La noche del lunes Buenafuente (La Sexta) entrevistó a Gay Talese. Talese es un periodista norteamericano de 79 años, pionero del llamado Nuevo Periodismo, que por razones editoriales está de moda en España: acaba de publicar de golpe y porrazo tres libros. Si eres periodista y no conoces a Talese, no has leído a Talese, no hablas maravillas de Talese o no admiras el periodismo de Talese, eres un auténtico soplapollas. Hasta hace bien poco los libros de Talese ni se había editado en nuestro país, y sólo cuatro conocían la existencia del veterano Talese. Pero eso era antes. Actualmente Talese es la máxima expresión del periodismo, del reporterismo, de la crónica y de la literatura. Talese es super extra cool. Le diré algo más: muerto Kapuscinski, Talese es Dios.
En las redacciones de periódicos y televisiones se habla de periodismo de calidad como en los bancos se habla de honradez o solidaridad. Con una ligereza y una superficialidad insultantes. No olvidemos que los mismos medios que ensalzan a Talese, que alaban su metodología rigurosa, sus análisis certeros de la sociedad, su forma de trabajar pausada y concienzuda, son aquellos que suprimen corresponsales, arrinconan el reportaje como género, promocionan la entrevista-basura y apuestan por ahorrar costes.
Impecablemente vestido, sonriente y parlanchín, tremendamente anecdótico, Talese se mostró encantador con Buenafuente. Con un Buenafuente que le hizo una entrevista nefasta, por superficial, en la que repitió las mismas preguntas que le habían hecho a Talese en otros medios a lo largo de los últimos días. Poco periodismo: ni una alusión al momento que vive la profesión, a la actualidad política… “Con la de gente tan poco interesante que hay por el mundo, cuando pasa por aquí alguien como usted hay que aprovecharlo”, dijo Buenafuente a modo de despedida, inmediatamente después de haber desaprovechado la ocasión.
Leí “Retratos y encuentros”. Y en estos momentos estoy sumergido en las fascinantes historias mafiosas de “Honrarás a tu padre”. Me gusta Talese, su forma de contar las cosas, su minuciosidad a la hora de describir personajes y situaciones, su capacidad para otorgar a los detalles categoría dramática, la elegancia con que incorpora la información al texto…
Talese es tan buen periodista que en España posiblemente estaría en el paro. O dormitando en una corresponsalía. O en una redacción editando textos ajenos. Ningún medio financiaría su forma de trabajar. Con ese dinero podrían pagar a una docena de tertulianos, a seis viejas glorias de la columna, a tres o cuatro entrevistadoras decadentes, a un par de prolíficos pelotas…
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Un motivo para NO ver la televisión
Todos hablan de un Bob Dylan que acaba de cumplir 70 años, pero pocos le escuchan en sus casas, en sus coches o en sus Ipod. Su voz es nasal, su música obsesiva, sus canciones montaraces. Dylan no está cómodo en unos tiempos superficiales y digitales que no son los suyos. Dylan vagabundea sin rumbo por las calles: es una reliquia analógica, un raro trilobites con sombrero tejano, el superviviente de una época que interesa tanto como pueda interesar un anuncio de Levi´s. Dylan es más joven que Talese, pero juega en la misma liga: la de los grandes genios que fascinan más como mitos que como fuentes de placer o inspiración.
Dejemos de hablar de Talese y de Dylan. Escuchemos sus canciones, leamos sus libros, sigamos su ejemplo.
Estas son, hoy y para mi, las 5 mejores versiones de canciones de Dylan…