En una estremecedora entrevista concedida a Vanitatis la cantante, actriz y presentadora Leticia Sabater confiesa que se ha operado para volver a ser “virgen”. A sus 48 años, la musa de Luis María Ansón tiene un himen más y 6.000 euros menos: ha pasado por el quirófano para “darse un capricho”, y de paso solucionar unos “problemillas sexuales” consecuencia de una operación previa de ensanchamiento vaginal. “Me siento a estrenar”, ha confesado la talentosa show woman.
¿Ve usted qué fácil? Se pagan 6.000 euros y se reinicia la partida. Aquí no ha pasado nada. Un puñado de billetes pueden convertir a la más desorejada pelandusca en angelical doncella. A estrenar. Porque como muy bien saben en el PP todos los problemas se reducen a eso que Floriano llama “piel”. Bueno, en este caso membrana, telilla o puede que pellejo.
Si todo fuese tan fácil… Esperanza Aguirre, Monago, Cospedal, Rosa Díez… Todos ellos restaurarían su himen político, los 6.000 euros mejor invertidos de sus vidas, y volverían a empezar. ¿A aparcar en carril bus, asesorar al pueblo canario, cambiar la ley electoral y negarse a escuchar a Ciudadanos? No, por supuesto que no. Si pudieran cambiarían su forma de hacer política: serían más humildes y menos soberbios, escucharían a la gente, pondrían en marcha políticas sociales, pararían de inmediato los desahucios, pondrían en su sitio a los bancos, lucharían contra la desigualdad, dejarían de cobrar comisiones y sobresueldos… Seguro que lo harían. Pero, maldita sea, no pueden: en política no es posible recuperar la virginidad perdida.
Y si no me cree, piense en Esperanza Aguirre y en la inaudita rueda de prensa que ofreció ayer. “Carmena quiere utilizar la alcaldía para romper el sistema democrático occidental tal y como lo conocemos”, llegó a decir en un discurso delirante, un insulto para la inteligencia de los ciudadanos. Aguirre, malicia senil, reparte carnés de demócrata, invoca a la izquierda radical, rezuma bilis y advierte de los peligros de su derrota, la derrota de quien llegó para salvarnos de Podemos (un partido anticonstitucional, cuidado). Aguirre se aferra al poder con uñas y prótesis dental. Lástima que perdiera la virginidad democrática con Tamayo y compañía.
Si pudieran, todos cambiarían. Todos menos uno. “No tengo previsto ningún cambio”, ha dicho Mariano Rajoy tras la debacle del PP. En los últimos meses a este hombre le han penetrado tanto, y de forma tan desgarradora y cruel, que tiene el himen hecho flecos. Ni el más fino de los cirujanos sería capaz de recomponer la intimidad de un tipo que reside en un edificio reformado con dinero negro, que aplaudió a Rato y a Rita, que habló en plasma, que pidió a Bárcenas que fuese fuerte, que consintió la corrupción y cobró en negro. No hay vuelta atrás para un presidente que consiente que Esperanza Aguirre le trate como a un pelele, nos trate como a idiotas.
Un motivo para NO ver la televisión
Eilen Jewel
Cd: Sundown over Ghost Town.
Es imposible no querer a Eilen Jewel. Primero por sus grandes discos, algunos tan brillantes como el inolvidable “Queen of the Minor Key” o el que hoy nos ocupa. Y segundo por sus directos, una mezcla perfectamente equilibrada de energía, buen humor, grandes músicos y géneros eternos. La cantante y compositora de Ohio domina el country, el blues, el rockabilly, el surf… Y tiene una banda de lujo: Jason Beek (batería y voz), Jerry Miller (guitarra) y Johnny Sciascia (contrabajo).
“Sundown over Ghost Town” es su séptimo disco de estudio. Editado poco después de tener su primer hijo y de lanzar el doble en directo “Live at The Narrows”, una perfecta introducción al mundo de Jewel, este nuevo álbum incluye doce canciones que no desentonan lo más mínimo con el resto de su discografía. Las enciclopedias dicen que se encuentra a medio camino entre Gillian Welch y Lucinda Williams, y no seré yo quien les lleve la contraria. Un gran disco de música de raíces.
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