You are currently browsing the El Descodificador posts tagged: El gato al agua


Intereconomía, el sexo y la red

En Intereconomía, la cadena de televisión ultra conservadora, se hacen una pregunta: “Forzar a las mujeres a tener sexo ¿Es violación o no?”. Y se quedan tan, tan anchos, que trasladan la cuestión a sus seguidores colgando la interrogante en su cuenta de Twitter. Ese mismo día, solo unas horas después, se escandalizan en su tertulia nocturna con los comentarios que se pueden leer en las redes sociales sobre el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco. “Hay que acabar con esta locura”, dice el presentador. Se refiere a los comentarios ajenos sobre el asesinato, no a los propios sobre las violaciones.

Intereconomia

Pero rectificar es de sabios. El grupo Intereconomía se disculpó poco después con este otro tuit: “Se refería a la India. Esperamos que las ‘feministas’ apoyen a estas mujeres y no se callen como hacen con Boko Haram”. ¡Ah, bueno, que se referían a la India! Entonces nada, seguimos con la encuesta: Forzar a las mujeres a tener sexo, en la India, ¿Es violación o no?

En el programa de Intereconomía “El gato al agua” despellejan a quienes han utilizado las redes sociales para criticar a la política asesinada en León. Les llaman locos y fanáticos, y les acusan de ser peligrosos radicales de izquierdas. Caza de brujas. Piden mayor control, mano dura, con los foros en la red. “Nosotros tenemos sentido común, algo que no puede decirse de todo el mundo”, dice Carmen Tomás, tertuliana de la cadena del torito bravo. Y uno no sabe si se refiere a lo de León o a lo de la India.

La hipocresía de la ultra derecha televisiva es tan descarada, tan brutal, tan miserable, que sonroja, que parece no tener límites. “Hay que parar a toda esta tropa repugnante que utiliza las redes sociales para insultar”, dijo en el debate matinal de ayer en Intereconomía su presentadora, la misma Isabel San Sebastián que solo dos días antes había colgado el siguiente tuit: “El asesinato de Isabel Carrasco NO ES una venganza personal, sino vinculada al cargo. Quienes defienden los escraches personales tomen nota!!”.

Afortunadamente alguien imparcial vela por la seguridad de los españoles. “Hay que limpiar las redes de indeseables”, insistió el pasado martes Jorge Fernández Díaz, ministro de Interior que ha ordenado a la policía investigar los mensajes injuriosos que se lanzan desde internet. ¿Y los que se lanzan desde la radios y televisiones? No recuerdo que el ministro dijese una sola palabra cuando, por poner un ejemplo, el periodista Federico Jiménez Losantos hundió la vida del comisario Juan Jesús Sánchez Manzano, jefe de los TEDAX, los agentes encargados de desactivar explosivos durante el 11-M, mediante una campaña de calumnias desde la cadena COPE. O cuando hace solo unos días la Audiencia absolvió al locutor, pese a que su discurso contra Sánchez Manzano “estaba repleto de calificativos abiertamente insultantes y despectivos”.

 

Top Chof

El programa “Top Chef” (Antena 3) arrancó la noche del miércoles como una copia, versión si usted prefiere, de “Master Chef”, el programa que triunfó semanas atrás en TVE. Calcado. Con su jurado raspa, sus concursantes vanidosos y lloricas, su apología de la competitividad y hasta su “se acabó el tiempo, las manos arriba”. No está la televisión en España sobrada de imaginación y talento, evidentemente. La diferencia entre ambos espacios es que se suponía que en “Top Chef” los concursantes eran cocineros de contrastado talento y amplio currículo, que aspiraban a convertirse en “el mejor cocinero profesional de España”. Entre estos  aspirantes de postín, un jubilado de 63 años que se cortó y dejó un reguero de sangre, y el pusilánime encargado de los fogones del Ministerio de Defensa.

Se trataba de una apuesta segura, pese al cadavérico aspecto de un Chicote demacrado que ha cambiado las cucarachas de los restaurantes de barrio por la hemoglobina de un cocinero chapuzas. “Top Chef” se estrenó con una gran audiencia: a las 23:43 horas, 3.659.000 espectadores (un 21.7% de cuota de pantalla) contemplaban cómo los concursantes cocinaban una pintada. ¿Una pintada? Sí, un ave del orden de las Galliformes y de la familia de los numídidos. Quizá la conozca usted como gallina de Guinea.

Me temo que España, con 30.000 familias teniendo dificultades para alimentar a sus hijos y dos millones de niños pasando hambre, no está para guisar pintadas. Todo lo más, para estofar gallinas atropelladas. Le explico… Cuenta el New York Times que el próximo mes de noviembre se aprobará en el estado norteamericano de Montana una ley que permitirá a sus ciudadanos recoger los animales que se encuentre atropellados en la carretera, o que mate con sus propios vehículos, para comérselos. Tan tranquilamente. Top Chof.

No veo tan lejano el día en que cuando a un español se le cruce una liebre por la carretera, en lugar de frenar, acelere a tope, impulsado por el fluir de la saliva y los jugos gástricos. Liebre con judías, con arroz…Lo malo es que la liebre es un lagomorfo en retroceso, cuya distribución se limita a las zonas agrícolas abiertas. Su sustituto natural en el menú de carretera es el gato, de menor tamaño y carne más blanca, similar a la del conejo, mucho más abundante e ideal para el ajillo o el guiso con tomate.

“Lo que no cojan los concursantes de la despensa será donado a un banco de alimentos”, dice todo digno el paliducho Chicote. ¿A un banco? Tendría que donarlo al restaurante La Camarga, en Barcelona, comedero donde la líder del PP catalán Alicia Sánchez-Camacho y la ex novia de Jordi Pujol hijo hicieron un pacto de perras: si alguna de las dos desvelaba el contenido de su comida, grabada por Método 3, debería pagar a la otra parte dos millones de euros.

¡Dos millones de euros por desvelar cuatro trafullos de una comida! Muchas perras me parecen, pero como lo cuenta El Mundo me lo creo a pies juntillas.

P.D.

Seguro que usted recuerda al tertuliano del programa “El gato al agua”, de Intereconomía, que llamó “zorra”, “guarra” y “puerca” a la exconsejera de Salud de la Generalitat de Cataluña y actual diputada autonómica del PSC Marina Geli. Esas cosas no se olvidan con facilidad, ¿verdad? Pues resulta que el individuos en cuestión, un tal  Eduardo García Serrano, no solo es un energúmeno y un facha. También es un mierda: en el juicio por injurias (atentado contra el honor y dignidad como persona), ante la posibilidad de tener que pagar los 30.000 euros que solicitaba la acusación, el valiente tertuliano ha dicho que sus insultos “se referían a la gestión política de la consejera”.

Lo dicho: además de un gañán, un mierda.

 

Un motivo para NO ver la televisión

España, tierra de terror.

Autor: Jay Allen.

Editorial: eCicero.

La editorial eCicero publica pequeños grandes libros sobre periodismo. Siempre en formato digital, en ocasiones también en papel. Es el caso de los tres artículos que se recopilan en esta obra, tres piezas fundamentales para entender en toda su miseria la Guerra Civil y para conocer mejor a algunos de sus protagonistas: la historia de la matanza de Badajoz y sendas entrevistas a Franco, en Tetúan, y a José Antonio, horas antes de ser ejecutado.

El narrador es un periodista norteamericano llamado Jay Allen. Amigo de Hemingway, Allen llegó a Europa como corresponsal de guerra para informar de números conflictos, desde los Balcanes a la Segunda Guerra Mundial, cuando se encontró con la sublevación de Franco. Analizó la Reforma Agraria, su sumergió en la revolución asturiana del 34, y conoció la miseria extremeña. El 18 de julio le pilló en Torremolinos… el 27 consiguió entrevistar a Franco:

Franco: Nosotros luchamos por España. Ellos luchan contra España. Seguiremos cueste lo que cueste.

Jay Allen: Tendrá que fusilar a media España.

Negó con la cabeza, sonrió y luego, mirándome fijamente, dijo: “He dicho cueste lo que cueste”.

Micrófono de oro

“La convivencia estaba rota, hecha pedazos: ardía en el retablos, en el trigo, en los olivares, se tumbaba con dos balazos en el mármol de la autopsias. Era el instante de una sacra violencia”. Rafael García Serrano.

El vídeo del programa “El gato al agua” (Intereconomía) en el que Eduardo García Serrano, periodista e hijo del escritor falangista Rafael García Serrano, insulta gravemente a Marina Geli, Consellera de Salud de la Generalitat de Cataluña, es estremecedor, puesto que resume toda la maldad de unas televisiones concebidas para generar audiencia mediante el odio. Cadenas diseñadas para dividir a la comunidad, para enfrentar a los ciudadanos, para crear malestar social. El minuto y cuarenta y cuatro segundos de programa que aún se puede ver en  Youtube, puesto que Intereconomía lo ha retirado de su web, es uno de los momentos más tristes y miserables de la televisión moderna. Y el ejemplo perfecto de la degradación y utilización de un medio de comunicación que atraviesa una grave crisis de contenidos.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=2uc5b5YQyMM&feature=player_embedded]

.

García Serrano dice que la Consellera Catalana es una “zorra repugnante”, “una guarra” y “una puerca” simplemente porque no está de acuerdo con la nueva campaña de educación sexual para adolescentes de la Generalitat. Y dice todas esas barbaridades ante el regocijo del presentador del programa y del resto de invitados. De hecho, lo peor del vídeo, el momento más lamentable, es cuando se escuchan risas de fondo: la jauría de contertulios que, como hienas, jalean al que suelta la melena y lanza el primer mordisco.

Ante semejante derroche de talento, ejemplo de periodismo de auténtica calidad, resulta comprensible que García Serrano y Antonio Jiménez, presentador de “El gato al agua”, hayan recibido este año sendos micrófonos de oro por su labor profesional, concedidos por la Federación de Profesionales de Radio y Televisión de España.

.


“Nosotros amamos España porque no nos gusta”, dijo José Antonio en 1935. García Serrano también da miedo, pero más que por lo irracional de su discurso porque no parece una persona en su sano juicio. Esa mirada, ese tono de voz. Cuando dice cosas como que “España es un país verdaderamente siniestro. Se nos prohíbe fumar, pero a los niños en Cataluña, desde la Consejería de Sanidad, esta guarra les anima a meneársela y a practicar sexo oral”, es evidente que sufre algún desequilibrio emocional que, de alguna manera, le exime de buena parte de responsabilidad. Es un enfermo, y más que tertulias o micros de oro lo que realmente necesita es tratamiento.

Y un correctivo. La Ley Audiovisual debería aplicarse sobre estas cadenas, sobre estos personajes,  con toda dureza. Esa dureza que no encontraremos en la Asociación de la Prensa, la Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisión (ATV) o la Federación de Profesionales de Radio y Televisión de España, órganos que deberían entregar menos premios y velar más por el buen nombre de la profesión y el medio.

.

P.D.

El 30 de mayo de 2006 Zapatero anunció, en el Debate del Estado de la Nación, que mantenía “su compromiso, recogido en el programa electoral del PSOE y en el discurso de investidura, de abandonar la energía nuclear en España y su anuncio de concretarlo antes de que finalice esta legislatura, tal y como solicitaban las organizaciones ecologistas”. Ayer, y sin duda como prueba de que el Presidente es un hombre de palabra, el Ministerio de Industria y Comercio renovó el permiso de explotación de la central nuclear de Almaraz, que expiraba este año. Diez años más de vida para la central cacereña, espero que miles de votos menos en las próximas elecciones.

.

Un motivo para NO ver la televisión.

Sólo un muerto más.

Autor: Ramiro Pinilla.

Editorial: Tusquets.

Novela negra a la vasca. Eso es lo que propone el veterano Pinilla en un libro que se aleja de su clásico “Verdes valles, colinas rojas” y nos ofrece la enrevesada historia de un vendedor de libros que, seguidor incondicional de Chandler y Hammett, quiere resolver la muerte de uno de los gemelos Altube. La acción tiene lugar al terminar la Guerra Civil en Getxo, pueblo en el que Sancho Bordaberri, librero, se transforma en Samuel Esparta, detective privado.

Pinilla ha escrito una novela policiaca tan creíble como original, en la que destaca la solidez de una trama brillante, la simpatía de personajes como Klodobike, ayudante del detective, y el ritmo que adquiere la novela gracias a los diálogos. Entretenimiento de calidad.