“Alguien me dijo en sueños: / de la cueva del odio no se sale cantando”. A veces gran amor. José Agustín Goytisolo.
Medio siglo después de sus primeros derrotes artísticos, y tras renegar en innumerables ocasiones de la televisión y sus malas artes, Isabel Pantoja ha regresado a la pantalla chica para demostrar que los tiempos cambian para seguir igual: los españoles continuamos siendo unos zoquetes audiovisuales. Casi seis millones de telespectadores (44,2% de cuota de pantalla), una cifra brutal para la medianoche del jueves, contemplaron el retorno de la tonadillera, que se reunió con su hijo Kiko en terreno rival: el programa “Supervivientes” de Telecinco. Jorge Javier Vázquez, su enemigo íntimo desde los tiempos del “Tomate”, hizo de anfitrión en el reencuentro, una auténtica orgía de cinismo, hipocresía y audiencia. La pasta, motor de todas las televisiones, consiguió lo que parecía imposible, y la Pantoja y Telecinco vivieron “un momento histórico”, tal y como reconoció el presentador estrella de la cadena de Paolo Vasile.
Durante los últimos ocho años, en Telecinco a la Pantoja le han dicho de todo. Desde que tiene más vello que un chimpancé hasta que su bigotuda pareja era un peligroso delincuente. Pelillos a la mar, debió pensar una artista que parece de todo menos rencorosa. “Bastante tomate me habéis dado ya”, ironizó la folclórica mientras apretaba el talón en el fondo del bolsillo. ¿Qué cifra figuraba en ese documento bancario? Esa es el auténtico intríngulis de un programa de televisión que, para delirio de sociólogos e investigadores de la depravación humana, también reventó las redes sociales.
Vuelven los clásicos. Y no me refiero a Rubalcaba, sino a la Pantoja, demostración perfecta de la auténtica condición humana: con dinero todo se perdona, no hay insulto excesivo, no existe la afrenta eterna. Y si no me creen ahí tienen a la duquesa de Alba, otra ilustre veterana que acaba de conseguir de Telecinco 90.000 euros en concepto de indemnización por intromisión ilegítima en el derecho al honor. Sucedió precisamente en el programá “Aquí hay tomate”, allá por 2006, cuando acusaron a la buena duquesa de infidelidad con un bailarín. Pero eso no significa nada. Si las economías achuchan, cualquier día de estos tendremos a doña Cayetana sentada con Jorge Javier, repartiendo sonrisas, balbuceos y dividendos, dinamitando audiencias, creando trending topics. En la televisión todo es posible. Siempre, eso si, que haya dinero por medio…
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Un motivo para NO ver la televisión
Ha muerto Big Man. Clarence Clemons, el saxofonista de la E Street Band. Bruce Springsteen ha escrito: “Clarence vivió una vida maravillosa. Llevó el amor a mucha gente y fue correspondido. Amaba el saxofón, amaba a nuestros fans y lo daba todo cada noche cuando subía al escenario. Su pérdida es incomensurable y estamos orgullosos y agradecidos de haberle conocido y haber tenido la oportunidad de estar a su lado durante casi 40 años. Clarence fue mi gran amigo, camarada. Su vida y sus recuerdos y su amor permanecerán en la historia de nuestra banda”.