El lunes compré las primeras cerezas de la temporada. Me las vendió un agricultor del Valle del Tiétar que pasa cada semana por el pueblo con su furgoneta. Un kilo, tres euros. Ayer martes, en una frutería de la madrileña calle Clara del Rey, sobre una caja de cerezas un cartel rezaba: “25 euros”.

– Perdón. 25 euros ¿la caja de cuántos kilos?, pregunté a la frutera.

– 25 euros el kilo.

– ¿Perdón?

– 25 euros el kilo. Son muy buenas, vienen de Lérida.

– Ya, ya, pero ¿Por qué son tan caras?

– Por los mercados.

– …

– Cada mercado puede poner el precio que quiere, ¿no?

Los mercados mandan. Los financieros, los emergentes y los de frutas y hortalizas. ¿Quieres cerezas? Sí, pero a 25 euros el kilo es un robo: el agricultor las vende a 3 euros el kilo. Pues entonces vete a vivir al puto pueblo en que las vende ese jodío agricultor. Pongame un kilo de manzanas…

Entro en un bar y pido un pincho de tortilla y una caña. Me pone antes un vaso de agua, por favor, que tengo mucha sed. ¿Con gas o sin gas? Normal, del grifo. Tiene que ser de botella. Es que el agua de Madrid es muy buena y en mi pueblo, como la depuradora es una mierda, sabe a barro: prefiero del grifo. Pues le pongo un vaso de agua porque se toma la caña, que de algo tenemos que vivir. Además, dentro de poco van a privatizarla y costará una pasta.

¿Privatizar el agua de Madrid? Sí, ese agua limpia y fresca, uno de los orgullos de la capital, pasará, si nadie lo impide, de ser un bien público a convertirse en un negocio privado. Patrimonio del planeta, el agua no pertenece a nadie y nos pertenece a todos. Ya sé que los mercados son como son, y dicen que a la competencia ni agua, pero yo voy a recomendarle algunas lecturas breves relacionadas con este tema:

– El agua es un patrimonio común (El blog de Juantxo López de Uralde).

– El negocio del agua: NO a la privatización del Canal YII.

– Ante la privatización del agua en Madrid (El Periscopio).

Con la tortilla, la cerveza y el agua en el buche, subo en el coche y pongo la radio. La Cadena SER. Recuerdan a Bob Marley en el aniversario de su muerte (11 de mayo de 1981). Mi ánimo se viene arriba. Entonces Carles Francino anuncia en qué consiste el homenaje: los oyentes pueden llamar por teléfono y contar algo que les recuerde al cantante jamaicano. “Un poster, un mechero, lo que sea”, dice una locutora. ¿Un poster o un mechero? Ya sé que los mercados radiofónicos están muy jodidos, y que la COPE aprieta, pero esperaba algo más. ¿Qué tal cinco minutos (una eternidad en radio, ya se) con una pieza grabada, con un buen guión y un cuidadoso montaje, donde se cuente la vital importancia de Marley en la historia la música y se escuchen fragmentos de sus canciones?

Apago la radio. Me vuelvo para el pueblo…