You are currently browsing the El Descodificador posts tagged: José Ignacio Wert


Mujeres al borde de un ataque (de estupidez)

Hoy voy a hablarle de un trío de lechuguinas que aparece habitualmente en las mañanas en TVE, esa televisión pública que pagamos entre todos los españoles. Dos son tertulianas del programa “Los desayunos de TVE”. Una de ellas habla de política, pero exuda tanto glamour que se autodenomina Barbie Complementos. Otra, la que parece una vendedora de Thermomix a domicilio, ha dado este enorme salto en su carrera después de ejercer de mamporrera gubernamental en las cadenas más cutres y carcas. La tercera, ya se lo imaginará usted, es Mariló Montero, una luminaria que no deja pasar ninguna ocasión de hacer el ridículo.

Comenzaremos por el final. Montero, presentadora del programa “La mañana de La 1” que alcanzó la fama por meterse en el enorme charco de los trasplantes de almas, ha vuelto a hacer de las suyas. En esta ocasión ha dicho que el Toro de la Vega es “una fiesta maravillosa” en la que “no hay ninguna agresión al toro”. El presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique, ha justificado semejante necedad asegurando que “sus palabras son un claro ejemplo de la libertad de expresión en RTVE”. Vamos a ver, que yo me aclare: ¿Decir que en el toro de la Vega, alanceado hasta la muerte, “no ha habido ninguna agresión al toro” es un claro ejemplo de libertad de expresión? No se pierdan la apología que hace la pobre Mariló de la salvaje fiesta de Tordesillas…

Y hablando de necias que, financiadas por TVE, dicen grandes necedades, no podemos olvidarnos de Edurne Uriarte, ex del ministro que está acabando con la educación, el entrañable José Ignacio Wert. Defensora apasionada del Partido Popular en todas sus actividades, Uriarte es mucho más que una tertuliana conservadora. Es una estilista. Pero no de la mesa redonda, el análisis y la deliberación inteligente. Ni mucho menos. Es una estilista de la moda, solo comparable en cuanto a finura, buen gusto y glamour con la alcaldesa de Valencia Rita Barberá, otra adicta a los bolsos de lujo. Recuerde los Louis Vuitton y los Loewe de Rita mientras lee esta exaltación del bolso de Gucci que  Uriarte ha publicado en “Mujerhoy.com” (“el portal dedicado a la actualidad de los famosos y las celebrities, las últimas tendencias en moda y belleza”): “Pertenezco a ese grupo de mujeres que una amiga mía llama Barbie Complementos. Y lo asumimos encantadas, nos divertimos siendo Barbies Complementos, no lo vamos a negar, aunque a veces nos critiquen por ello. Piensan algunos que esa pasión por los bolsos debe de tener algo que ver con la exhibición de estatus, como lo de los coches y los hombres, lo de la presunción de poder a través del coche, de su marca y de sus caballos. Puede que sí, que haya algo de eso”.

Pues sí, la misma Edurne Uriarte que por las mañanas defiende, con su habitual cara de estreñimiento crónico (ver foto superior), la austeridad y aplaude los recortes del Gobierno, por las tardes se cuelga el Gucci y se convierte en una muñeca descerebrada. Más descerebrada. Travestida en Barbie Complementos muestra su lado frívolo, ese en el que disfruta de bolsos de lujo con los que  “exhibir estatus”.

Uriarte y su obsceno texto sobre el lujo produce enorme bochorno. La misma sensación que causan las declaraciones y actitudes de Curri Valenzuela, un clásico de la televisión tendenciosa, viejuna y facha que, gracias a un currículo forjado en cadenas como Telemadrid, 13TV o Veo7, se ha ganado una silla en los debates matinales de TVE. “A mí me parece que el debate sanidad pública-sanidad privada no es el momento de hacerlo”, dijo en la tertulia del pasado martes, ante la mirada cómplice de su compañera Pilar Gómez, de La Razón.

TVE se ha convertido en el último refugio de la estupidez y el servilismoEse lugar donde se concentran ignorantes como Mariló, donde reciben el pago por servicios prestados lameculos como Curri, y donde Barbis Complementos como Uriarte pueden lucir sus bolsos de Gucci y al tiempo exigir austeridad y más recortes sin temor a ser abucheadas.

Afortunadamente los telespectadores no son idiotas: La 1 de TVE ha registrado en agosto la audiencia más baja de su historia: 9,3%. “La contención presupuestaria”, se justifica el González-Echeniqueque ríe y financia las gracias de Montero, Uriarte y Valenzuela.

 

Un motivo para NO ver la televisión

Two Cow Garage.

CD: The Death of Self Preservation Society.

Dicen que este trio formado hace 13 años en Columbus (Ohio) hace country-rock, pero yo no estoy muy seguro. Creo que su música es rock con mayúsculas, al que añaden algunas gotas, miajas, de sonidos campestres.

Este “The Death of Self Preservation Society”, su sexto disco, es un auténtico cañonazo. Guitarras distorsionadas, baterías atronadoras… y una voz que arrasa. Grabado en un viejo granero de Edén, Nueva York, la grabación es un ejemplo de frescura y potencia: doce canciones rabiosas que recuerdan a los mejores días de, por poner algún ejemplo, Slobberbone o Lucero. Grandes.

Campamento freak

La mano de José Ignacio Wert mece la cuna. Se nota, se siente. Las neuronas se quedan adormiladas, el sebo se acumula en las grietas del cerebro, las ideas huyen, el ser humano se embrutece. En los últimos días nos hemos enterado de que Educación ha denegado 40.000 becas más que el curso anterior. Y que la escuela pública ha perdido 22.600 profesores en dos cursos: la plantilla se ha reducido un 4,5% mientras el alumnado ha aumentado un 3,6%. El camino a la ruina está trazado.

Es un sendero de rocas y zarzas que llega hasta el “Campamento de verano”, un reality show de bajo coste que Telecinco ha puesto en marcha y en el que, maldición,  participa una escritora. No es ni Alice Munro ni Joyce Carol Oates, para qué vamos a engañarnos. Pero coño, es una escritora. Y participa en un reality, ya de por sí la mayor degradación a la que la sociedad moderna puede someter a una persona, de los más cutres que he visto en mi vida. La escritora en cuestión comparte tienda de campaña, tirolinas y quién sabe si garrapatas con personajes como Karmele Marchante, Esteban (el culturista de “Gandía Shore”), Gaby (quien presume de haberse cepillado a Paquirrín), Olvido Hormigos, Carmen Bazán (madre de Jesulín) o Modesto, padre de Desirée, finalista de Gran Hermano catorce. Campamento freak.

¿Qué puede llevar a una escritora a participar en el más mugriento reality de la más apestosa de las cadenas? Lo de siempre: la pasta. “No es que sea pobre de solemnidad, pero no puedo obtener de la noche a la mañana, chasqueando los dedos, una cantidad como la que me piden”, ha asegurado una Lucía Etxebarría que dice deber “una pasta a Hacienda”.

El esperpento tiene lugar en la Sierra de Gredos, a tiro de piedra de mi casa. Solo la posibilidad de encontrarme con este ganado, miradas bovinas, ropas de aventureros de Decathlon, haciendo “cuchipandi” en algún valle o en alguna arista de la sierra, hace que me estremezca de la cabeza a los pies. Señores ganaderos, ¿a qué están esperando? Quieren la sierra libre de lobos, como he podido ver en algún cartel colgado en los postes de teléfono, ¡y no se dan cuenta de que se les está llenando de ratas!

Un motivo para NO ver la televisión

Eddie Spaguetti

Cd: The Value of Nothing.

Cuarto disco de Eddie Spaghetti en solitario. Eddie no es, pese a su apellido, un fantoche: cantante y bajista de los Supersuckers, los Supermamones, una de esas pequeñas grandes bandas de música norteamericana de raíces, ha mamado de los grandes. Desde Johnny Cash a Steve Earle. El amigo Spaghetti formó The Black Supersuckers en la Arizona de 1988, y desde entonces ha mezclado sus pasiones, que no son otras que el country y el rock and roll con aires sureños.

“The Value of Nothing”, último trabajo de Spaguetti como solista, es el primero con todas las canciones propias. Sin ninguna versión de los clásicos, grabado para el prestigioso sello Bloodshot y producido por el gran Jesse Dayton, el disco suena de maravilla. Vibrante y salvaje cow-country-punk. Y dentro de cuatro días, lo presenta en gira por España: 25 de julio en Madrid (La Boite); 26 Cádiz (Supersonic); 27 Estepona (Louie Louie).

¡Vea “Gran Hermano”!

No nos habíamos repuesto de la impresión que nos causó Angelina Jolie y su doble mastectomía voluntaria, cuando llega Mercedes Milá y nos enseña unas fotografías de su operación de un quiste en el morro. Las estrellas no dejan de sorprendernos. Y es que cuando creíamos haber visto lo mejor de estas dos grandes damas de la pantalla, como la interpretación de Jolie en “El intercambio” o las lorzas de Milá en la última edición de “Gran Hermano”, esta última da una nueva vuelta de tuerca a la solidaridad audiovisual. Bellezas comprometidas que derrochan desinterés, entrega, abnegación, altruismo, generosidad, filantropía…

Podríamos decir que Mercedes Milá se ha marcado un “Angelina Jolie”, pero yendo un paso más allá. Es decir, que ha hecho públicos sus problemas con una mancha supuestamente cancerígena y, para superar de alguna manera a la parienta del Brad Pitt, ha ilustrado la narración con unas fotos de la operación. “Porque me sale del bolo”, su blog personal, ha sido el lugar elegido para realizar tan sincera, a la par que emotiva, confesión.

Pero cuidado, porque en contra de lo que pudieran pensar algunos malvados, Mercedes Milá no ha montado  todo este numerito para darse publicidad, para que su decadente y miserable “Gran Hermano” salga de las horas bajas que vive. Ni muchísimo menos. Mercedes Milá no es de esas. Mercedes Milá exhibe su enfermedad, y su operación, y su recuperación, porque considera que “el mayor favor que podía hacer a la lucha contra el melanoma, ese cáncer que se lleva a tanta gente por delante cada año, era compartir mi realidad”.

¡Pero qué buena es Mercedes Milá!

Yo le recomiendo, ya poniéndonos prácticos, que no se pierda usted cada noche “Gran Hermano”. Más que recomendárselo, se lo suplico: ¡vea cada noche “Gran Hermano”, por lo que más quiera! Y hable con su familia, con sus amigos, con sus compañeros de trabajo, de Mercedes Milá. Comente con ellos lo valiente que es esta mujer, el desparpajo que tiene, su enorme humanidad. Conviértala cuanto antes en trending toppic, en líder de audiencia y, si hace falta, en presidenta del Gobierno. Y sobre todo que, por favor, que no se pierdan “Gran Hermano”. Porque en caso de que el programa de Telecinco continúe perdiendo audiencia, no sé qué otra cosa podría llegar a hacer esta señora.

Le recuerdo que antes de enseñarnos su quiste en el hocico, Milá ya nos había enseñado las bragas, las tetas, los michelines… ¿Hasta dónde podría llegar esta buena mujer en su desespero exhibicionista? ¿Qué podría llegar a mostrarnos en caso de necesitar subir unas decimillas el share? ¿Los juanetes? ¿Los pliegues de pellejo que rodean los golondrinos? ¿Las inglés brasileñas recién podadas? ¿Un piercing en el capuchón del clítoris? ¿El saneamiento de una hemorroide?

Por dios bendito, ¡no se pierda ni un solo “Gran Hermano”!

 

P.D.

La imágen del día: varios universitarios niegan el saludo al ministro Wert durante la entrega de los Premios Fin de Carrera

El landismo vive

Ha muerto Alfredo Landa. Todo el mundo alaba su figura, y recuerda con cariño hasta su filmografía más sórdida. Surgen voces que reconocen el landismo como ideología genuinamente ibérica, tan nuestra como el piropo, el Farias, las tetas de Nadiuska, los trileros, Manuel Fraga, los entresijos de cordero, las corridas de toros o las cabezas de gambas cubriendo el suelo de los bares. No seré yo quien les lleve la contraria.

Alfredo Landa ha muerto, pero el landismo está vivo y en buenas manos. Ese montaraz ideario tiene un heredero a la altura, un líder dispuesto a conservar, alimentar y pregonar tan importante legado. Y es que si usted se fija un poco en nuestro flamante ministro José Ignacio Wert, quizá reconozca en él la versión actualizada, que no culturizada, de Miguel Cañete Moste, el pueblerino que protagoniza “Cateto a babor”, el clásico de Landa. Las similitudes físicas son enormes, las intelectuales, asombrosas. “Soy como un toro bravo: me crezco con el castigo”, dijo el ministro para dejar claro que el futuro de nuestros hijos está en manos de un intelectual.

Bajito, dicharachero, malencarado, altisonante, engreído, zoquete, landista… Wert se enfrenta a los  periodistas que le preguntan por su hermano, un huelguista más en el día de ayer. Les acusa de darle “un pisotazo”. Es el ministro que tiene como objetivo “españolizar a los alumnos catalanes”. Que cree que “no solo no hace falta invertir más para mejorar el rendimiento escolar, sino todo lo contrario”. Que piensa que “la fuga de cerebros nunca puede considerarse un fenómeno negativo”.

Ayer, día de la huelga general en la enseñanza, el ministro de Educación se negó a responder a las preguntas de los periodistas. ¿Intolerable? Si ha visto a su jefe comparecer en rueda de prensa en plasma, no va a ser precisamente él quien de un paso al frente… Wert se esconde el día en que los estudiantes, los profesores y los padres dan la cara. Wert es el pasado. El landismo vive en él.

 

Un motivo para NO ver la televisión

Luther. El origen.

Autor: Neil Cross.

Editorial: Es Pop.

Acabo de leer este libro justo cuando es noticia la liberación de Amanda Berry y otras dos jóvenes de  Cleveland, tras diez años de agónico cautiverio. De alguna manera de eso trata “Luther”. Un tipo malvado está obsesionado con las parejas felices, quiere tener un hijo, y no duda en recurrir al asesinato y al secuestro para conseguirlo. Este es un resumen un tanto simple: Neil Cross desmenuza la mente del criminal, y cuenta con todo lujo de detalles las torturas, los raptos y los asesinatos más brutales. El lector sigue la sombra de Luther, un inspector jefe de la brigada de homicidios con luces y sombras, tanto a nivel personal como profesional, capaz de no descansar un segundo en todo el tiempo que dura la persecución.

Porque “Luther” es la historia de una persecución. Una historia terrible contada con una crudeza que en algunos momentos resulta espeluznante. Novelista y guionista de cine y de series de televisión, Cross ha escrito una gran novela criminal, tensa desde la primera a la última página, repleta de personajes memorables y de giros sorprendentes. Y Luther, ese policía grandote y obsesivo, a veces violento y siempre brillante, ya es un clásico. Muy recomendable.

Pinchar para leer un adelanto.