide
A todos aquellos a los que, por obra y gracia del marketing editorial, se les llena la boca hablando de Gay Talese: no lean un solo párrafo del periodista norteamericano sin haberse sumergido en este “A sangre y fuego”, quizá el mejor libro de ficción jamás escrito sobre la Guerra Civil española. ¿Ficción frente a periodismo? Sí, y no estoy hablando del 11-M. Ficción basada en anécdotas, lugares y situaciones reales, que el periodista sevillano transforma en crónicas impecables de una realidad atroz. Chaves Nogales escribió estos nueve maravillosos relatos entre 1936 y 1937. Bombas sobre Madrid, caciques en el campo andaluz, los consejos obreros, los asesinatos en la retaguardia, el miedo de las víctimas y la impunidad de los violentos…
La España que se desangra contada desde el equilibrio absoluto, sin buenos ni malos, con el odio irracional y la crueldad instalados en ambos bandos. Una obra maestra absoluta en la edición, siempre cuidada, de una editorial (Libros del Asteroide) que ya ha publicado otros títulos muy recomendables de Chaves Nogales: “La agonía de Francia”, “Juan Belmonte, matador de toros” y “El maestro Juan Martínez que estaba allí”.