El Papa confiaba en que durante su visita a Madrid el pasado mes de agosto “se cosechasen abundantes frutos para la vida cristiana”. Sólo han pasado unas semanas desde la orgía católica que supuso la Jornada Mundial de la Juventud y los deseos del visionario Benedicto ya se han hecho realidad: en la clase de mi hija, en un colegio de Talavera de la Reina, de los 25 alumnos sólo cuatro van a clase de religión. ¡Este Papa mola, se merece una ola!
escuela de presentadores
El otro día, en un reportaje de investigación de Veo 7 (la televisión de El Mundo), las prostitutas cobraban a sus clientes en pesetas. Hace unas semanas, en otro de los trabajos de esta cadena, analizaron la crisis actual emitiendo un reportaje sobre la miseria en España… ¡grabado en tiempos de Aznar! Dos pequeñas obras maestras de la manipulación que me obligan a reflexionar: “¡qué lección de periodismo nos ofrece cada día esta gente! ¡qué rabiosa actualidad tienen sus trabajos! ¡qué vibrante manera de hacer información de calidad! ¿Por qué no compartirán su talento periodístico?”. Algo parecido pensé cuando vi a John Müller presentar el inolvidable “La vuelta al mundo”. Sensaciones que se repiten cuando abro el videoblog de Pedro J. O cuando escucho a Melchor Miralles y Casimiro García Abadillo dando doctrina en las tertulias de televisión. Esa fuente de sabiduría y conocimiento, ese gracejo, esa integridad profesional, no debería morir con ellos. Debería ser, como sucede con las culturas indígenas y los trajes regionales, patrimonio de la humanidad. Tengo buenas noticias que darles…
Veo 7, la Universidad CEU San Pablo y Jesús Hermida han creado una escuela de presentadores de televisión. ¡Qué falta nos hacía! La televisión de El Mundo, la universidad del Opus y el hombre que descubrió a Nieves Herrero, unidos en una misión de carácter universal: sacar las perras a los pardillos que quieren ser como Pedro Piqueras. “Aquí no vamos a rechazar a nadie”, se ha apresurado a decir Hermida. “Siempre que paguen la inscripción y las mensualidades”, añadió el gerente santiguándose por lo bajini.
El primer Curso Superior de Presentadores de Televisión tendrá una duración de 10 meses, ahí es nada. Pero la cosa no será tan fácil como llegar, pagar y, nunca mejor dicho, besar el santo: los alumnos candidatos tendrán que presentar un vídeo en el que muestren sus habilidades en “la primera red de presentadores de televisión”. El comité de la Escuela seleccionará a los 25 mejores. Los triunfitos. He tenido acceso a algunas de las grabaciones de los aspirantes con mejor pinta…
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“Va a ser fascinante concentrar a tanto talento, con toda su creatividad, juntos en un mismo programa”, comenta Miralles. Y es que los elegidos tienen el éxito garantizado. Piensen que las prácticas las realizarán en un tele maratón creado para la ocasión: cinco horas de Veo Tv rellenadas por becarios de pago. Así es la TDT. No más calidad, pero cantidad a espuertas.
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P.D.
Dios visitó “Los desayunos de TVE”. Bueno, fue Felipe González, lo que viene a ser prácticamente lo mismo. No sé si fue cuestión de la iluminación del plató, o de la iluminación personal del ex presidente, pero lo cierto es que parecía bañado por un halo mágico. Como Gandalf. O como el espíritu santo. Con sus citas cultas (Kissinger, sin ir más lejos), sus gestos sabios, su discurso irrefutable, su sabiduría infinita, su karma, sus miradas por encima de las gafillas y de las personas… Con una firmeza pétrea: ni un atisbo de duda, ni un síntoma de debilidad, ni una concesión al error (propio). Porque González parece saberlo todo, y tener las palabras adecuadas para contárnoslo a nosotros, pobres e ignorantes mortales.
Habló de Europa, la economía, el terrorismo, el cambio climático, las migraciones, los medios de comunicación, la piratería en la red, la continuidad de Zapatero… incluso de la serie “Cuéntame”. El conocimiento de González es enciclopédico, no tiene límites, lo que le permite hablar con la contundencia que sólo otorga la sabiduría infinita. Un Dios, efectivamente. Pero también un poeta. Dijo ser “optimista de la inteligencia”, en una frase de una belleza y profundidad que Zapatero, pobre, jamás alcanzará (recuerden su patético “la tierra le pertenece al viento”).
Fue tan impresionante el discurso de González, tan bello y trascendente, que en el Telediario de mediodía (La 1, TVE) hicieron un amplio y jugoso resumen del monólogo. E inmediatamente después hablaron de la actividad de Rodríguez Zapatero en la jornada. Pero esto último lo hicieron de pasada. Era tan insulsa que ni ofrecieron declaraciones, ni imágenes, ni nada de nada.
Una pena lo de los Gal. González era un líder inigualable, todopoderoso, eterno. Como el mismísimo Cid Campeador, pero más listo, más guapo y, encima, con un puestazo en Doñana.