En apenas tres horas, 180 minutos, Podemos ha conseguido con una campaña de crowfunding el dinero necesario para costear una demanda contra Esperanza Aguirre y el periodista de El Mundo Eduardo Inda, por difamaciones y acusaciones falsas. ¿Estará la justicia a la altura de semejante velocidad de reacción? Difícil lo veo. Y es una pena, porque este debería ser el ritmo para solucionar este tipo de problemas… digamos que de incontinencia verbal. Deprisa, deprisa. Unos segundos de calentura tertuliana o demagógico-política en los que se insulta y se miente. Tres cuartos de hora para redactar la demanda, tres horas para recaudar la pasta y tres días para tener una sentencia. ¿Ha faltado usted a la verdad, al respeto o a ambas cosas? Pues le vamos a crujir ya mismo, y de tal manera que a partir de ahora se lo pensará dos veces antes de difamar o acusar falsamente. El siguiente…
Dicen que una justicia lenta no es justicia. Por tanto, una justicia rápida debe ser la super justicia. La justicia perfecta, la madre de todas las justicias. En situaciones complejas, como pudiera ser el caso de los ERE andaluces o de la Gürtel, con decenas de implicados y tramas, es lógico y normal que la cosa se prolongue. Pero en un caso de difamaciones o falsedades en medios de comunicación, con el meollo de la cuestión recogido en vídeo y audio, los tribunales deberían ser una churrería. De la hemeroteca al juzgado un mensajero tarda veinte minutos.
La mala sangre que se les hace a muchos consumidores de información tertuliana, si es que puede considerarse información una tertulia, se acabaría de golpe. Los opinadores se lo pensarían dos veces antes de hablar. Las cadenas se lo pensarían tres antes de contratar a bocazas con antecedentes. Los partidos repudiarían a sus miembros conflictivos.
Podemos consigue en 3 horas el dinero para la demanda que interpondrá contra Aguirre e Inda, dos personajes que basan buena parte de su fuerza en la impunidad y en la pasta, que les cubre las espaldas. Aguirre dijo en un vídeo colgado en su blog que “Podemos está con el chavismo, el castrismo y ETA, lo demás es palabrería”. Inda asegura que Podemos tiene “su propia Filesita”, en alusión directa al escándalo de financiación del PSOE en los 90. ¿Pruebas? Ninguna. Con una justicia rápida ambos medirían más sus palabras, el periodismo sería más riguroso y la política menos impresentable.