Un sacerdote llamado Jesús Calvo ha dicho en algo parecido a un programa de televisión de la web de Alerta Digital que el cáncer que padece el concejal madrileño del PSOE Pedro Zerolo podría ser “un castigo divino”. Armando Robles, presentador del espacio en cuestión, fue si cabe más lejos: “no cambiaría la vida de mi perro por la de Zerolo”. “Lógico”, sentenció el sacerdote, “la afectividad nos hace acercarnos a quien se lo merece”.

¿Por qué pierdo el tiempo hablándoles de estos hijos de mil zorras sarnosas? Porque no estoy seguro de qué deberíamos hacer con ellos. El otro día, comiendo con unos amigos, dedicamos largo e interesante tiempo a discutir dónde están los límites. Si hay límites. En los medios de comunicación, pero también en el arte, en el humor, en la cultura… Todo comenzó por la manifestación del sábado en Bilbao: ¿Insoportable desafío nacionalista a la justicia o simple torpeza gubernamental?

Continuamos navegando por otros ejemplos de actitudes dudosas, no me atrevo a utilizar la palabra censurables, hasta que llegamos al humorista francés Dieudonné M’Bala M’Bala, personaje cercano al Frente Nacional y al islamismo radical que hace en sus espectáculos parodias antisemitas y bromas negacionistas. Varias ciudades (Nantes, Tours,  Burdeos) le han declarado persona no grata, y se llegó a suspender el espectáculo inicial de su actual gira, para el que ya se habían vendido 5.000 entradas. ¿El país de la “liberté”? se preguntaban irónicos en Twitter. Finalmente parece que el Tribunal Administrativo de Nantes admitió el recurso del cómico, anuló la prohibición de la gira y permitió su actuación en la ciudad del Loira.

Tengo dudas. Como de costumbre. No estoy convencido de que se tenga que poner límites al humor, al arte o a otros ejercicios culturales o sociales. El problema quizá esté en que una sociedad sea capaz de generar individuos que disfruten con chistes racistas o paguen por escuchar un chascarrillo sobre las cámaras de gas. Algo muy diferente es una cadena de televisión, responsabilidad directa del estado: Alerta Digital, de momento solo una web de ultraderecha con forma de diario, “está dando los primeros pasos para la creación de un canal en la TDT”. No se pierda su solicitud de donaciones para poner en marcha la televisión: “Es imperativo que los patriotas españoles tengan un espacio audiovisual que represente los intereses nacionales frente a la casta política y que sirva recta y eficazmente al objetivo de una información al servicio de España y no de quienes la han depredado por espacio de 35 años. Colabore con 1€ mensual para que nuestro paso a la TDT sea posible en breve”.

Creo sinceramente que grupos como Alerta Digital jamás deberían tener acceso a una cadena de televisión. Una cosa es la iniciativa privada, la empresa que organiza un show de Dieudonné. Un negocio. Y otra bien distinta el Estado, que nunca debería poner una TDT en manos de grupos ultras capaces de, como dice el presidente Hollande, “afectar al respeto de la dignidad de las personas”.

Un motivo para NO ver la televisión

Rosanne Cash.

Cd: The River and The Thread.

Tras un silencio, discográfico, de cuatro años, la hija del gran Johnny Cash regresa con una colección de once canciones propias. Once buenos temas, cortos e intensos, escritos por Rosanne junto a su marido y principal colaborador, el productor y arreglista John Leventhal.

Raíces sureñas, guitarras brillantes, y las colaboraciones de un selecto grupo de amigos: Cory Cincel, Rodney Crowell, Amy Helm, Kris Kristofferson, Allison Moorer, John Prine, Derek Trucks, John Paul White (The Civil War), Tony Joe White y Gabe Witcher (The  Punch Brothers). El resultado es un disco elegante, con respeto a los sonidos tradicionales pero basado en la calidad de unas canciones que crecen con cada nueva escucha. Un disco de muy largo recorrido.