You are currently browsing the El Descodificador posts tagged: Ediciones La Cúpula


En busca del tiempo perdido

“La ambición embriaga más que la gloria”. Marcel Proust.

Tras el primer debate televisivo, en Canal Sur, entre los candidatos con representación en el Parlamento Andaluz, se pueden sacar dos conclusiones: que tanto PP como PSOE son incapaces de librarse del lastre del “y tú más”, y que las cadenas tienen que revisar el formato de estos programas. IU, de miranda.

Debate-juntos-Susana-Maíllo-Moreno

¿Ideas? Pocas. ¿Propuestas? Las mínimas. ¿Perdón por la corrupción? Nunca. El grueso del debate se centró precisamente en la corrupción, en dar por bueno que el tamaño importa (la tuya es más grande que la mía), en que tus imputados son más imputados que mis imputados, en esa sucesión de acusaciones y miserias que vemos cada día en los medios de comunicación. No es extraño, por tanto, que la noticia del día sobre el debate sea un detalle técnico: “árbitros de baloncesto controlaron los tiempos para igualar las oportunidades de los candidatos”, dice la radio en un intento por explicar el caos que se produjo en algunos momentos. Constantes interrupciones, una realización compleja y áspera, un formato muy encorsetado, unos contendientes que se pisan y unos árbitros, que no son árbitros, obsesionados por pitar y parar el ritmo del juego…

Los árbitros son en realidad oficiales de mesa, y tratan de controlar el tiempo, de equilibrar las intervenciones. Es bien sabido, como escribió el francés La Bruyère, que quienes utilizan mal su tiempo son los primeros en quejarse de su brevedad. Susana Díaz y Moreno Bonilla dilapidan cada día horas y horas en mítines populacheros, en alocuciones demagógicas, en homilías repetitivas, en disertaciones que son un insulto para la inteligencia, y para la política. El debate les viene grande: no convencen a nadie, es un pim pam pum sin chicha alguna, los candidatos solo son bien vistos y apoyados por los suyos. ¿Qué pueden hacer unos oficiales de mesa ante tanta mediocridad?

Pedir un tiempo muerto. Candidatos, salgan del terreno de juego. Al rincón de pensar… Reúnan a su equipo técnico, analicen sus viejunas tácticas, revisen sus decrépitas estrategias, y regresen a la cancha pensando en el público. Intenten recuperar el tiempo perdido. Traten a los ciudadanos como si fuesen seres pensantes. Invítenles a criticar, a exigir, a reflexionar, a votar.

Un motivo para NO ver la televisión

Haarmann.

Autores: Peer Meter & Isabel Kreitz.

Editorial: La Cúpula.

p-haarmann-rustica

Esta es la historia de las últimas barrabasadas de un asesino en serie, el peor de la historia de Alemania, que, con sus crímenes despiadados, provocó el pánico en la ciudad de Hannover. Se llamaba Fritz Haarmann, colaboraba con la policía, tenía tendencias homosexuales, troceaba a sus víctimas y vendía su carne a los vecinos como si fuese de vaca. Una historia terrible, en una novela gráfica que, pese a lo morboso de la historia, no se regodea en el detalle sangriento. No siempre…

El guión de Peter Meter, como los dibujos y entintados de Isabel Kreitz, resultan perfectos para narrar las fechorías de este monstruo. El resultado es una novela gráfica absolutamente siniestra que engancha desde la primera página, se lee de un tirón, y deja con el cuerpo revuelto. Como tiene que ser cuando se habla de individuos sombríos, de épocas siniestras, de ciudades grises y de acontecimientos macabros.

harmannpg1haarman151

 

AtresMediaSet

La noche del martes seis cadenas de televisión emitieron, a la misma hora, la misma serie. Esto debe ser la pluralidad audiovisual que prometió Zapatero, y que se comprometió a mantener Rajoy. Seis cadenas emitiendo el estreno de una ficción que tenías que ver sí o sí: la competencia contraprogramaba en ese momento una serie “picante” y una película de superhéroes.

La batalla por el liderazgo televisivo siempre ha sido feroz, pero desde que los contendientes forman un duopolio lo es aún más. Ya sabe, Antena 3 y La Sexta contra Telecinco y Cuatro. A muerte. La pluralidad de mierda que exige una democracia imperfecta como la nuestra. El resultado de tan miserable panorama audiovisual son situaciones delirantes, como el final que ofreció esa noche “El Intermedio”, programa imprescindible de la actual parrilla: dos actrices secundarias, bailarinas en una serie de medio pelo (“Bienvenidos al Lolita”), sentadas entre Wyoming y Thais Villas para promocionar en La Sexta el capítulo que comenzaba inmediatamente después… en Antena 3. Y todo porque Telecinco estrenaba a la misma hora y a todo trapo en emisión simultánea (en el canal principal del grupo y en FDF, laSiete, Divinity, Nueve y Energy), “El Príncipe”, ficción por la que los de Vasile apuestan fuerte.

Atresmediaset

“Es una despedida de soltero muy picante”, decía una de las pobres chicas ante la mirada atónita de Wyoming. No sirvió de nada el muestrario ofrecido de ropa interior y barra americana, alusión al entretenimiento exquisito de los tiempos de Esteso y Pajares. “El Príncipe” arrasó en esta dictadura audiovisual, obteniendo grandes audiencias tanto en Telecinco (21,9% y 4,4 millones) como en el conjunto de canales de Mediaset (27,7% y 5,6 millones).

Insisto: Seis canales emitiendo, el mismo día y a la misma hora, una serie. ¿Esto es la reforma audiovisual, la magia de la TDT, el pluralismo televisivo, la creatividad y el entretenimiento de calidad?

Quítense las máscaras. Unan sus fuerzas. Formen una única empresa, AtresMediaSet. La televisión en España no tiene por qué estar en manos de dos grandes grupos pudiendo estar en manos de uno solo. Monopolicen aún más la televisión, la información y el ocio audiovisual, oblíguenos a tragar sus miserables producciones sin arriesgar lo más mínimo, ahorrando costes, ganando todavía más dinero. Porque de eso se trata, ¿no? De forrarse.

P.D.

Exposición del artista Ausín Sáinz censurada en Salamanca

Ausín

 

Un motivo para NO ver la televisión

Rural

Autor: Étienne Davodeau.

Editorial: La Cúpula.

Rural

Disfruté muchísimo con “Los ignorantes”, el cómic sobre dos amigos, un viticultor y un dibujante, que intercambian inquietudes y conocimientos, que se editó hace solo unos meses y se reseñó puntualmente en esta sección. Y he disfrutado una barbaridad con “Rural”, libro publicado en Francia en 2001 por Étienne Davodeau que ahora recupera y edita en castellano La Cúpula.

El guionista y dibujante francés insiste en los problemas y maravillas del mundo rural. En esta ocasión se trata del seguimiento que Davodeau realiza, durante un año, a tres campesinos que piensan que otro tipo de agricultura es posible. Su explotación de vacas lecheras pasa a ser biológica: menos litros, nada de antibióticos y pesticidas, mucha ilusión y trabajo. Y un gran contratiempo. Una autopista va a cruzar, como una enorme cicatriz, esa apacible zona rural.

Davodeau se infiltra en el trabajo de los socios y cuenta el día a día en su granja. Conoce a una pareja que tiene que malvender su casa, construida con sus propias manos, a la empresa de la autopista. Y analiza los entresijos de Fomento, de las asociaciones de agricultores, de la filosofía Bio“El objetivo de nuestro trabajo es, en primer lugar, encontrar una manera de producir comida para todos sin perjudicar el medio ambiente. Buscamos una técnica que las generaciones siguientes de agricultores podrán seguir utilizando sin problemas. ¡Y eso es imposible con las técnicas convencionales!”.

“Rural” es, como “Los ignorantes”, una apasionada  apología del campo, de la sencillez, de la agricultura y la ganadería justas, de los campesinos y sus formas de vida. Emocionante.

Rural 1