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Duques y artistas terroristas

La Audiencia Nacional ha condenado al rapero mallorquín Josep Miquel Arenas, conocido como Valtonyc, a tres años y medio de prisión por el contenido de sus canciones. Letras que se refieren al Rey Juan Carlos y, según la sentencia, “van más allá de la expresión de coincidencia con objetivos políticos, solidaridad con los presos o camaradería nacida de vínculos ideológicos… exceden de la crítica política y se introducen en el campo del atentado contra la dignidad personal”. Resumiendo: enaltecimiento del terrorismo, calumnias e injurias graves a la Corona.

“Monarquía es su ideología / no desea catalán pero sí esta porquería / quiere recortar la lengua / llegaré a la nuez de tu cuello, cabrón / encontrándonos en el palacio del Borbón con un kalashnikov”, canta un Valtonyc que, como poeta, no parece Gustavo Adolfo Bécquer. Ni falta que le hace. Es un rapero que quiere provocar. “Para hacer canciones de amor ya están Andy & Lucas”, asegura el cantante, que pasa a formar parte de la lista de artistas-terroristas junto a los titiriteros, Cesar Strawberry

Con solo unas horas de diferencia la Audiencia de Palma ha ignorado la petición de la Fiscalía y ha dejado a Iñaki Urdangarín libre y sin fianza. El duque empalmado residirá, en uno de esos requiebros maravillos de la vida, en Suiza.

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(El Jueves)

Como la justicia es, evidentemente, igual para todos, tendrán ustedes que reconocer conmigo que el rapero ha tenido muy mala suerte. Y el duque, tanta como para no tener que pagar ni los 200.000 euros que pedían de fianza. Condenado & Condenado. Así las cosas, me atrevería a decir que este país necesita más raperos, si es posible más inspirados que Valtonyc, no sé si con Kalashnikov, sin duda con veneno en la lengua. Y más titiriteros, y más agitadores, y más terroristas culturales. Y fiscales que no se quejen tanto de sufrír amenazas e intimidaciones, que ya está bien de gente con la piel fina. En esta democracia de mínimos, una auténtica pantomima, es lo único que nos queda. El humor y la ironía, digo. Y las calles.

Un motivo para NO ver la televisión

Catálogo de búnkers.

Autores: Jordi Pastor y Marcos Prior.

Editorial: Astiberri.

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¿Recuerda la pareja de supervivientes, padre e hijo, que protagonizaban “La carretera”, el último libro de Cormac McCarthy? Pues en este cómic opresivo y sangriento nos encontramos con otra odisea similar, formada por el irascible Eric K y su hijo Alexander, que se encuentran en un mundo víctima de un cataclismo. El refugio es el búnker. Eric K conoce su situación y la de su entorno, o se lo inventa, y no duda en tomar medidas contra sus hipotéticos enemigos. El resto de un mundo raro.

“A título pesonal, Frederic Von Strongheim era el flamante propietario de 3 búnkeres, 2 habitaciones del pánico y una mochila de las 72 horas, mochila que se llamaba así porque en su interior contenía todo lo necesario para sobrevivir las 72 horas que tardan de media en desplegarse los equipos de emergencia y rescate a partir del inicio de algún tipo de catástrofe”.

Colores planos que chirrían, personajes grotescos en su maldad, un mundo en descomposición y un padre que miente, que crea una moral enferma, que intenta justificar una violencia, la suya, que salpica a su hijo, la última esperanza. Una historia inquietante que admite varias lecturas, diferentes visiones, distintas percepciones. Un cómic especial.

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Hacienda

En la primera jornada del juicio sobre el desvío de fondos públicos a las empresas de Iñaki Urdangarín, la abogada del Estado Dolores Ripoll quiso dejar las cosas claras: rechazó que se pudiera ejercer la acusación particular teniendo como base la expresión “Hacienda somos todos”. Dijo Ripoll que se trata de una frase creada para el ámbito publicitario, y que no puede aplicarse al derecho. Lo que pasa en la agencia de publicidad queda en la agencia de publicidad… y en las vallas callejeras y los anuncios de televisión.

“Hacienda somos todos” es un eslogan de 1977, consecuencia de los pactos de la Moncloa. Hasta entonces no existía un sistema fiscal como el que conocemos, solo impuestos dispersos. Se trataba de imponer principios de justicia fiscal, de manera que cada ciudadano contribuyera al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica. El sistema más ecuánime posible. Salvo excepciones…

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La publicidad estatal no es aplicable a la Casa Real, una institución que se guía por códigos propios y un lenguaje exclusivo. La justicia fiscal, tampoco es aplicable. Recuerde que cuando usted habla de “separación” o “divorcio”, por poner un ejemplo, la familia real utiliza la expresión “cese temporal de la convivencia”. Le pondré otros. Cuando usted se refiere a una “amante”, en palacio hablan de “amiga especial”. Y si nos referimos a un jugador de balonmano muy tocho, ellos lo describen como un “duque empalmado”. Y cuando nosotros citamos países democráticos, ellos piensan en sus “hermanos” de Marruecos y Arabia Saudí. Resumiendo: cuando usted habla de justicia en el juicio a la infanta, recuerde que Mariano Rajoy dijo estar “convencido de su inocencia: le irá bien”.

Hablamos idiomas diferentes, y así es muy difícil entenderse. En la sala de un juicio, en el Museo Reina Sofía o en un puti club de carretera. Y por eso pasa lo que pasa: que la frase “Hacienda somos todos” no puede aplicarse al derecho, pero sí a los derechos de un niño de cinco años al que la Agencia Tributaria reclama 15.000 euros tras el suicidio de su padre. La historia es estremecedora: una empresa familiar de Vigo se endeudó hasta la bancarrota. Luego llegó el desahucio, circunstancia que el padre no pudo soportar. Se quitó la vida. La deuda la heredan la madre, que ha perdido la posibilidad de cobrar las pensiones de viudedad y orfandad, y el hijo.

Si el juicio del caso Nóos resulta una pantomima, que podría ser, el Estado podría quedar muy desprestigiado. Lo cual sería una pena, porque el Estado, como Hacienda, somos todos. ¿Verdad?

Un motivo para NO ver la televisión

Fariña

Autor: Nacho Carretero.

Editorial: Libros del K.O.

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Escucho en la televisión detalles sobre la captura de Joaquín El Chapo Guzmán, el capo más buscado. Televisa emite el tiroteo en exclusiva. Todo un culebrón, con el narco haciendo unas declaraciones maravillosas a Rolling Stone: “No quiero ser retratado como una monja. Suministro más heroína, metanfetamina, cocaína y marihuana que nadie en el mundo. Tengo flotas de submarinos, aviones, barcos y camiones…”.

Leo en El País un titular irresistible: “Toneladas de farlopa y billetes de 500 euros”. La noticia asegura que la policía ha intervenido en Galicia 3.000 kilos de cocaína, la mayor incautación en tierra desde 1999.

Termino “Fariña”, un ambicioso proyecto periodístico de Nacho Carretero. El pasado y el presente del narcotráfico en Galicia, tierra de contrabandistas (“la gente más honrada que hay”), nido de clanes, durante años la puerta hacía Europa de la cocaína. Una trabajo brillante desde todos los puntos de vista: un texto maravilloso, periodismo de primera categoría, información y literatura, editado con mimo hasta en sus últimos detalles. La portada es magnífica, y la faja que abraza “Fariña”, con gráficos sobre las planeadoras, las incautaciones y las rutas del perico resulta, sencillamente, brillante.

Carretero hace que un problema aparentemente local, el contrabando gallego, se convierta en una gran historia. Cuenta cómo comenzó todo, el Malboro y el Winston, habla de los amigos colombianos, y describe a las autoridades paralelas: Sito Miñanco, Laureano Oubiña, Marcial Dorado, los Charlines…  “`Hubo una época en la que Madrid tenía prohibido informar a Galicia´, dice un veterano agente de la Guardia Civil. Durante muchos años, las unidades centrales contra la droga de Policía Nacional y Guardia Civil, así como jueces y fiscales, sabían que no se podía compartir información con las autoridades gallegas”.

Pero no todo es hemeroteca, aventuras más o menos conocidas protagonizadas por personajes de leyenda. “Hoy ya no hay periodistas dedicados -a tiempo completo- al narcotráfico en Galicia. Los propios medios gallegos han dejado de prestar atención al asunto. La traducción en el ideario colectivo es que ya no hay nada. Que el narcotráfico en Galicia es pasado. Y no”, escribe Carretero en la recta final de este reportaje largo, denso, fascinante. Y dedica las últimas páginas a lo que sigue siendo una gran cantera de narcos, de transportistas y de pilotos de planeadoras. Con nombre, rutas, Guardia Civil: el 80% de los barcos con más de 2.000 kilos de cocaína que se apresaron desde el año 2.000 hasta hoy dirigiendo a Europa iban a Galicia.

“Fariña” descansa ya junto a otros clásicos del perico, como “CeroCeroCero” de Saviano, “Los reyes de la cocaína” de Guy Gugliotta y Jeff Leen, o “Polvo blanco” de Tim Madge. No desentona en absoluto. Carretero ha escrito un clásico del narco ibérico. Periodismo valiente y relevante con el ritmo trepidante del mejor thriller.

Santa Rita, Rita

Los 25 financieros y hoteleros de Baleares que hace 13 años hicieron un fondo común y le regalaron a Juan Carlos Rey el Fortuna, un yate de más de 21 millones de euros, se tiran ahora de los pelos: no podían ni imaginar que la verdadera imagen de las islas fuese el yerno de su majestad. Ni en su peor pesadilla pensaban que el cazador de elefantes devolvería el envenenado regalo, aduciendo austeridad, y que sería Iñaki Urdangarín quien estaba destinado a convertirse en la auténtica Marca Baleares: el Duque Empalmado. Empresarios con poca visión comercial, es evidente, que apostaron a caballo perdedor y ahora tratan de romper la baraja: ¡quieren que les devolvamos el barco! Los españoles, digo, porque el Fortuna ahora pasará a formar parte de Patrimonio del Estado.

No sé qué resulta más patético, si la renuncia del Rey a utilizar el Fortuna (a buenas horas) o el intento de los empresarios por recuperar tan peculiar inversión (a buenas horas).

Queridos financieros y hoteleros de Baleares… ¡Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita! El Fortuna ya es de los ciudadanos de este país, que han tenido que aguantar durante 13 años ver cómo les restregaban por el morro, cada verano, una portada del Hola! con la familia real de vacaciones. De más vacaciones. Los empresarios quieren venderlo y recuperar “lo que se pueda” para destinarlo a fines culturales. ¿Fines culturales? Gracias, pero ya organizamos nosotros mismos la venta, el desguace o lo que sea. No vaya a ser que terminen dándole una mano de pintura, cambiándole el nombre y poniéndolo a disposición de Urdangarín, la nueva estrella isleña. Que no me fío, vamos…

Prefiero que sean los españoles quienes lo aprovechen, y por este motivo propongo un ambicioso plan de uso y disfrute para que todos los ciudadanos puedan pasar unos felices días de navegación en el Fortuna. ¿Qué tal si comenzamos por aquellos que viven en provincias que no tienen mar? Pensionistas y jubilados que no hayan pisado una playa en su vida tendrán prioridad para darse un garbeo en el Fortuna, tumbarse a tomar el sol en su cubierta de teca, disfrutar de su bien surtida bodega y hasta darse un chapuzón con el correspondiente flotador de patito. Seguro que los donantes baleares están orgullosos del nuevo destino de su inversión. Y si no… que se jodan.

 

Un motivo para NO ver la televisión

Phil Lee

Cd: The Fall and Futher Decline of the Mighty King of Love.

Phil Lee es un cantante, guitarrista y compositor de Carolina del Norte que ha grabado cuatro discos. No sería un gran legado, tiene más de sesenta años, si no fuera porque son espléndidos. Los cuatro. El último es este “The Fall and Futher Decline of the Mighty King of Love”, una colección de trece canciones propias que, partiendo de una base rockera, juegan con el blues, el country, las raíces y hasta el honky tonk.

Lee está a medio camino entre Elliott Murphy, vean su lacia pelambrera, y Tom Waits, no se pierda a su compañera en la portada del disco. Es un viejo trovador que cuenta historias, habla con el público, bromea y se sumerge en los sonidos de la vieja América. Un personaje peculiar, un músico recomendable. Y quizá su mejor disco: un derroche de fuerza, atrevimiento y honestidad.

El abogado naif

¿Se pondría usted en manos de Mario Pascual Vives? ¿Confiaría a este hombre su suerte, y la de su fortuna, amasada en un largo y laborioso proceso de desvío de dinero público? Y es que Mario, con su mirada ovina, su media sonrisa y su textura de pez hervido, no es un abogado al uso: Bárcenas, Cachuli, Correa, Roca o Ana Mato jamás apostarían por este letrado. Ni siquiera el Dioni dejaría entrar en su vida a semejante mirlo blanco. “Pinta feo”, dijo Mario con cara de cómic cuando hace unas horas le preguntaron por la posibilidad de que su defendido no reuniese los más de 8 millones de euros de fianza.

¿Pinta feo? A Mario le falta el instinto depredador de un verdadero abogado de famosos. Puede que incluso le falte un hervor. Esa cara de no haber roto un plato le da porte de seminarista, más que de defensor de corruptos. En su mirada podemos ver ese “comportamiento ejemplar” que a Juan Carlos le hubiese gustado encontrar en su yerno. Quizá todavía pueda casarle en segundas nupcias con Elena

El abogado de Iñaki Urdangarín es uno de esos personajes que despiertan nuestros mejores sentimientos. Como un pollito en manos de un bebé, o como un gatito de El Huffington Post, Mario inspira ternura. Ni un mal gesto, ni una palabra más alta que otra, ni un desplante…

No creo que Mario sea el verdadero abogado de Urdangarín.

Este no es país para pardillos. Mientras escribo estas líneas el juez sospecha que 23 imputados de Gürtel se acogieron a la amnistía fiscal. Y se comenta que el Partido Popular se agarra a una falsa excusa para justificar por qué no despide al ex marido de Ana Mato. Y se encuentra una nueva cuenta de Bárcenas en un banco suizo. Y se habla de drogas en la Real Sociedad, y de que la corrupción puede alcanzar al fútbol español, y de que…

Este tipo no puede ser, de ninguna manera, el abogado de Urdangarín. Mientras Mario Pascual Vives se baja de la moto, responde con alguna simpleza a la prensa y pisa un tordo al alejarse, en un despacho no muy lejano un grupo de abogados de verdad, auténticas pirañas, debe estar trabajando desde hace tiempo en la defensa del marido de la infanta Cristina. De no ser así, me temo que dentro de poco el duque en-palma-do tendrá que dar rienda suelta a su vitalidad sexual en las duchas de Alcalá Meco.

 

Un motivo para NO ver la televisión

The Reverend John DeLore.

Cd: Sweet Talk for Pretty Daughters.

En 2011 este falso reverendo de Brooklyn, Nueva York,  publicó un disco sorprendente titulado “Little John The Conqueror”. Sorprendente por la madurez de las canciones, su voz creíble y la buena banda que le acompañaba. Por eso es una gran noticia la edición de su tercer trabajo, once canciones grabadas y producidas de modo independiente.

En el reverendo DeLore está Dylan, como está en prácticamente todos los sitios, pero también Tom Petty y Ellioth Murphy. Y Leonard Cohen y Neil Young, y Parsons, y … Y todos los grandes cantautores norteamericanos. Guitarras acústicas, steels, melodías campestres, algún medio tiempo… Un disco sin una sola distorsión y con mucha clase.